Amber POV.
Hace una semana que he vuelto de Nueva York y hace tres días que evito a toda costa encontrarme con Blake.
No salgo de casa y mucho menos piso la calle.
Bueno si, si salgo de casa, pero para ir al instituto y del instituto a casa, y cuando salgo de casa es para meterme en el coche, que está en el garaje, así que la calle no la piso mucho.
Tampoco me he arriesgado a aparecer por el centro comercial, ni por la tienda de mi tía, ni por el paseo marítimo y mucho menos a la playa.
Las cortinas las tengo siempre echadas por si las moscas.
Exagerada.
Hay que recordar que es mi vecino de enfrente.
Y se que la única manera de olvidarme de él es evitándolo a toda costa, se me está haciendo eterno y solo llevo una semana.
Se suponía que era mi último año de instituto y tenia que disfrutar, salir, pasarlo bien, no estar encerrada en casa.
Y lo peor es que aun me sigue doliendo como el primer día, sigo pensando en él a todas horas y aun peor llorando todas las noches hasta que me duermo del cansancio.
Llorando porque se que esto no va ir a menos si no a más, porque cada día lo echo más de menos y aun que parece imposible a cada segundo que pasa le amo más.
Y solo llevo una semana.
Una maldita semana, que se me está haciendo eterna es poco.
Hoy es sábado y yo me encuentro tirada en mi cama viendo Un paseo para recordar y rodeada de pañuelos usados y de chucherías, si un día buenísimo para estar deprimida.
Parece la típica escena de las películas cuando a las protagonistas les deja el novio, oh espera eso es lo que me ha pasado a mí y me derrumbo, menos mal que tengo pañuelos.
Es helado de chocolate, no chucherías.
Bueno es que yo marco estilo, además el chocolate no me apasiona.
La tarde está interesante, después de esta peli, está Titanic, y después muchas películas más para llorar.
Estoy a punto de sonarme los mocos cuando la tele se apaga.
-¡EH!-grito a Ian que acaba de desconectar la tele de la luz.
-Como tu mejor amigo que soy no voy a dejar que te amargues. Bastante es que no le haya partido la cabeza al culpable de esto.-dice señalándome a mí.
-Ian tiene razón, ya que no podemos partirle la cabeza a Blake, porque es obvio que si no se acuerda es porque no puede, no te vamos a dejar que te derrumbes.-añade Linna entrando a mi habitación.
-Así que levántate que nos vamos de fiesta.
-Ian no voy a ir a esa fiesta, lo más probable es que este Blake.
-Ian tiene razón. Amber, tienes que hacerle frente, no te vas a tirar toda la vida metida en tu casa comiendo chucherías, te vas a poner como una vaca.
Ian me coge sobre sus hombros y me lleva al vestidor. Linna entra y me sienta en el pequeño sofá que tengo dentro.
-Ian ya que tu eres chico porque no buscas algo con lo que te gustaría ver a una chica. Tú ya me entiendes.-le dice Linna a Ian mientras le da unas palmaditas en la espalda-Mientras yo intentaré arreglar tu habitación-me dice señalándome-¿Hace cuanto no limpias?
Desvío la mirada al rededor de la habitación y me doy cuenta de que parece que por aquí ha estado viviendo un cerdo, no una persona.
-A ver que encontramos por aquí...
-En serio, os voy arruinar la noche.
-Perfecto.
-¿Perfecto?
Le digo que les voy arruinar la noche y él dice perfecto.
Este chico es tonto.
-¿Qué decías?-dice Ian dándose la vuelta mirándome como si fuera un extraterrestre-No te hacía ni puto caso.
-¡Ei!-digo poniendo morritos y frunciendo el ceño-Pues deberías soy tu mejor amiga.
-Y como eres mi mejor amiga no voy a dejar que te quedes aquí encerrada como una loca.-argumenta mientras me da un beso en el ceño para que deje de fruncirlo-Lo siguiente es que te compres los siete gatos.
-¿Por qué siete?
-¿Por qué no? Ahora ponte eso y no quiero peros.
******
Hace una hora que hemos llegado a la fiesta.
Os preguntareis como es mi vestido.
Pues mi vestido es ajustado con un solo tirante y me llega...bueno solo llega a tapar mi culo, lo único bueno es que es negro y brillante.
Osea hace tres años me encantaba pero resulta que hace tres años no tenia ni el culo, ni las caderas, y mucho menos las tetas que tengo ahora.
¡Es un milagro que pueda respirar!
Linna se ha encargado de maquillarme y peinarme.
Hay que decir que la fiesta no está tan mal como pensaba.
¿Qué no está mal? Está genial.
Resulta que la fiesta no es una fiesta normal si no es una fiesta de cumpleaños.
La chica que cumple años es muy popular en un instituto.
Y por desgracia ese instituto es el de Blake.
Pero la casa está abarrotada de gente como para encontrarmele.
Como iba diciendo la fiesta está genial, hay stripers que por cierto no están nada mal.
Rectifica, porque están mejor que el pan.
Pero a mi ellos no me importan.
Estoy con todos mis amigos en la barra.
Y justo se pone alguien a mi lado.
-Ey, nena. ¿Por que no nos pones una copa y de regalo nos das tu número?-dice entre risas Blake.
Si, Blake está al lado nuestro.
No se que hacer y mis amigos me miran como si fuera una bomba de relojería a punto de explotar.
-Preciosa, ¿estás bien?-me dice un camarero mientras pasa su mano enfrente de mi cara varias veces.
Genial, ahora he llamado la atención, porque hasta Blake, Cameron, Neels y los amigos de Blake me miran.
Meneo la cabeza y miro al camarero sonriendo.
-Si tranquilo, ¿por qué no nos pones unos chupitos a mis amigos y a mi? Creo que si no bebo algo no voy a poder aguantar este vestido.
El chico se ríe.
Es tan guapo.
-Si parece apretado, normal que necesites beber para no acordarte de que lo llevas.
Me ruborizo mientras él pone los chupitos sin dejar de mirarnos.
Antes de que mis amigos cojan el vaso yo ya estoy pidiendo otro.
-Joder y eso que no querías salir de casa.-dice Mery.
-He cambiado de idea.-me giro para el camarero-vodka de cereza con sprite.
El camarero me lo prepara y salta la barra para a continuación darme mi copa.
-Hola me llamo Marcus y soy hermano de la chica del cumple.-susurra en mi oído-¿Por qué no bailamos?
Yo solo asiento y le acompaño hacia la pista improvisada de baile.
El vestido y el peinado que lleva Amber a la fiesta en multimedia.