Narra Gabe:
- Hola - dijo en un intento de sonrisa.
- ¡Hey! Pasa
Accede al interior de la casa y comienza a toquetear los cuadros colgados en la pared.
- ¿Te gusta Picasso? - pregunta parándose frente a uno de los cuadros.
- Le gustaban a mi sobrino. Le encantaba la pintura - me explico guardando las manos en los bolsillos.
- La verdad es que son preciosos. ¿Por qué hablas en pasado? - se voltea y su corazón comienza a latir más fuerte al verme detrás de ella.
- Murió hace unos días - contesto a su pregunta y continúo observando los cuadros.
Ella me observa con la respiración agitada. Traga saliva y un silencio incómodo nos acecha. Ella lo interrumpe cambiando de tema.
- Te mueves muy rápido - dice mientras ríe con falsedad intentando esconder su miedo. Pensé que sería como el resto. Un lo siento, estará mejor en donde está o un toque en el hombro. Me gusta su actitud.
- Eso dicen - bebo un sorbo de la copa que contengo en mis manos.
- Bien, ¿cenamos? Mi padre me obliga a estar en casa a las once - observa el reloj y hace una mueca.
- No creo que haya ningún inconveniente - digo rodando los ojos.
Humanos... Son todos iguales. Todos tienen que seguir normas y cumplirlas. No son libres hasta que cumplen la edad suficiente y después se comprometen con otra persona y vuelven a arruinar su libertad. Me parece algo estúpido y superficial.
La conduzco hasta el salón y le indico donde debe sentarse.
- Espero que te guste el pollo. Si no te gusta no te lo comas, no pienso obligarte a comértelo, para eso está tu padre.
- ¿Mi padre se comerá el pollo si yo no quiero comérmelo?
- Perdona, creo que no me expliqué bien... - me rasco la nuca y me siento frente a ella.
- Ya veo... Ya... - alza ambas cejas y apoya las manos sobre la silla.
- Puedes servirte tú misma - aclaré indicándole la bandeja de carne.
- ¿Por qué tú no tienes plato? - me mira fijamente con curiosidad.
- Yo no como.
- ¿Por? - susurra ella sirviéndose la comida.
- No lo necesito - le miro fijamente y bebo un sorbo de mi copa - Bien. Aparte de tener que seguir las normas que tu tutor legal te impone... ¿Qué más cosas te gustan hacer?
- Seguir las reglas de mi padre no es una cosa que me entusiasme, Gabe - voltea los ojos y se limpia los morros con una fina servilleta. Mis ojos le observan interrogantes y ella continúa - Pero es mi obligación y la de todos supongo - se encoge de hombros y sigue cortando la carne.
Vaya, me sorprende su fuerza, su brutalidad al usar los cubiertos. Es una chica dura aunque no lo aparente.
- ¿Obligación? Por favor... ¿Si te pide que te tires por un puente tú lo harías? Me parece una tontería seguir las normas que te imponen.
Ella palidece y me observa alzando una ceja.
- Tus padres te dieron la vida. Es normal que les guardes el respeto que se merecen. ¿No crees? ¿Es qué acaso a ti te la suda lo que te digan?
Sus palabras inciden en mi mente. Los recuerdos comienzan a retumbar una y otra vez.
Maldición, tiene razón. Siempre hacía lo que mi padre me ordenaba pero era para proteger al pueblo de los guerreros que se querían apoderar de las cosechas.
Cuando me transformé en lo que ahora soy dejé mi pasado atrás.
- Mis padres llevan muertos 183 años. De momento no recibí ninguna señal del inframundo - murmuro mientras ella se termina el plato y me mira sin comprender - Bien, ahora contéstame. ¿Qué te gusta hacer?
Sus mejillas se sonrojaron y sus piernas comenzaron a flaquear bajo la mesa.
- Me gusta la pintura y me encanta todo lo que tenga que ver con la Literatura Inglesa. Soy una loser, lo sé - ríe flojo sintiéndose observada.
- A mi también me gusta mucho la Literatura. Bueno, más bien los poemas. Me encantan.
- Lo sé. Siempre estás durante las clases distraído en tus libros. Rylan siempre me hace reír cuando tira accidentalmente bolas de papel en tu dirección - sonríe con ternura. Humanos...
- Ese tal Rylan se las verá conmigo cuando le retuerza el pescuezo - bramo lleno de ira golpeando la mesa.
Ella hace un ligero movimiento hacia atrás asustada. Cierra los ojos por unos segundos y cuando vuelve a abrirlos su mirada parece tensa y su boca se mantiene entre abierta.
- ¿Cómo sabes que Annie y yo somos amigas? - susurra con voz débil y entrecortada.
- Os veo juntas prácticamente a todas horas. Supongo que no es difícil de adivinar. Aunque hace semanas que no se ve por el instituto.
Sí... Creo que le asusté lo demasiado. El miedo la estará carcomiendo por dentro. Una sonrisa se dibuja en lo más profundo de mi ser.
- Está enferma... O eso dice. Seguro que es una excusa para no presentarse a los exámenes finales - murmura tragando saliva de nuevo. Muerde su labio inferior aún nerviosa.
- Tendrá que hacerlos de todas formas. Es una idea estúpida... Propia de una rubia.
Siento como me da un golpe en el hombro y comienza a reírse fuertemente. Todo mi ser se estremece. Aprieto mis manos con fuerza. La única mujer que me tocó está muerta y enterrada en mi jardín al lado de Tyler.
- Eres muy malo. ¿Qué tienes en contra de ella?
- Es retorcida, presumida y arrogante. Lo único que le veo son defectos...
Ella vuelve a reírse como una tonta y me observa desde abajo.
Sonrío de lado. Siento que no es forzado. Me sale de manera natural.
Frunzo el ceño y bajo la mirada.
- ¿Ocurre algo? - pregunta ella al ver mi expresión.
- Nada es solo... La cabeza, ha comenzado a dolerme.
- Tengo aspirinas en el bolso. Te las traeré - se levanta inmediatamente sin dejar de clavar los ojos en mí.
- No hace falta. Ya se me pasara...
- Oye, puedes hacerte el machote con todos pero a mí no me fascinas. Iré por las pastillas - refunfuña mientras la pierdo de vista.
Oigo sus pasos cruzando el salón.
Suspiro aliviado. Siento algo en mi interior, es extraño. No sabría como definirlo. Solo sé que se está extendiendo con rapidez.
- Mierda Gabe. Veo que tienes muchas pretendientas - siento una voz tras mi costado. Me volteo velozmente reconociéndola al momento - Dile hola a la espada de doble filo que tienes detrás tuya.
Se ríe como nunca antes la había visto.
Alzo ambas manos sintiéndome indefenso y ella clava sus ojos oscuros en mí mientras el cuchillo me roza el pellejo...
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Roja Obsesión
ParanormalÁngeles, demonios... Monstruos sin piedad Que actúan como Dios Sin ninguna muestra de bondad Vampiros, lobos... Se suman a la maldad Siguiéndoles como completos bobos Esa es la cruda realidad. ¿Es qué nadie les salvará de la verdad? ~ Gabriel Mille...