Capitulo 16: Aventura

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—Él es Jonny Frost —dice mi pudin. 

—Estoy a sus ordenes, señora

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—Estoy a sus ordenes, señora. 

Asiento. 

La reunión comenzó pronto. Yo me quedo embelesada viendo a mi pudin dar ordenes y disponer de la vida de quien sea. Cada uno de ellos se estremece al oír su voz; le temen más que a nada. Eso me hace enorgullecer. 

—¿Bien, mi cielo? Atacaremos una bóveda de Empresas Wayne, está llena de diamantes...

Recuerdo a Bruce, casi lo había olvidado por completo. Debe creer lo que todos: que El Joker me secuestró o que, tal vez, ya esté muerta. Me pregunto si le hago falta. Antes me consideraba a mí misma como una aburrida sin gracia, una más del montón. Ahora, junto a mi pudin, soy divertida, libre. Un hombre como Bruce Wayne jamás entendería mis razones para elegir esta vida. 

—Pero antes... —pasa su abrazo alrededor de mi cintura— tú y yo tenemos algo que hacer. 

—¡Estoy lista, pudin!

—Esa es mi chica. Ven. 

Camino a una base militar, mi Sr. J me dice que tenemos que robar una bomba muy potente (la indicada para penetrar el fuerte acero de la bóveda). 

En esta ocasión no entraremos a las malas, lo haremos con mucho cuidado para no alertar a la ciudad de que estamos metidos en algo grande. 

Un auto nos deja a un par de metros de la base, justo al frente de un bosque. Lo recorremos y nos camuflamos entre la maleza. Jonny Frost abre un boquete en el muro de concreto en la parte más oscura y escondida. 

El edificio está lleno de seguridad por doquier. Esquivamos con cuidado las luces y alarmas. Mi pudin y yo entramos por una puerta vagamente cuidada. Nos tomamos de la mano y tratamos de no reírnos. ¡Esto es tan emocionante! Me da una nalgada y me detengo un segundo para besarlo. 

Nos detenemos en un corredor y vemos que hay dos militares custodiando la entrada de la sala de bombas. 

—¿Qué dices, bebé?

—Déjamelos a mí, pudin. 

—Eres increíble —roza mi viente con los dedos, subiendo mi camiseta por un instante. 

Me pego a la pared y sorprendo a los hombre. No se lo esperaban, así que les doy unos buenos golpes, y caen moqueados al suelo. Me cubro la boca para no hacer ruido con mi carcajada. 

—Grrrr... fiera sexy —susurra. Me excita. 

Pudin abre la cerradura con facilidad. Toma la bomba y salimos lo más rápido posible 

***

Las noticias están abarrotadas de información inconclusa sobre el robo de una bomba de una base militar. No hay sospechosos. 

Mi pudin y yo descansamos en la cama, comiendo un manjar de frutas y champán. Él me da uvas en la boca y yo paso mi lengua por sus dedos. Coqueteamos y disfrutamos de la compañía del otro. 

Voy al baño y me pongo más cómoda: me echo crema para humectar y un poco de perfume. Y, también, me quito la ropa y me quedo sólo con un conjunto de lencería de encaje que me puse para seducirlo. 

Al salir de baño me quedo bajo el marco de la puerta, mi pudin me observa de arriba abajo, se muerde los labios.

—¿Es para mí?

—Sabes que soy completamente tuya. ¿Te gusta?

—Ohhhh —suspira y se ríe—. Eres toda una delicia. Ven con papi. 

Me poso sobre sus muslos y nos besamos

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Me poso sobre sus muslos y nos besamos. Me he vuelvo una completa adicta a él. 

Obsesión suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora