Paso mis manos por mi pantalón, creando cierta fricción, con nerviosísmo. Siento el sudor entre ellas y respiro un par de veces para tranquilizarme.
La música llega a mis oídos en un tono moderado pero solo puedo escuchar con atención a los latidos de mi corazón. Los cuales se aceleran cuando giro mi rostro hacia mi derecha y mi mirada cae sobre ella. Alzo mis cejas y de mis labios sale un suspiro.
«Está hermosísima»
Mis ojos recorren cada parte de su cuerpo, desde su rostro hasta sus pies, mientras se va acercando. Por instinto alzo mi brazo hacia ella, esperando que tome mi mano, acción que realiza antes de que mi otra mano vuele a su cintura. Su rostro queda a centímetros del mío y no puedo evitar sonreír.
—Estás preciosa—le halago, acariciando levemente su espalda y me sorprendo al sentir su piel contra mi palma.
—Tú también estás muy guapo—contesta, poniendo su mano libre sobre mi pecho.
Corto la pequeña distancia que había entre ambos en un cálido beso cuando siento sus manos subir a mi cuello y, por reflejo, las mías se deslizan hasta su cintura. Al separarnos, mi mirada baja a sus labios hinchados y respiro profundo para calmar la tentación que siento al querer volver a besarlos.
—Vamos—le digo, volviendo a tomar su mano.
No paso por desapercibido la tensión que llega a su cuerpo cuando todas las miradas caen sobre nosotros al entrar.
Diviso a mi madre a lo lejos, la cual habla amablemente con sus invitados. Nuestros pasos se vuelven más lentos al acercanos a ella, y sé que ninguno de los dos queremos hacerlo. Carraspeo un poco para llamar la atención de mi progenitora al llegar a su lado.
—Buenas noches—saludo, con un pequeño movimiento de cabeza. Alee se limita a sonreír cordialmente a todos.
—Derek, cariño—mi madre se acerca a darme dos besos, con una alegría exagerada y, hace lo mismo con azul—. Vuelvo enseguida—dice mi madre y nos lleva lejos de ellos—. Me alegra que hayan venido.
—Vayamos al grano, madre—le digo en voz baja, sonriendo falsamente ante las personas que nos observan desde lejos.
—Solo aparenta que la estás pasando bien y saluda a las personas. Recuerda que eres una persona educada y estás en un evento importante—su mirada se dirige a Alee y la recorre de arriba a abajo, noto la sorpresa en ellos pero rápidamente cambian a una mirada fría—. Deberías ir solo, no quiero que ella cometa una equivocación delante de mis invitados.
—Alee se queda conmigo—respondo inmediatamente sin evitar sonar tosco. Siento la mano de Alee sobre mi pecho y giro mi rostro hacia ella.
—Está bien—dice calmadamente, como si las palabras de mi madre no le hubiesen incomodado—. Haz lo que debas hacer, yo estaré aquí.
—¿Estás segura?—frunzo el ceño y termino girándome por completo.
No sé cuántos segundos, o minutos, pasamos mirándonos a los ojos –ajenos a la mirada expectante de mi madre– pero al final termino desistiendo.
—Está bien—beso su mejilla antes de marcharme con mi progenitora.
***
Alee's POV.
No tardo en soltar un bufido luego de que ambos se alejan. Victoria Maxwell es un real dolor de cabeza y, por lo visto, está dispuesta a ser mi jaqueca.
Resignada busco con la mirada algún lugar, o esquina, donde ir para no molestar y pasar desapercibida. Un mesero se acerca a mí y me ofrece una bebida, la cual acepto gustosa. Necesito calmar los nervios y las ganas de arrancarle la cabeza a alguien.

ESTÁS LEYENDO
Bluie
Historia Corta«Derek solo cruzaba frente a un auto cuando escuchó la puerta abrirse y de ella salir una hermosa chica con cabello azul... y por lo visto, mal carácter» *** 2do libro de la saga ¨Las chicas de colores¨. Queda prohibida la copia o adaptación de esta...