Capitulo 13: Harley Quinn

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Abro los ojos y siento la suave seda en mi rostro. Me estiro. ¿Qué pasó? Por unos instante me siento un poco perdida, y no sé dónde estoy. Ahora lo recuerdo. Sonrío y me pongo de pie sobre la cama, saltando de alegría comienzo a gritar. 

 —¡Sr. J, Sr. J, Sr. J! —vocifero. 

—Ahí está mi chica... —dice, entrando a la habitación. 

—¡Este lugar es increíble!

—Y espera a que te muestre el resto... 

Salto de la cama y caigo en sus brazos, me cuelgo de su cuello y juro que, si pudiera, no me soltaría nunca. Es una cosita hermosa, tan dulce, excitante. Estoy loca por él. 

Me toma de la mano y me conduce por infinidad de corredores, habitaciones y demás. Hay de todo: arsenales de armas, autos de lujo, televisores gigantes. Nunca había visto cosas tan impresionantes. Estoy tan emocionada que brinco y giro sin parar. 

—Mira... esta habitación es especial —dice mi Sr. J—. Aquí será donde te enseñare a jugar. 

—¿Jugar? ¿En serio?

—Sí, cielito. Además, te traje un regalo de bienvenida —me muestra el lugar y veo armas, cuchillos, maquinas de entrenamiento, plataformas de obstáculos. Y, justo en el medio, hay un hombre, de rodillas y amordazado. 

Lo miro. 

—No seas tímida, mi amor, puedes hacer con él lo que quieras... ¡Vamos, enseña tu creatividad! 

Voy hacia una mesa quirúrgica y observo detenidamente lo que hay sobre ella. El hombre no para de gritar y de rogar. Me provoca dolor de cabeza y no me puedo concentrar.  

—¡Cállate! —grito. Me zumban los oídos y veo borroso. Miro al Sr. J y se está riendo. Quiero entretenerlo como se merece. 

Tomo unas pinzas y una cierra de mano. ¡Hay que divertirnos! 

—Eso es... —susurra. 

Me acerco al hombre y con las pinzas tomo su lengua. «Ya no podrás gritar y hacerme perder el control nunca más». Enciendo la pequeña cierra  y la sangre salpica por doquier, es roja oscura y espesa. Me gusta. El Sr. J se ríe y aplaude. Le ha gustado lo que he hecho. 

—¿Cómo lo estoy haciendo, Sr. J? —le pregunto, alegre. 

—¡Excelente! Eres una aprendiz sin igual. 

La lengua del sujeto cae al suelo. Me dan ganas de vomitar. ¡Qué asco! 

—Tranquila, muñeca, sólo necesitas un desayuno digno de una reina. 

—¡Siiiiii! 

Mi increíble Sr. J me invita a entrar al comedor más grande y elegante que he visto jamás. Él toma asiento en el trono del rey y me concede el puesto que siempre soñé: el de su reina. Nos traen un manjar. No puedo parar de mirarlo y suspirar. Quisiera comérmelo a él. 

***

El Sr. J me ha estado enseñando muchas cosas: a disparar, moverme. Se he sorprendido con mis habilidades de lucha. Quiero hacerlo sentir orgulloso, haré lo que sea para lograrlo. Tengo que estar a su altura.  

Vamos de nuevo a la habitación donde dormí anoche. 

—Todo esto es para ti... —señala un guardarropa enorme lleno de vestidos, zapatos, abrigos. ¡WOW! Me quiero morir de felicidad. 

—¡Me encanta! Gracias, gracias, gracias —lo abrazo. 

—Esta será nuestra habitación, puedes redecorarla a tu gusto.

¿Nuestra? ¿Escuché bien?

—Y a partir de ahora... —dice, y acerca mi cuerpo al suyo— serás Harley Quinn, mi infame y única Harley Quinn. El rey necesitaba una reina. Haremos cosas increíbles, nos vamos a divertir mucho, cariño. 

—Harley Quinn... —musito— ¿soy tu reina ahora?

—Y por completo mía. 

Miro sus labios y los acaricio. Rodea mis caderas con sus manos y me hace sentir de cerca su pelvis. ¡Es tan sexy! Me lleva a la cama y me besa. Su lengua se entrelaza con la mía. Suelto un pequeño gemido y eso le gusta. Se pone de rodillas y se quita la camisa. Su perfectamente tonificado torso me estremece. Me acaricia y recorre mi cuerpo. 

Desnudos el uno con el otro, se posa encima de mi cuerpo y lo siento entrar despacio dentro de mí. No había conocido el placer hasta este momento. Su forma de moverse, de besarme, de tocarme es lo más excitante que he experimentado. Gimo y sus caderas se balancean de abajo hacia arriba. Mis piernas abrazan su cintura, aruño su espalda y eso lo vuelve loco. 

—Me encantas... —me dice al oído. 

Su profunda voz es una droga, una adición. Siento un vacío en mi estomago y los vellos de mis brazos se eriza. Un sinfín de sensaciones me elevan a las estrellas. Podría pasar el resto de mi vida haciendo el amor con mi Sr. J. 

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Obsesión Suicida ganó en la categoría de Mejor Villano en los DC Comics Awards. Gracias a todos los que siguen mi historia y me animan a continuar escribiendo.  Un abrazo enorme, tengan un excelente fin de semana. 


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