Capítulo 18. "MARRY ME"

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"...Todos los días en la misma cama; todos los días soñando los mismos sueños, un dulce beso contigo, por favor sólo ámame a mí. Yo te lo prometo, te prometo en este momento, te juro, por favor acepta mi corazón, esto es una canción de amor para ti..."


—¡Me cago en todos tus muertos, Iker —maldigo por el móvil a mi gallego ya no tan favorito—, que sólo faltan dos jodidas horas y mi quesito aún no ha recibido su quesito!

Y es que a últimas fechas estoy hecha un basilisco. Por no mencionar los jodidos nervios que no me dejan ni a sol ni a sombra y mucho menos olvidándome del hambre que me cargo todo el día.

Se preguntarán por qué...

Bueno, la respuesta a los siete males que me han entrado tiene nombre y apellido, y seguro se imaginan a quién me refiero...

¿Ah, no?

¡Vale, ya está bien!, que me dejo de chorradas y os lo digo como viene; el único culpable de mi desgracia es Kim Hyun Joong.

¿Por qué? Os volverás a preguntar; y yo, como ya no quiero seguir dándoles la brasa, les respondería que él es factor común entre mi humor, los nervios y lo famélica que me encuentro en estos últimos tres meses.

Empecemos con los nervios...

¡Ha llegado el día más esperado de toda mi existencia! ¡Sí, hoy me caso con el amor de mi vida por y para siempre! y, a pesar de estar más feliz que unas pascuas, no puedo dejar de sentir estos jodidos nervios a flor de piel ¿Será que me estoy volviendo loca o se trata de un presentimiento?

Las cosas no han sido fáciles, de hecho, han sido de todo, menos fáciles. Son las tres de la tarde y estamos a últimos días de junio, disfrutando de la calma que es capaz de proporcionarnos la isla de Jeju; éste es el sitio que hemos elegido para celebrar nuestro matrimonio... ¡Un verdadero paraíso!

Un enorme hotel nos da la bienvenida y, aunque en un principio queríamos que nuestro enlace fuera en el precioso jardín del lugar, las lluvias que han azotado la isla no han permitido que nuestro pedido inicial fuese cumplido.

Tras el compromiso he tenido que encargarme de todo, y sin liarlos tanto, tengo que aceptar que el organizar una boda en tres meses no es cosa fácil, y más aún cuando la futura novia resulta ser lo suficientemente cancina como para prohibir de modo tajante que ésta sea la típica boda tradicional coreana.

Desde el banquete hasta los souvenirs han sido ordenados a mi occidental manera y Hyun ha aceptado todas mis exigencias sin rechistar. Reconoce que la mala jugada de su madre me ha podido mucho y que de cierto modo debe recompensar la serie de putadas que la bruja Maléfica me ha hecho.

ES LA HISTORIA DE UN AMOR...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora