Capitulo 2: Gretel

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En tres semanas se termina mi último semestre en la Universidad de Gotham, y no puedo esperar a deshacerme de mi compañera de cuarto. 

Los estudiantes nuevos teníamos que dirigirnos a la oficina de administración para recoger la llave del que sería nuestro cuarto en el campus de la universidad. Ella llegó antes y ya estaba instalada. La salude amablemente. Lucia algo incomoda. Pensé que era tímida y decidí darle su espacio. Las primeras semanas casi no cruzamos palabra. En ese momento no le di mucha importancia, estaban iniciando las clases, estábamos muy ocupadas. Era normal. 

Poco después la invite a tomar un café y aceptó. Fuimos a un lugar cerca del campus. Me contó que venia de Detroit, había entrado a la universidad con una beca por sus altas calificaciones, vivía con su madre. Varias veces había notado que ella me miraba mucho. Observaba mi ropa, mi cabello, hasta mis uñas. Un par de compañeros de clases entraron y me saludaron. Nadie conocía a Gretel, así que se levantó y se fue. 

Una vez en el cuarto le pregunté qué le había pasado. No respondió. Leía un libro en su escritorio, ignorándome por completo. 

—Conozco a las mujeres como tú —dijo. 

—¿Qué dices? No entiendo. 

—Mujeres como tú no tienen que hacer nada para conseguir lo que desean. Ustedes mueven las pestañas, sonríen y todas las puertas se abren. Todos abren paso frente a ustedes. Creen que todo se lo merecen. Estoy harta —guardé silencio, la dejé hablar—. ¿Crees que no te he analizado? La más popular. Y consentida de los profesores. Personas como tú hacen que el esfuerzo de personas como yo no valga nada. Yo me mato estudiando día y noche, y tú siempre estás de primer lugar en todas las clases —se ahogó un poco. Tenía los ojos húmedos. 

Me acerqué a ella y puse una mano sobre su escritorio, inclinándome y mirándola directo a los ojos. —Oh, dulzura, no me digas que te hicieron bullying en la escuela —se sorprendió con mi respuesta—. Pues lamento decirte que no has conocido a nadie como yo antes. Yo en tu lugar, no dormiría ni por un segundo —sentencié. Nadie me habla así y se queda muy tranquilo.

En los siguientes meses le hice la vida miserable. Se lo merecía. Traté de ser amable con ella. Pudimos haber sido amigas. Pero decidió poner una cámara escondida y grabarme mientras le jugaba una de mis bromas. Se fue como una santurrona llorona a la oficina del director de la faculta. Él me informó que sería la última vez que me permitirían algo así, la próxima, sería expulsada. Me tragué, con gran dificultad, todo mi orgullo. Esperaría. Puedo llegar a ser muy paciente. Y, ahora, las clases terminarán. ¿A quién le irá con su carita de pajarito herido? Terminaré a lo grande. Mi querida compañera de cuarto se ganó el honor de tener una despedida de Harleen Quinzel. 

Entro a mi cuarto y ahí está ella. Siempre está aquí. Pobre, no tiene muchos amigos. Puede que alguien haya corrido el rumor de que tiene herpes ¿pero quién podría hacer algo así? Me río por dentro. Qué traviesa, Harleen, tienes que controlarte. ¿Por qué tendría que hacerlo? Es más divertido jugar bromas. 

—Adivina a quién le fue increíble en su entrevista con el decano —digo, suelto una carcajada y me echo sobre mi cama. 

—Seguro le hiciste un favorcito al decano Smith. No tienes otro recurso más que ese.

—Awww. ¿Por qué tan amargada el día de hoy, Gretel? ¿Te fue mal? —le pregunto, con mi voz de «soy dulce porque me burlo en tu cara».

—Claro que no. Me asignaron al Psiquiátrico Público.

—¿Al Psiquiátrico Público? Pero tenía entendido que querías ir al Instituto de Salud Mental de Metrópolis ¿o me equivoco?

—¿Al Psiquiátrico Público? Pero tenía entendido que querías ir al Instituto de Salud Mental de Metrópolis ¿o me equivoco?

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Se sonroja de la rabia y así sé que mi trabajo aquí está hecho. Es tan entretenido molestarla. 

***

Me siento en una banca del parque. Necesitaba salir del campus, me aburro demasiado allá. Por eso estoy tan emocionada de empezar a trabajar en Arkham. Sé que ahí viviré todas las emociones fuertes para las que estoy hecha. 

Le doy un sorbo a mi capuccino y abro el periódico. Estoy buscando un apartamento. Lo que voy a ganar en Arkham en muy poco por ser una interna, así que necesito alquilar un cuarto en la ciudad. Me gustaría que fuese en el centro. 

Después de una ojeada a la sección de alquileres del Diario de Gotham, me llama la atención uno: «Alquilo habitación a mujer en departamento de dos cuartos y dos baños. Se incluye la cocina y la sala. Acceso a Internet. En el centro». ¡Siiii! ¡Es perfecto! Suelto un chillido y lo marco con mi resaltador. 

Se me pasó el tiempo volando. Se ha hecho de noche. Debo volver. Me levanto y guardo el periódico en mi bolso. Las calles en Gotham pueden ser muy peligrosas a estas horas. Camino rápido. De repente, una patrulla de la policía pasa a mi lado. Va a toda velocidad. Miro al cielo, y justo encima de mí veo entre las nubes la señal de Batman. Escucho un estruendo de autos chocando en dirección a donde se dirigía la patrulla. Me pregunto qué pasó. Sigo con mi camino. En la mañana llamare para ver si el apartamento aún está disponible. 

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Mis queridos(as) lectores(as), no saben lo emocionada que estoy por la respuesta tan positiva que he tenido con respecto a esta historia. Mil gracias por todos sus comentarios. 

Ya que les ha gustado, aquí tienen un nuevo capitulo. ¿Qué les pareció?

Le agradezco profundamente el apoyo que me dan, es gracias a él que sigo escribiendo para todos ustedes. Les mando un abrazo enorme. Disfruten de lo que queda del fin de semana. 

Obsesión suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora