Capítulo 21."EL ÚLTIMO ADIÓS"

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"... Las calles son más grandes desde que tú te has ido. Hay que reconocer que nada me hace bien porque no puedo verte; mis días sin tus noches, sin horas ni minutos, son un frío puñal que hieren y atraviesan este corazón.

¡Por las buenas soy buena, por las malas, lo dudo! Puedo perder el alma por tu desamor, pero no la razón; yo soy toda de ley y te amé, te lo juro, pero valga decirte que son mis palabras el último adiós..."


Base de reclutamiento militar de Seúl, 2 de Julio de 2015.

Los flashes de las cámaras se disparan por todos lados. Hoy me alisto en el ejército para cumplir con mi servicio militar obligatorio, y ella no está aquí.

Observo a todos lados, esperando que aparezca en cualquier momento, pero sé que aunque las ganas de verla me matan de a poco, el mirar su rostro antes de irme no será posible. Hace cuatro días que ella está en España; al menos eso me ha dicho Seung Hyun.

Saludo a algunas personas y observo a mis padres que, orgullosos de que sirva a mi país, me sostienen de los hombros y tratan de abrirse paso entre la multitud de reporteros apostados en la entrada. Éstos preguntan miles de cosas; las clásicas preguntas tontas acerca de mi impresión antes de entrar o en relación a mis miedos. Otras más incisivas como Lee Bo Na, por ejemplo, prefieren hincar el dedo en la herida, trayendo a tema a Vannia.

En todas y cada una de sus preguntas sonrío, pero no emito palabra alguna. A ella menos que a nadie le importa lo que pasó en mi vida.

Dando pasos constantes y apresurados, camino hasta la entrada principal del cuartel y soy recibido por la única mujer que logró abrirme los ojos respecto a Vannia.

Goo Hye Sun sonríe, sosteniendo entre sus manos un pequeño paquete que me enseña orgullosa. Yo sonrío de vuelta, pero sin verdaderas ganas de hacerlo. Ella jamás será Vannia. Goo Hye Sun nunca será capaz de llenar mis sentimientos como un día lo hiciera ella.

Desde mi regreso a Seúl, es la única que ha estado a mi lado de manera incondicional y, a pesar de que en muchas ocasiones he tratado de echarla, simple y sencillamente ha permanecido aferrándose a la posibilidad de que la quiera.

Haciendo una reverencia grande a mis padres, camina poco a poco y, luego de abrazarme, tomándome por sorpresa, me entrega el paquete y dice:

—Por favor trabaja adecuadamente y sé fuerte, Hyun Joong. Sabes que siempre estaré esperándote.

Afirmo y recibo el paquete, luego ésta abraza a mi madre y se pone unas gafas de sol. Debe salir del lugar sin levantar sospechas.

Mis padres me observan en busca de respuestas, pero también decido no dárselas. Luego del incidente en Jeju me he vuelto aún más reservado. No los dejo acercarse para que descubran mis verdaderos sentimientos.

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