Capitulo 17: Sirenas del crimen

928 84 12
                                    

Estoy junto a Pamela afuera de la casa de un político que está creando cierta fama a su alrededor. Me ha pedido que la ayude con esto, y yo encantada de hacerlo. 

Mientras nos infiltramos no es necesario usar la fuerza: mi amiga venenosa tiene habilidades que dominan a los hombre, con un simple rocío de feromonas. Cada guardia cae rendido a sus pies. Pasamos sin problemas. 

El hombre en cuestión es el principal promotor de un proyecto que destruiría una reserva forestal muy importante. En realidad, ya no me acuerdo muy bien lo que dijo Pamela, pero la apoyo en lo que sea. 

Me quedo afuera de la habitación, Pamela quiere hacer el trabajo esta vez. Escucho gritos y suplicas, susurros. Saco de espejo de bolsillo y me retoco el labial. ¡Hay que estar siempre linda! 

Salimos de la casa en dirección a un barrio que no conocemos: era la lugar más rápido para escapar. Las calles son sombrías y deterioradas. Hay vagabundos por todos lados, se juntan alrededor de fogatas improvisas en botes de basura. Niños en las aceras con armas, motocicletas, grupos de personas que observan. 

De un momento a otro nos detienen, se atraviesas en la carretera. 

—Pásales por encima —grito. 

—Hay francotiradores en los techos.

—¿Y?

—¿No tienes ni un poco de sentido de prevención? 

—Si lo tuviese, no sería tan divertida. 

Vemos a una mujer vestida de negro acercándose a nosotras. Nos bajamos del auto.

—¿Quiénes son? ¿Qué hacen aquí?

—Harley Quinn y...

—Shhh... —Pamela se pone seria. 

—Este es mi barrio, mi territorio. No pueden estar aquí. 

—¿O si no, qué? 

—¡Harley, ya basta!

—¿Qué? ¿Qué dije?

—¿De dónde vienen?

—Venimos de la casa de senador Hardy, lo hemos matado... y haremos lo mismo con ustedes si no nos dejan pasar —respondo. 

—¿Lograron entrar a la casa del senador? Vaya, vaya, me impresionan.

—Tenemos algunos trucos —dice Pamela. 

—Me vendrían bien. Hagamos un trato... ayúdenme a sacar unos documentos de la casa del alcalde, y tendrán mi apoyo a partir de ahora. 

Pamela y yo nos miramos. Somos demasiado ambiciosas como para rechazar una propuesta así. 

—¿Cómo te llamas? —pregunto.

—Yo soy Gatúbela. 

 —Ohhh

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

 —Ohhh... miau... ¿te gusta arañar? —me río, pero nadie más lo hace conmigo. ¡Aburridos! 

Hablamos de negocios y alianzas. Pamela siempre se mantiene un poco distante y precavida. Yo sólo quiero jugar. 

Juntas hacemos muchas travesuras mientras la noche es joven. La mañana no se demora, así que nos separamos, como muchos planes y la promesa de más aventura por venir.   

***

El diario de Gotham

«¿QUIÉNES SON LAS TRES BELLEZAS QUE ATACARON AL ALCALDE DE GOTHAM LA MADRUGADA DEL JUEVES? 

Testigos afirman que iban solas; no tenían compañía de ninguna banda u organización armada. Ciertamente, no necesitaron de nadie más, ya que saquearon la mansión del alcalde en cuestión de minutos, dejando incapacitados a todos los miembros de seguridad. 

Hasta el momento no se sabe la identidad de las criminales, pero en las calles de la cuidad han sido apodadas como Las Sirenas de Gotham.»



Obsesión suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora