#Capítulo 13

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El cielo grisáceo cubría la playa de Shell Cottage, donde una figura caminaba hacia una casa sobre una duna, pasando por una roca casi enterrada por la arena, con unas margaritas encima, que se cambiaban cada día. Bill Weasley llamó cinco veces a la puerta, como habían acordado, pero aún así, Fleur le recibió con la varita en el cuello.

-¿Qué me ggegalaste en nuestgo pgimeg anivegsagio?

Bill, también con su varita apuntando a su esposa dijo:

- Nada, no me acordé. – A decir verdad, sí que se había acordado, pero Fleur había confundido la fecha con una semana antes, y Bill no había querido llevarle la contraria -. ¿El cumpleaños de Vic?

-Dos de mayo – respondió Fleur con resignación -. Si la seguridad mágica dependiega de ti, estagíamos pegdidos, Bill.

Aunque enfadada por la poca dificultad de la pregunta que le había planteado su esposo, Fleur no pudo aguantar el impulso de apartar las varitas entre ellos y abrazarle con fuerza. Un patronus había llegado esa mañana, con terribles noticias sobre un ataque terrorista, y Bill había ido corriendo a La Madriguera a comprobar que su familia se encontrase bien.

-¿Cómo están?

Él tragó saliva.

-Vayamos dentro.

Entraron en la cocina, donde una olla expulsaba humo y un cuchillo cortaba unas zanahorias.

-¿Dónde están Vic y Teddy? – preguntó Bill dejando su túnica sobre una silla.

Su hija y su yerno habían llegado aquella mañana a petición de Fleur. A diferencia de Shell Cottage, el piso en Manchester dónde ellos vivían no estaba protegido por el encantamiento fidelio.

-Aggiba – dijo -. Victoire está agotada con todo eso del embagazo y se ha acostado un ggato. Teddy le está haciendo compañía.

Bill asintió. Sabía que Teddy no pegaría ojo mientras estuvieran en aquella situación, y menos ahora, con su hijo de camino.

-Vamos con ellos – murmuró -. Quiero que todos oigáis lo que tengo que decir.

Fleur le siguió rápidamente por las empinadas escaleras.

-¡Bill! ¡Bill! ¿Ocugge algo malo? ¿Están todos bien?

Bill no le contestó, y continuó subiendo escalones, hasta llegar al cuarto que había pertenecido a su hija mayor antes de su boda. Victoire se había despertado, aunque unas profundas ojeras marcaban sus ojos azules. Era igual que Fleur cuando había estado embarazada, con la melena rubia revuelta, y las mejillas pálidas. Teddy estaba sentado a su lado. Su pelo cambiaba en distintas tonalidades de azul, que era lo que pasaba cuando estaba nervioso o asustado.

-Papá... - dijo Vic -. ¿Por qué has tardado tanto?

-No había nadie en La Madriguera – explicó -. Estaban en Grimmaul Place.

-¿Y están todos bien? – exclamó Teddy nervioso.

Bill bajó la mirada.

-No lo sé...

-¿Cómo que no lo sabes, William? – exclamó Fleur -. ¿Qué ha pasado?

-Ron, Ginny y Percy estaban en el Ministerio cuando ha ocurrido todo – les contó -. No... no sabemos dónde están. Los Malfoy tampoco han dado señales de vida.

Todos ahogaron exclamaciones de angustia. Teddy supo que su padrino estaría destrozado. Ginny trabajaba para El Profeta, en la sección de deportes, y él le había insistido durante meses en que una entrevista con Oliver Wood despegaría su carrera. Seguro que se estaba culpando por ello. Supuso que Hermione y Audrey no estarían mejor que él.

Te Odio, Rose WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora