Chapter Fifteen

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Y ahora... ¿Cómo se supone que se debe perdonar una traición?

En verdad duele lo que esta pasando y quisiera que todo fuera mentira. También quisiera que nunca me hubiese gustado ese chico.
Pensé que no sufriría por amor.
Patético.

Ella fue mi amiga.
En realidad no quiero pensar en que fue, pero la manera en la que me estuvo animando a hablarle a él y me decía que le agradaba la idea de que me haya interesado por alguien y al final terminó traicionando la confianza que le di y acabó con la amistad.

Saliendo de clases Harry me invito a su casa y ahora nos encontramos en la cocina.

—Te lo digo Harry, Lulú ha dejado de ser mi amiga.

—Sabes creo que deberían hablar. Yo no estoy completamente seguro de que ellos estén saliendo.

—Hace unos días me lo habías afirmado, ¿Qué te hace pensar que no es así? —recrimine— Además hay pruebas de que sí están saliendo. 

—¿Pruebas?—preguntó—¿Cuáles pruebas?

—Primero ella no me dijo que él nunca tomaba algo en serio, ya sabes como todos los chicos sólo juegan con las chicas, entonces ella o en verdad no me dijo eso porque pensó que él no me llegaría a coquetear o me lo dijo para que me quitara de la cabeza Niall.

—No creo que ella haya tenido culpa sobre eso. —la defendió— Niall ha tenido mala fama siempre, pero últimamente lo he notado diferente.

—Los hombres nunca cambian Harry, pero tú eres lindo. —sonreí.

—Gracias, y sí que pueden hacerlo.

—¡Ahg! Como sea, ya no me interesa...—cerré los ojos. Había tomado cuatro cervezas cómo es que están cayéndome mal.

—Es mentira. Él te sigue interesando. 

—Eso... Es... Totalmente cierto. —sonreí— Él me sigue gustando porque es tan lindo, y su mirada, esos ojos que tiene y sus brazos yo quisiera que me abrazara sólo a mí y sus labios, ¡joder! Yo quiero que esos labios me besen solo a mi...

—Basta no quiero que digas algo sexual sobre él. —tomó un sorbo a su cerveza.

—Lo siento, pero estas cervezas están muy fuertes o yo soy la exagerada.

—Tú eres la exagerada.

—No importa, pero sabes—tomé la quinta lata—Quisiera que él fuera el primero en todo.—sonreí y bebí la cerveza.

—Oh, Skay deja de beber. —rió.

—Shh...—puse mi dedo índice en sus labios—Es bueno para las penas.—reí y él negó.

—El alcohol jamás te hará olvidar.

—Si, pero...—mire el suelo—Sólo déjame.

—Tengo que llevarte a tu casa—se levantó y comenzó a buscar sus llaves.

—Espera,—deje la lata en la mesa—No puedo llegar así. —me pare rápidamente a lo cual tambalee y Harry sólo me sostuvo del brazo fuertemente.

— Vaya, creo que esto fue mala idea. —se reprocho— Lo bueno que aun es temprano. —le dio un vistazo a su reloj de muñeca.

—Mi mamá no tarda en llegar a casa.

—Descuida llegaremos rápido, te darás una ducha y si quieres te duermes. Tú mamá no se dará cuenta. —asentí.

—Nunca pensé que llegarás a ser mi mala influencia. —fuí a la sala a tomar mi mochila.

—Lo siento, pero descuida no se volverá a repetir. —salimos de su casa, nos dirigimos a su auto y partimos a mi casa.

Él tiene razón el alcohol no hará que olvide todo esto, estando un poco atontada por esas cinco latas de cerveza aun me sigo acordando de todo.

¡Y es que siempre va a estar en mi mente, joder!

Crush-{NH}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora