Capítulo 27
El tiempo se para, se congela, Jared se congela. Sus ojos se abren desmesuradamente llenos de confusión. Por un momento todo le da vueltas, la habitación, Christian. Su estómago amenaza con echar lo que no ha comido y tiene que agarrarse con fuerza al aparador de la entrada para hacer que todo se detenga, para anclarse de nuevo en la realidad, aunque no la comprenda. —Vivo... —. Vuelve los ojos al capataz que le mira preocupado a pesar de que su rostro sigue denotando el enfado. Le mira buscando la confirmación a lo que le ha parecido oír y que no puede creer, aunque lo desee con todas las fuerzas del mundo.
Christian ve la súplica en los ojos del castaño, la desesperada necesidad de creer, y aunque está enfadado, porque joder que está enfadado, no cree que sea el momento de reclamar al Omega por los más de veinte días que ha estado desaparecido, ya tendrá tiempo de pegarle una paliza después por eso, ahora le parece más importante tratar de confortar al hombre desesperado que tiene delante. Su mano se desliza por el hombro del Omega que le mira con los ojos llenos de ansiedad. Sus dedos aprietan en la unión de la clavícula y el cuello, sosteniéndole la mirada con toda la calma que puede reunir.
—Jay... —. El castaño contiene la respiración. —Jensen está vivo. Está en el hospital. Está mal, ¿vale?, pero está vivo. Es fuerte y está vivo Jay.
El rostro de Jared se contrae, su boca se abre intentando alcanzar un aire que el nudo de su garganta no deja pasar y que hace que los pulmones le quemen, su cuerpo se estremece sacudido por un temblor que es el resultado de la tensión y la rabia de todos esos días, todo lo que le había mantenido en pie, entero. Todo eso ahora se rompía dejándole devastado, agotado. —Vivo... —. La palabra se repite en su cabeza y todo su cuerpo tiembla, sus puños se cierran sobre la tela de camisa de Christian, retorciendo el tejido, sosteniéndose en él mientras sus ojos preguntan de nuevo.
—Está vivo, Jay. Está vivo —. Y los brazos del capataz le atraen hacia su pecho y lo abrazan mientras él solo aprieta los ojos dejándose llevar, una especie de quejido escapa de su garganta y llora, sobre el hombro de su amigo, Jared llora por su pareja muerta, por veintidós días de duelo, por una venganza y por alivio, sobre todo llora de alivio.
—Tengo que verlo... Tengo que ir a verlo... —balbucea mientras se separa de Chris que ha estado sosteniéndolo por no sabe cuanto tiempo. Con el puño de la cazadora limpia los restos de mocos y lágrimas de su cara, recomponiéndose en la medida de lo posible. —Llévame a donde esté, ¡vamos Chris! —pidió mientras se encaminaba de nuevo hacia la puerta.
—Eh, eh... espera chaval —. El capataz le detuvo sosteniendo con firmeza su brazo. —Tú no vas así a ninguna parte
—¿Qué estás diciendo? ¡Vamos! No tengo tiempo de tonterías, tengo que verle, ¡ya! —protestó.
—¡No! —repuso el Alpha— Tú te vas ahora mismo a darte una ducha, vamos a curarte esas heridas... —puntualizó mientras sostenía la barbilla del castaño y giraba su cara de un lado a otro evaluando los golpes y los cortes con ojo crítico— y vas a comer algo y a tranquilizarte, porque te ves hecho una mierda.
—Estás de coña, ¿no? —protestó molesto— Me voy ahora.
—¡Tú no vas a ninguna parte! —rugió el Alpha y Jared se detuvo durante un minuto intimidado. —¡Haz lo que te he dicho! Y después te llevaré a ver a Jensen. Ni un minuto antes, ¿entendido? —. Jared asintió conteniendo una rabia que quedaba perfectamente reflejada en sus ojos. Subió los escalones de tres en tres camino a su habitación bajo la atenta mirada del capataz y se dispuso a dar cumplimiento a las órdenes del mismo con la mayor rapidez posible.
—Vivo... —. La palabra no se le va de la cabeza. Sonríe, por primera vez en semanas, sonríe mientras deja que el agua caliente relaje sus agarrotados músculos, siente que podría pasarse una vida bajo ese chorro, pero Jensen le espera y ya lo ha hecho por demasiado tiempo. Se cambia de ropa, se afeita con cuidado aguantando el escozor de las heridas y en veinte minutos está de nuevo abajo frente a Chris. Sebastian le acompaña y ve en la cara del Alpha las ganas de preguntar, de saber dónde y que ha estado haciendo, pero se mantiene al margen, en ausencia de Jensen, Christian tiene toda la potestad sobre la manada.
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Instinto
FanficLa vida de Jared se verá condicionada por un hecho que él no puede controlar, algo que nunca imaginó y que es intrínseco en su personalidad, algo que le llevará a recorrer un tortuoso camino sin esperanzas. Maravillosa portada a manos de @NicBarret