Bluie

Doce.

Por más que intento no darle más vueltas al asunto de azul, no puedo sacarlo de mi mente, o más bien a ella.

El juego no me está saliendo bien y, sin dudas, estoy perdiendo.

¿Desde cuándo me siento tan inseguro sobre de mis dotes para seducir? Es decir, ninguna chica antes me había desafiado tanto. Al menos no a al punto de sentir que es una amenaza. Es obvio que azul no caerá tan fácil, así que tengo que buscar otra manera.

Mil preguntas viajan por mi mente acerca de mi intención con ella. ¿De verdad todo esto es simplemente por molestarla o en serio me está empezando a gustar?

Sin dudas la última opción no me deja nada tranquilo porque gracias a esa pregunta hay muchísimas más que —a sinceridad— no quiero responder.

***

Dos días después de aquél suceso, me encuentro entrando al restaurante con una sonrisa. Me acerco a ella con seguridad, y sin borrar la pequeña sonrisa de mi rostro.

—Buenos días—saludo, entrando una mano a mi bolsillo.

—Buen día, Derek—dice sin más, me da una mirada rápida y vuelve a su papeleo mientras yo respiro hondo.

«¿No ves que lo estoy intentando?»

Al final he decidido seguir intentando esto de caerle bien. Total, salga bien o no, o sea para obtener su confianza y sacarle provecho u/o porque creo que me atrae, todo se reduce a tener más respuestas.

—Me preguntaba si ya sabías dónde nos veremos con Megan Hawkins.

—Sí, la llamé y ha decidido venir aquí a eso de las 3 de la tarde. Quiere ver el restaurante antes de tomar una decisión—contesta indiferente.

—Bien—muerdo mi labio sin saber qué más decir—. ¿Me avisas cuando llegue?

Asiente sin prestar atención y decido ir a mi oficina. Mi móvil suena y en la pantalla brilla una foto de mi madre indicando que de ella proviene la llamada.

—¿Qué tal, mamá?—digo mientras tecleo un par de cosas en mi laptop.

—Me ha contado Elena que estás teniendo una especie de competencia por tu puesto en el trabajo—dice directa y yo suelto un suspiro.

—Sí, algo así, no es la gran cosa—respondo, intentando restarle importancia pero sé que será imposible.

—Sé que el trabajo no te hace nada de falta en lo económico pero sí en lo práctico, así que no puedes permitirlo—cierro los ojos y paso mi mano por mi cabello—. Eres un Maxwell, ponte los pantalones y haz lo que sea necesario para quedarte con tu trabajo.

—Entendido—contesto después de tragar.

—Y, por favor, intenta no avergonzar a tu familia, Derek—dice antes de colgar.

Respiro hondo y suelto el móvil en mi escritorio mientras paso mis manos por mi rostro con frustración. Esto, sin dudas, va arruinar lo poco que he ganado con Alee pero otro lado, no puedo defraudar a mi madre.

No pierdo tiempo pensando cuando es obvia mi respuesta. Tomo el teléfono y me dispongo a hacer la llamada.

—Señorita Hawkins, le habla Derek Maxwell de Bright Taste...

Minutos después salgo del restaurante. Suelto un suspiro al entrar al auto y arranco para ir a encontrarme con ella.

***

—¿Dónde te habías metido?—pregunta azul cuando me ve entrar—. Te estuve llamando para ver si sabías algo sobre la señorita Hawkins, tiene una hora de retraso y no contesta su móvil.

—Sí, bueno—contesto intentando no mostrar interés y empiezo a subir las escaleras con ella siguiéndome los pasos—. Ya hablé con ella.

—¿Cómo que hablaste con ella?

—Nos vimos hace unas horas.

—Espera, espera—agarra mi brazo haciéndome detener—. ¿Cómo que la viste hace unas horas?

—Pues... eso—respondo secamente.

«No estoy de humor ahora, azul. ¿Por qué no mejor te alejas?»

—Entonces hiciste trampa—suelta mi brazo y da un paso hacia atrás.

—N-no... yo...—tartamudeo y respiro hondo, aunque las palabras no deciden salir y prefiero empezar a caminar.

—Debí suponerlo—musita, luego escucho sus pasos alejándose.

Tiro mi saco a una esquina cuando llego a mi oficina y golpeo la primera pared que visualizo.

—¡Agh!—grito, y vuelvo a golpear la pared.

N/A:

Huh, ¿qué le pasará a nuestro Derek ahora? Si tienes alguna idea, ya sabes dónde dejarla.

Aaaaanyways, espero que les guste el nuevo capítulo.

Nos vemos en la próxima.

Los quiere, Endless.