Verdades diferentes

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Capítulo 15

—¡Estúpido!, ¡estúpido!, ¡estúpido!, ¡¡ESTÚPIDO!! —. Jared entró a la carrera en su habitación gritando sin descanso a su yo interior. —¿En qué estabas pensando? ¡Maldito idiota! ¿Te creías que algo había cambiado?

Cerró la puerta de golpe al entrar, paseando furioso de un lado a otro de la habitación, llevándose las manos a la cabeza, enredando los dedos en su largo cabello y tirando de él con desesperación, luchando por contener las lágrimas, lleno de rabia e impotencia. —¡¡Joder!! —exclamó entre dientes. Se sentía sucio, mucho más que nunca, más incluso de lo que se sentía en aquellas ocasiones en las que Mark le había entregado como entretenimiento en sus cenas de amigos. No había pasado nada y se sentía más mancillado que nunca.

Comenzó a despojarse de su ropa con desesperación, las manos le temblaban tanto al intentar desabrochar los botones de su camisa que acabó por tirar de los bordes haciéndolos saltar por los aires. Abrió el agua de la ducha y se metió en ella sin ni siquiera esperar a que empezara a salir caliente. Puso la temperatura al máximo y apoyó la frente y las palmas de las manos contra los azulejos de la pared y cerró los ojos. Intentó bloquear la mente, dejar que el agua escurriera por su cuerpo llevándose todo. Era un intento inútil, él lo sabía.

De pronto su pecho convulsionó en un pequeño movimiento espasmódico que le hizo soltar el aire con rapidez por la nariz, el movimiento se repitió cada vez más seguido, encadenados hasta formar una risa apretada, contenida. Una risa que se convirtió en una carcajada amarga cuando sus labios se separaron dejándola salir. Se giró apoyando ahora la espalda en la pared mientras se frotaba la cara con las palmas de las manos llenas de agua incapaz de contener aquella risa histérica.

—¿De qué te asombras Jared? —retomó la conversación consigo mismo— Ese tipo solo te ha dicho la verdad, la misma que tú conoces desde hace tiempo. Bajaste la guardia y ahora te llevas las manos a la cabeza como un maldito novato. Lo único que tienes aquí es una correa más larga, pero nunca va a faltar quien te recuerde que sigues siendo solamente el perro.

Negó repetidamente con la cabeza ante su estupidez. Tomó la esponja y se frotó con eficiencia, el agua comenzaba a tornarse fría cuando decidió salir. Fuera de la ducha sus ojos se toparon de nuevo con su imagen en el espejo. El gesto de desagrado de Matt cuando vio sus cicatrices le llegó de nuevo.

"Cuando se canse de follarte, él volverá conmigo, se vinculará conmigo y tú no serás más que un desahogo sexual".

Apretó los puños con rabia, cerrando los ojos podía ver la cara de satisfacción del beta, la seguridad en todo lo que le estaba diciendo. —¿Qué te pasa Jared? Tiene razón, ¿por qué le das más vueltas? —. Jared se estaba viendo envuelto en un torbellino de emociones que fluctuaban por su cuerpo, removiendo y agitando, haciendo la sangre hervir en sus venas, el pulso latiendo en sus sienes. Estaba agitado, furioso, avergonzado, herido, confuso..., muy confuso. —¡Deja de pensar! —se dijo de nuevo, pero no podía hacerlo. No podía dejar de pensar que el beta estaba en lo cierto, que Jensen a pesar de que su trato era amable solo lo querría para lo mismo que los demás.

Él dijo que quería un compañero... —rememoró la conversación con el Alpha recordando aquellas palabras y la expresión sincera e incluso anhelante de Jensen.

—¡MÍRATE! —. Se sobresaltó ante aquel grito explotando en su cabeza, miró de nuevo al espejo y se sorprendió cuando su reflejo parecía ofrecerle una mueca burlona. —ERES LO QUE ERES, NO VALES NADA Y AHORA MUCHO MENOS. ¿CUÁNTO TIEMPO CREES QUE SOPORTARÁ TU CUERPO DESFIGURADO? ¿CREES DE VERDAD QUE ALGUNA VEZ TE TOQUE SI NO ES PARA PONERTE A CUATRO PATAS Y FOLLARTE SIN TENER QUE MIRARTE?

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