Encuentro

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Capítulo 7

—¡Maltita sea! ¡Se lo dije! —gruñó Jensen mientras caminaba furibundo de un lado a otro de aquella sala de espera.

—¿Quieres parar ya? Vas a desgastar las baldosas con tanto paseíto —amonestó Sebastian. Jensen se volteó con rabia fulminando con la mirada a su amigo el cual no se dio por aludido.

—¡Ha sido un estúpido! —insistió. Sebastian se levantó del asiento que ocupaba y se dirigió con gesto serio a donde Jensen se encontraba. Sujetó al Alpha de un brazo y lo desplazó hacia un lado clavando sus ojos azules cargados de reprobación en los verdes del otro.

Jensen se sacudió molesto con un gruñido de advertencia de nuevo ignorado por el otro hombre.

—¡Cálmate! —insistió. Giró la mirada desplazándola hacia el otro hombre que estaba en la sala. —Mírale... —susurró. Jensen siguió la mirada del veterinario para fijarse en Steve. Un estremecimiento recorrió su espalda y dejó caer los hombros abatido exhalando un fuerte suspiro.

—Lo siento —murmuró. Sebastian asintió satisfecho y se retiró dando espacio a su Alpha.

Jensen volvió a mirar a Steve. El beta estaba en silencio, encogido en el extremo de uno de aquellos desgastados sillones que poblaban esa austera sala de espera del Hospital General de Austin. Sus ojos estaban hinchados y rojos, su rostro tenso por la preocupación. Su rodilla se agitaba sin pausa en un gesto nervioso, al igual que no paraba de frotar las manos sobre la tela del vaquero que cubría sus muslos.

El Alpha tomó una respiración profunda antes de acortar la distancia que los separaba y sentarse junto a él. Steve se encogió al sentir el brazo de Jensen rodeando sus hombros y atrayéndole hacia él. El Alpha besó su pelo y no pudo evitar que las lágrimas se derramaran de nuevo por sus mejillas.

—Lo siento Steve —murmuró ahora junto al Beta.

—No importa —balbuceó él entre lágrimas— tienes razón. Es un idiota —dijo intentando mostrar una sonrisa.

—Sí que lo es... —respondió Jensen con la misma sonrisa mientras acariciaba el hombro de su amigo.

—Jensen... —Steve levantó la mirada buscando los ojos de su amigo— No quiero que le pase nada... —. Jensen vio el terror en los azules ojos del Beta y se encogió porque era el mismo terror que él sentía en su interior. Pero él era el Alpha de esa manada y su labor era ser fuerte por todos ellos, cuidarlos y reconfortarlos. Puso su mejor sonrisa de confianza y no apartó la mirada cuando le aseguró a Steve que todo estaría bien.

El tiempo se hacía eterno sin que nadie les dijera nada y Jensen sentía que se estaba ahogando. Salió de la sala alegando que iba a buscar algo de café. Caminó por los largos pasillos del hospital, abarrotados de actividad que él simplemente no era capaz de percibir, concentrando toda su voluntad en encontrar el camino de salida mientras las imágenes de lo ocurrido regresaban a su mente una y otra vez.

El fin de semana había sido un éxito. Tal y como Steve había previsto Hell ganó sus dos carreras con unos tiempos increíbles. Stardust hizo lo propio con la suya y Black Belle consiguió dos segundos puestos, pero también mejoró sus tiempos. Ya tenían todo listo para la vuelta y solo faltaba cargar los caballos en los remolques, Stardust viajaría en uno y Black Belle y Hell en uno doble.

Los dos caballos ya estaban subidos mientras ellos terminaban de despedirse de la gente cuando los relinchos y los golpes llamaron la atención de todos. Corrieron hasta el remolque viendo como Hell que estaba al fondo pateaba excitado intentando soltarse, Black Bell también parecía nerviosa y la furia del semental acrecentaba su temor. Abrieron la puerta intentando calmarlos. La yegua ya también pateaba nerviosa, con las orejas agachadas y mirada de pánico, Steve consiguió acercarse a ella, tranquilizándola con su voz hasta conseguir soltarla y sacarla del remolque.

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