Salvaje

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Capítulo 21

Jensen regresó a su forma humana. Parapetado en lo alto de aquella colina y bajo la protectora cubierta de los árboles, podía vigilar aquel granero abandonado donde su olfato le había traído después de más de treinta horas de infructuosa búsqueda. En aquel callejón el olor de Jared se mezclaba con el de llantas viejas y gasolina, tan común que podría haberle tenido dando vueltas durante meses. Entre todo lo que buscó antes de ponerse en marcha, solo las trazas de olor de una mancha de aceite y el inconfundible malestar que le producía el de ese químico, probablemente un potente desinfectante para granjas, le parecieron los más fiables como pistas. Registrándolos en su memoria, se había puesto en marcha, no sin antes ordenar a todos que se fueran a casa.

Como esperaba, no habían estado de acuerdo, pero no estaba dispuesto a admitir ningún tipo de discusión, aquel era un asunto que tenía que resolver él solo y lo iba a hacer de una vez por todas. Era consciente de que quizás no habían sido las formas adecuadas de dirigirse a los demás, no dudó en aprovechase de su posición de Alpha de la manada, pero ya se disculparía después, cuando tuviera a Jared cerca, en casa y a salvo.

Una vez fuera del casco urbano, se había transformado esperando así ser más rápido en su búsqueda, no había sido una tarea fácil, pero por fin, parecía que había alcanzado su objetivo. Desde donde estaba, podía reconocer el rastro que había seguido, la furgoneta aparcada frente aquel establo apestaba a aquel desinfectante. Por debajo de ese olor, podía distinguir la esencia de Jared, seguramente en el interior del edificio. Había visto dos hombres fuera, pero podía oler más, al menos otros tres, que debían estar en el interior. A pesar de que su instinto le dictaba bajar y recuperar lo que era suyo apartando del camino a todo el que se pusiera por delante, su parte racional sabía que debía esperar, estudiar la situación y elaborar un plan.

Debía ser prudente, si le detectaban antes de tiempo, nada impediría que mataran a Jared antes siquiera de poder acercarse a ellos. La ira y la rabia iban creciendo en su interior mientras esperaba el momento, desde que llegó había sentido el olor de la sangre, el mismo que había sentido en el callejón, la sangre de Jared. Dios sabía que iban a pagar por cada gota derramada. Con el cuerpo tenso, mantuvo la vigilancia hasta que vio salir a los otros hombres del establo, parecían divertidos y bromeaban entre ellos. Jensen sintió hervir la sangre en sus venas. Aquel sería su momento, Jared estaba solo, si se movía con cuidado podría deshacerse de ellos sin que a su Omega le pasara nada.

Rodeó la colina parapetándose tras arbustos y árboles hasta alcanzar la parte trasera del edificio. Uno de los hombres vigilaba aquella parte. Solo un gemido ahogado escapó de sus labios cuando Jensen le sorprendió sujetándole por la espalda y girando su cuello con brusquedad hasta que las vértebras crujieron en un chasquido mortal. Arrastró el cuerpo hasta ocultarlo tras unos arbustos y se hizo con el enorme cuchillo que el hombre portaba al cinto. Se desplazó hacía el lateral del establo, la espalda pegada a la pared intentando mimetizarse con ella hasta que tuvo a la vista su segundo objetivo.

Esta vez el elemento sorpresa se fue a la ruina cuando un inesperado cambio del aire llevó su olor hasta el hombre que estaba vigilando. Jensen tuvo el tiempo justo de saltar hacia atrás para esquivar la que hubiera sido una certera estocada cuando el hombre se volvió blandiendo un cuchillo. El vigilante le ofreció una sonrisa burlona pensando estar en una posición privilegiada al ser el único poseedor de un arma. Jensen le devolvió la sonrisa llevando su mano a la espalda para sacar el cuchillo que había cogido con anterioridad. El rostro del hombre se ensombreció y adoptó una postura defensiva, con los brazos abiertos hacia adelante y la mano del cuchillo adelantada, esperando su oportunidad. Jensen le imitó, los dos giraron en círculo, los ojos del Alpha clavados en el rostro del otro hombre, peligro líquido destilando de los iris verdes.

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