Un regalo inesperado

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Capítulo 16

Habían pasado tres semanas desde aquella conversación. Un tiempo extraño en el que Jared intentaba adaptarse a su nuevo ritmo de vida, a la apacible, aunque dura rutina del rancho, a su nueva manada y a Jensen. Ahora no podía evitar que sus labios se curvaran en una pequeña sonrisa cuando venía a su mente la imagen del Alpha, no se podía decir que todo estuviera ahora bien entre ellos, en realidad aún había demasiados escollos por superar, pero Jensen se estaba mostrando paciente con él, dándole el espacio y el tiempo que parece necesitar. En su cabeza aún hay muchas dudas, sentimientos contradictorios que le asaltan sin previo aviso alterándole, aunque si ha de ser sincero consigo mismo cada día se siente mejor.

Ha pensado mucho en lo que Jensen quiere de él, un compañero, se lo ha repetido en más ocasiones desde aquella primera vez y sus palabras cada vez le parecen más sinceras, aunque sigue sin ser capaz de creerlas, aún no está dispuesto a deshacerse de su coraza de racionalidad, es un Omega, no puede olvidarse de eso, tiene que protegerse porque el dolor es demasiado grande cuando te toca el alma.

Que sus barreras aún permanezcan levantadas no hace que pueda evitar que sus dedos tiemblen mientras rozan distraídamente las tres cuentas de acero que cuelgan ahora de su cuello. Tres cuentas engarzadas en un cordón de cuero negro, las dos exteriores adornadas con trazos geométricos en zigzag y la central, más grande que las anteriores grabadas con una J y una A entrelazadas. Jensen apareció con él dos días después de aquella conversación y lo colocó en su cuello delante de todos durante la cena, dejando claro que ahora le pertenecía. Todos parecieron aprobar el gesto, de hecho, parecían aliviados de que por fin la situación quedara clara. Respecto a él, le había molestado menos de lo que había pensado que sucedería, porque a pesar de que había sido él mismo el que le dio la idea al Alpha, no había sido realmente sincero al decir que no le importaba.

Seguramente parte del alivio había sido el que Jensen no escogiera un collar como el que anteriormente llevaba. —No quiero un esclavo —había susurrado en su oído mientras le ajustaba el broche del cordón después de que él mismo le había lanzado una mirada interrogante al sacarlo del estuche de la joyería. Los dedos del Alpha se deslizaron durante un segundo sobre el cordón ajustándolo sobre su cuello y su clavícula, rozando a la vez su piel, haciendo que un estremecimiento involuntario recorriera su columna para después retirarse dejándole un hormigueo extraño que aún ahora tanto tiempo después podía sentir.

—Es un buen hombre... —la voz a su lado le hizo salir de sus cavilaciones. Soltó con delicadeza las cuentas del collar con las que había estado jugando distraídamente y las centró de nuevo sobre su cuello antes de volver la cabeza a su interlocutor.

—¿Cómo dices? —. Los ojos azules de Misha le miraban divertidos. Se había acostumbrado a pasar la mayor parte del tiempo con él y parecía que el Beta apreciaba de igual manera su compañía. No sabía porque, pero sentía que tenía mucho en común con aquel hombre.

—Digo, que Jensen es un buen hombre. Y un buen Alpha, para todos..., también lo será para ti Jared. Confía en mí... —. El rostro del moreno se iluminó con una cálida sonrisa. Jared exhaló un largo suspiro mientras se inclinaba entre sus piernas para recoger unas briznas de paja del suelo del establo donde estaban sentados y se puso a desmenuzarlas entre sus dedos.

—¿No me crees? —preguntó el moreno con una ceja alzada. Hubo un momento de silencio en el que solo se escuchaban los resoplidos agitados de la yegua que tenían enfrente. Jared le miró de soslayo para volver de nuevo a sus briznas.

—Si, te creo. Pero aún no puedo..., aún no puedo confiar en él. Ni en él ni en nadie para ser sinceros —. Jared negaba con la cabeza mientras su rodilla se agitaba de forma nerviosa. —A veces siento que la cabeza me va a estallar, demasiados cambios, demasiado confuso. He pasado cosas..., ¡Dios! ..., me han hecho cosas que... —su voz comenzaba a quebrarse.

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