#Capítulo 3. Ejército

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Molly y Lucy habían tenido que mudarse a la habitación de Rose, Lily y Roxanne, después de la llegada de los Malfoy. Percy y Charlie habían cambiado dos de las camas por literas, que casi rozaban el inclinado techo de madera. La primera mañana que Rose había despertado en la cama superior de una de ellas, se había dado un cabezazo con el viejo póster de los Chuddley Cannons.

La habitación que le habían dejado no era mucho comparado con el que habían habitado en la Mansión Malfoy, pero, sumamente agradecidos, Draco y Astoria no pusieron ninguna pega. Los Weasley más jóvenes se habían acostumbrado rápido a sus nuevos huéspedes, y aunque los adultos les hubieran detestado durante años, hacían todo lo posible por llevarse bien con ellos. Lo hacían, en mayor parte por Rose.

La cena había terminado, y la familia empezaba a irse a sus respectivas habitaciones. Scorpius interceptó a Astoria en el pasillo.

-Madre- le dijo -. ¿Podemos hablar un momento?

Astoria asintió y ambos entraron en la pequeña salita donde habían habilitado esa pequeña caja muggle para ver los mundiales. Al final, había ganado Bulgaria por 480-210.

-Entonces-comenzó Astoria-. ¿Vas enserio con la chica Weasley?

- Madre – cortó Scorpius -. No estamos aquí para hablar de Rose y de mí.

- Soy tu madre – refunfuñó con una media sonrisa -. Tengo derecho a entrometerme en tu vida amorosa. Ni siquiera sabía que tuvieras vida amorosa.

Scorpius frunció el ceño.

-No tenía. – Sacudió la cabeza -. El caso es, madre, que tengo que preguntarte algo importante. –Buscó en su bolsillo y sacó una hoja de pergamino. Se la tendió a Astoria que la cogió vacilante -. Me diste esto. El uno de enero, en King Cross. ¿DJU Azkaban? ¿Qué significa?

El semblante de la mujer palideció y sus labios se tensaron. Sacó la varita de su túnica.

-Incendio - susurró, haciendo del pergamino no más que algunas cenizas. Scorpius abrió mucho los ojos.

- ¿¡Qué...

- Escúchame, hijo – le pidió -. No puedes hablarle de esto a nadie. ¿De acuerdo? ¿Lo sabe alguien más?

Scorpius pensó en Rose, Lily, Albus y James. Por lo que le habían contado, durante su cautiverio, habían investigado a ese tal DJU, y sospechaban que se trataba de una tal Umbridge. Negó con la cabeza cuando vio el miedo en los ojos negros de su madre. El alivio pareció inundarla rápidamente.

-Bien – dijo Astoria serenándose -. Bien.

- Madre, ¿qué significa? – le preguntó finalmente.

Astoria suspiró.

-No puedes contárselo a nadie – le pidió. Scorpius asintió -. Ni a Rose.

- Te lo prometo.

-Llegó una carta, estas Navidades – le explicó -. Para tu abuelo. Lucius no estaba en Wiltshire, y fue Draco quien recibió a la lechuza. Era extraña. Nunca habíamos visto lacre rosa. Pero bueno, eso es irrelevante. Lo que importa, es que no era precisamente una invitación para tomar el té. Quien fuese quien la mandó, decía que ahora, que había salido de Azkaban, continuaría lo que Tom Riddle no pudo terminar. Estaba firmada por un tal DJU.

>>Tu padre no contestó, pero llegaron más cartas. Con la misma firma y la misma intención, pero cada vez más amenazantes. Decían que si no nos uníamos a la causa, la familia lo pagaría. Y efectivamente, hicieron todo lo posible por que los crímenes parecieran obra nuestra.

Scorpius no comprendía nada. ¿Por qué sus padres no habían alertado al Ministerio de aquello.

-Si querían culparnos – dijo -. ¿Por qué fueron a Wiltshire? ¿Por qué se expusieron al Ministerio?

- Son retorcidos, Scorpius. Hacen todo lo posible por hacerle daño a la gente. Nos quitaron nuestra seguridad, y después, destruyeron nuestro hogar.

- ¡¿Y por qué el Ministerio no está haciendo nada?!

Astoria le hizo un gesto a su hijo para que bajase la voz.

-Lo han hecho – le contó -. Han revisado todos los perfiles de los magos y brujas de Inglaterra. Todos tienen coartada. Umbridge se ha alojado en una cabaña, al norte de Liverpool, no puede ser ella. Todos los antiguos mortífagos están controlados.

- ¿Incluso Rookwood?

Astoria frunció el ceño, desconocedora de que su hijo supiera aquel nombre.

-Uno de ellos le dijo al Ministro el mismo nombre – le explicó, refiriéndose a uno de los Weasley -. Le dijo que si el Ministerio no hacía algo, le mataría él mismo.

Scorpius pensó en George. En su rostro cuando, en la Mansión, Rose y él habían mencionado a aquel mortífago. Más tarde, Ginevra les había explicado, también con cierto dolor, que fue él, quien en la Batalla del dos de mayo, acabó con Fred Weasley.

- Y estaría totalmente justificado – le explicó a su madre -. Se llama George. Tenía un hermano gemelo. Fred. Rookwood lo mató hace veinticinco años.

Astoria asintió con la cabeza.

-Sí, tu padre me lo ha contado. Rookwood está en paradero desconocido.

- Mamá hay que decírselo al Ministerio – le suplicó -. O si no quieres ir allí, Harry y Ron son Aurores, y Hermione y Percy también son altos cargos allí.

- No, Scorpius. No podemos.

- ¿¡Por qué!?

Astoria cerró se asomó al pasillo para comprobar que no había nadie escuchándoles, y después cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido.

-Ellos... nos amenazaron – dijo con la voz temblorosa -. Dijeron que si se lo decíamos a alguien, y sobre todo al Ministerio, vendrían a por nosotros.

Scorpius apretó los puños. Le llenaba la furia cada vez que pensaba en aquellos malditos mortífagos, a salvo a costa de sus padres.

-Estáis en La Madriguera – dijo -. Probablemente es la casa con más héroes de guerra por metro cuadrado que haya. Al otro lado de la colina están los Scamander y los Lovegood, y algo más allá, los Longbottom. Aquí no pueden haceros nada.

- No tenemos miedo, Scorpius – musitó Astoria -. Lucharemos cuando ellos vengan, y esta vez en el bando adecuado. Pero no nos amenazan a nosotros. ¿Por qué crees que mandaron a los dementores a Hogwarts, y no a Wiltshire?

Porque yo estaba allí, pensó él. Ahora lo entendía. Los dementores sabían que a sus padres no les importaba si les atacaban, si quemaban su casa hasta los cimientos, o si mancillaban el nombre de su familia. Lo único que les importaba era la seguridad de su hijo.

-Que vengan a por mí, mamá – dijo Scorpius, y era la primera vez desde que tenía tres años en la que llamaba mamá a Astoria -. Estaré listo.

Ella negó con la cabeza.

-No son... simples criminales, hijo – le explicó -. Están continuando lo que Quién-tú-sabes comenzó. Son peligrosos. Son un ejército.

Hola, Orden del Fénix!
Bueno, es uno de Septiembre y como os prometí Te Odio, Rose Weasley, comienza hoy, con una publicación de dos capítulos para empezar. Quiero decir que las votaciones para los nombres que dejé en el primer capítulo acaba hoy, y los ganadores, creo, son Gaël y Owen.
Y recordad: nunca le hagáis cosquillas a un dragón dormido ;)

Te Odio, Rose WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora