#Capítulo 8. La Orden

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-¿Seguro que van a venir? – le preguntó Rose a Albus, de los nervios mientras subía y bajaba por las escaleras de las graderías del campo de Quidditch.

- Seguro – le repitió Albus por décima vez.

- Pero... ¿seguro que se lo explicaste bien? – insistió.

Albus, aburrido de las preguntas de su prima, volvió a asentir.

-Qué sí – respondió -. Que querías hacer un ejército para dominar el mundo y todo eso. - Rose se paró en seco. Albus sonrió -. Era una broma.

Frank rió, levantando la cabeza del libro de Astronomía. Los TIMOs estaban cerca, y la cuenta atrás estaba acabando estrepitosamente.

En ese momento, James salió de una de las torres, acompañado de varias personas vestidas de rojo. Eran el equipo de Gryffindor. Rose y Albus se asustaron. Habían quedado en no decirles nada a los miembros más jóvenes de la familia, y temían que Fred, como golpeador que era, se encontrase allí. Se relajaron al ver que no era así, y que James se había acordado de su acuerdo. Hannah se acercó a Rose de inmediato, aterrada.

-¿Entonces es cierto? – le preguntó, agarrándola de un brazo -. ¿Él ha vuelto?

- ¿Él? ¿Quién? – dijo Rose confundida, mirando la expresión de terror de todos sus compañeros.

- Pues él – respondió, como si fuera evidente -. Quién-tú-sabes. – Se acercó a ella con aire desconfiado y le susurró -. Voldemort.

Rose se echó hacia detrás.

-¿Qué? ¡No!

Hannah apretó la mandíbula, se acercó a James, y le sacudió una bofetada en la cara. Este, que estaba limpiando sus gafas, no se lo esperó. Se llevó una mano a su enrojecida mejilla.

-¿Y a ti qué te pasa?

- ¡Nos dijiste que Voldemort había vuelto, imbécil!

James se encogió de hombros y siguió limpiando sus gafas.

-Necesitaba una razón de peso para traeros.

Albus negó con la cabeza, y Rose rió, pero no sabía si era por el nerviosismo o por si realmente le hacía gracia aquella situación, aunque no apostaría por aquella opción.

-Ya te vale, capitán – le restregó Kate.

- Sí, yo he estado a punto de cagarme encima – la secundó Gus.

- Tú siempre estás a punto de cagarte encima – se burló Kaely.

Al cabo de un rato, llegó Lily, acompañada de Terry, Scorpius, y un par de chicos de Ravenclaw. Se llamaban Andy Warhole, Timmy Olsen, Lydia Clearwater y Alexandra Smith. Lyss y Lorcan también estaban con ellos.

-Estamos dispuestos a defender el castillo – dijeron, más serios de lo que habían estado nunca.

Rose se acercó a Scorpius y a Terry.

-¿Ningún Slytherin? – les preguntó.

Terry negó débilmente.

-Nadie, aparte de nosotros.

-Los que no están bajo la dictadura de Parkinson son demasiado pequeños para meterlos en este embrollo – le explicó Scorpius. Frunció el ceño y miró por encima de su hombro -. ¿Por qué tu buscadora le está gritando a James?

- Mi primo el inteligente les ha dicho que Voldemort ha vuelto –le contó.

Unos instantes, y varios gritos entre Hannah y James después, llegó Alice, como prometieron Albus y Frank, acompañada de varios miembros de Hufflepuff. Conocían a uno. Ernie Patil. Había salido con Lily... y ella había saboteado su cita en Hogsmeade para poder estar con Scorpius, pero eso era parte del pasado. Aún así, el chico miró mal a Rose cuando estuvieron cerca. Alice presentó a los demás; John Flint-Fletcher y Amelia Ashton.

Te Odio, Rose WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora