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Después del regaño de Gerard, Michael recibió una llamada del hospital urgente así que rápidamente se fue por lo que solo Garred y yo fuimos hasta la habitación para acomodar todas las cosas que había comprado. Una vez terminado con eso me puse el uniforme de enfermera y dejé a Garred en la habitación durmiendo mientras yo iba con Gerard a darle su primera terapia física.

Me acerque a la puerta y dudé un momento sobre si era bueno o no entrar, me sentía muy nerviosa pero tenía que hacerlo. Finalmente di tres pequeños golpesitos y la abrí un poco, asome la cabeza y lo vi sentado sobre la cama con la vista posada en la ventana, la cual tenía las cortinas abiertas dejando entrar toda luz de la luna.

—¿Puedo pasar?— pregunte casi en susurro y volteó a verme.

—Si ya estas aquí ¿qué mas da?.

No dije nada más y entré, caminé hasta él sin dejar de verlo a los ojos y cuando estuve al pie de su cama me detuve.

—¿Esta listo para su primera terapia?

—Lo estoy.— dijo totalmente serio, asenti y cuando estaba por quitar la manta que cubría sus piernas tomo mi mano con fuerza, apretándola. —Pero antes quiero saber más de ti

—¿Saber más de mí? — asintió sin dejar de mirarme —¿Para qué?

—Para aclarar mis dudas ¿entendiste?

—Sí

—Bueno para empezar dime ¿cuál es tu nombre?

—_______ Mitchel— agache la mirada.

—¿Y el de tu hijo?.

—¿Qué con él?— pregunte sin verlo.

—¿Cómo qué? ¿cómo se llama?— exigió

—Su nombre es Garred Mitchel

—¿Y por qué no tiene el apellido de su padre?

—Porque no— dije evadiendo su pregunta y tratando de soltarme

—¿Su padre te abandonó?— agitó mi mano

Sus preguntas me hicieron titubear y ponerme aún más nerviosa al punto de casi templar.

—¿Por qué me pregunta eso?...

—Tú solo responde lo que te acabó de preguntar.— subió su tono de voz

—¡No!— pude soltar mi mano de un tirón y me alejé un poco. —Eso a usted no le concierne

—Eso solo lo sabré yo, anda ¡responde!

—No le diré nada

—¡Que lo hagas te digo!

—No

—¿Y por que no?

—Pues por que ...es mi vida

—¿Es eso o es que oculta algo? porque yo sigo pensando en que ya nos conocíamos desde hace tiempo

—Se equivoca yo no lo había visto antes en mi vida

—Sea lo que sea lo sabré pronto así que te recomiendo que te cuides— me apuntó con el dedo y lo aparte de inmediato tratando de sonar seria.

—Yo vine hasta aquí para darle terapias físicas y eso es lo que haré así que no tengo por que andarme cuidando ¿entiende?— dije con voz firme

—Vaya cuanto profesionalismo— se burlo —Esperó que te duré lo suficiente como para soportar lo que viene.

—Con el tiempo verá que sí estoy preparada para esto.

—Eso dicen todas y al final corren despavoridas

—Pues ese no será mi caso

Sonrió de lado e intento tomarme del cabello pero lo detuve tomando su mano como él lo había hecho anteriormente.

—Eres muy retante ¿sabes?— soltó su mano —Será divertido adiestrarte.

¿Adiestrarme? ¿qué creé que soy? ¿un perro? Esto no se lo toleraré, antes era agresivo pero ahora yo ya no me dejare nunca mas, y para ser sincera a estas alturas los nervios se me habían esfumado por completo y en su lugar solo quedó enojó.

—Eso lo veremos— me crucé de brazos y lo miré con más calma —¿Podemos comenzar ahora?

No dijo nada solo retiró la manta y se recostó boca arriba quitando todas las almohadas para tener una postura más recta. 

—¿Has tenido otros pacientes antes?

—No, usted es el primero— dije mientras ponía crema en las palmas de mis manos para después frotarlas un poco.

—Ya veo ¿y al menos sabes que hacer?

—Si no lo supiera no estaría aquí, además consulte a varios terapistas del hospital antes.

—Bueno es un comienzo.

No dije nada y puse mis manos en sus piernas, las masaje lentamente algunas veces después tome una de ellas e hice que flexionara su rodilla para que los músculos no se atrofiaran de tanta inmovilidad, luego de eso realicé lo mismo con la otra.

—Ya esta, ahora su medicamento.

Tome un vaso de agua y le agregue un par de gotas, las cuales evitan que sienta ardor en las piernas.
Le ofrecí el vaso y lo tomó bebiéndolo todo y me lo entregó.

—¿Le puedo ayudar en algo más?

Estaba por decirlo cuando el llanto de Garred interrumpió, miré a Gerard y él asintió.

—Ve

—Gracias... buenas noches

Fui de vuelta a mi habitación, entre y tomé a Garred entre mis brazos para calmarlo. Miré hacía la ventana y vi que un grupo de hombres conversaba frente a la casa. Uno de ellos miro hacía la casa, me apuntó y todos me miraron otro agitó su cabeza y se dirigieron hacía la puerta principal. Retrocedí y corrí hasta la habitación de Gerard, abrí la puerta y entre con la respiración algo agitada.

— ¿Qué haces aquí?— preguntó molesto.

—Hay problemas

—¿Problemas? Mentales son los que has de tener sal ahora mis...

—No hay tiempo

Deje a Garred sobre la cama y abrí la silla de ruedas.

—¿Qué haces?

—¡Suba tenemos que escondernos están por asaltar la casa!

Me miro sin comprender nada y a la fuerza lo subí a la silla.

—¡Oye!— grito, abrí las puertas del closet, le entregue a Garred y arrastre la silla hasta allí, una vez dentró cerré la puerta con seguro —¿Cómo que van asaltar la casa?

—Si, acabó de...

Escuchamos que abrieron la puerta de la habitación y empezaron a saquear todo. Gerard y yo nos miramos entre sí.

—Enfermera trae la caja negra que esta en esa esquina rápido— susurro.

—Pero...

—Hazlo

Caminé tratando de no tropezar con nada, tomé la caja con cuidado y volví hasta Gerard. Abrió la caja y sacó una pistola de ella. La cargó y Garred comenzó a llorar.

Los ruidos pararon, y los lamentos de Garred se intensificaron, Gerard pensaba dispararles si entraban y yo no sabía que hacer.

Cómplice I : Monster [Gerard Way Ft. Billie Joe Armstrong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora