Remo movió a Ethan y Kya a un lado de la azotea donde no daba el sol. Los acomodo sobre las mochilas, no podíamos hacer mas nada para ayudarles, solo quedaba esperar.
-¿Que crees que les a pasado?- dijo mientras se rascaba la barbilla.
-La verdad, no se me ocurre nada, los dos se desplomaron sobre el suelo como si nada, su respiración y pulsaciones son normales, o eso dijiste antes.
-Lo son, ya les tome el pulso dos veces y no a cambiado, al principio Kya tenia la respiración mas agitada pero después de unos segundos se volvió normal, llevan así cinco minutos y no a cambiado nada, tampoco se me ocurre nada sobre que podría haberles pasado, a primeras pensé en un simple desmayo, cosa que descarto , como dijiste, los dos cayeron al suelo al mismo tiempo y dudo que sea causa de un desmayo- decía mientras daba vueltas en círculos.
-Supongo que solo nos queda esperar y ver si la cosa mejora.
Remo seguía dando vueltas en círculos, hablando consigo mismo, metido en sus pensamientos, sacando ideas que luego descartaba, cuando decía algo que era estúpido o improbable se cabreaba consigo mismo y se insultaba. Nunca había visto esta faceta suya, me encantaba verlo en este estado, no había nada mejor que hacer, así que me entretenía viendo como hablaba.
-Oye, ¿como sabes tanto sobre estos temas, medicina y esas cosas?- por fin decidí hacerle la pregunta, pero el seguía allí, dando vueltas y hablando solo -¡ Remo !- le grite.
-¿Eh?- salio de su boca mientras me miraba con cara de tonto, a lo que solté una leve sonrisa.
-¿Como sabes tanto sobre este tema?, los latidos, la respiración, todo eso.
-Mi hermana me lo enseño.
-¿Tienes una hermana?- dije asombrada.
-Si, vino conmigo al test, pero nos separaron cuando la llevaron a la simulación para conseguir el rango de medico.
-¿Cuantos años tiene?
-Pues tiene uno menos que yo, diecisiete.
-No me habías dicho tu edad asta ahora, supongo que no hemos tenido tiempo de conocernos- una mirada de nostalgia se dibujo en mi rostro -, con todo lo que hemos vivido, las formalidades son lo ultimo.
-Tienes razón, no hemos podido descansar hasta ahora- se sentó a mi lado-, y tu, ¿cuantos años tienes?
- Quince.
- ¡¿Enserio?! - dijo sorprendido.
- ¿A que se debe tanta sorpresa?.
- Creía que tenias trece años, con lo bajita que eres, luego esta tu cara de niña- empezó a reír mientras tiraba de mis mofletes.
- ¡Oye, para!, que eso duele- el paro pero seguía riendo-, ¿tu te has visto? con ese cuerpo que pareces un Hulk con algo menos de musculo y sin el color verde, cuando te vi, pensaba que tenías unos veinte años, me extrañaba verte en la simulación, ahora todo encaja- reí.
-Me duele la barriga de tanto reírme- se quejo Remo-, entonces, ¿soy un Hulk que aparenta tener veinte años?, pensándolo bien, eso me vendría bien hace unos años, cuando la policía aun existía, podría conducir y comprar bebida sin que me pidan el carne, aun que no me hacía falta ya que el hermano de uno de mis amigos de la hermandad nos traía la bebida.
-¿Con que universitário?, adivino, jugabas al rugby y eras el chico popular que tenía a todas las chicas loquítas , ¿adivine?.
-Casi pero no, durante un tiempo fui ese tipo de chicos,follaba con todas las chicas que quisiera de la uni, me la pasaba follando y de fiesta, pero unos meses antes del comienzo de la Pandemia, la cosa cambio, empece a salir con un chico.
-¡¿O sea, que?!, espera espera, ¿eres gay?, ¡pero si antes te acostabas con todo dios!. ¿Como pudiste pasar de ser un chulíto sin corazón, a tener novio?.
-No soy gay, soy bisexual y sobre mi corazón, supongo que...esperaba a la persona indicada, solo se que ese chico hizo que viviera los mejores meses de mi vida, pero todo lo bueno tiene un fin y ese fue el día conocído como Pandemia.
-¿Que os paso?- estaba acomodada sobre su hombro, mientras jugaba con su mano y oía su historia, sentía esa cosa difícil de explicar cuando lees un libro, estar metido dentro de el, sentir todo lo que siente cada personaje, eso sentía ahora, sentía ese dolor que se veía en la cara de Remo mientras hablaba sobre la persona que lo cambio, la que lo enseño a amar.
La mirada de Remo estaba quebrada, asumida en el dolor, reviviendo todo lo que sintió aquel día, estaba a punto de llorar, por eso se tapo la cara con sus manos. Desde que nos conocemos, e aprendido que el odia cuando alguien le ve llorar, por eso intenta ocultarlo, al principio pensé que se debía a que el era demasiado "macho" para llorar delante de una mujer, pero no era eso, era algo que aun no e sabido averiguar. Se paso la mano por la cara y empezó a hablar.
- Cuando la Pandemia empezó, yo estaba en mi habitación, hablando con el por el móvil, el estaba de compras con su hermano pequeño, me invito a ir, pero...-se calló durante unos segundos- debería haber ido para poder protegerlo, pero decidí quedarme estudiando para el examen que iba a tener mañana, mientras hablábamos, todo iba normal, hasta que unos gritos vinieron del sitio en el que el estaba, empece a preguntarle como loco que estaba pasando, pero el no me contestaba, pasaron unos 2 minutos hasta que el volvió a hablarme, como loco le empece a preguntar si estaba bien, si le habían hecho algo, el me contesto que estaba bien, pero que tubo que salir corriendo con su hermano y esconderse en una de las tiendas, decía que un grupo de personas estaban atacando a los demás, que estaban cubiertos de sangre y corrían como locos a tras las demás personas, recuerdo que su hermano decía de fondo "son como los zombies, ¿no lo viste? se estaban comiendo a los demás", el le mandaba a callar, sentía como su respiración estaba acelerada al igual que mi corazón, en aquel momento no se me ocurría nada que hacer, solo podía intentar tranquilizarlo y eso hice, por unos minutos conseguí que se olvidara de todo lo que estaba pasando, mientras hablaba con el, puse las noticias para ver si mencionaban algo, pero solo hablaban de la supuesta droga zombie llamada Cocodrile, causante de los últimos accidentes sobre canibalismo , ya habían mas de cien casos por todo el país, pero siempre le echaban la culpa a esta droga sobre los últimos acontecimientos, que si grupos de personas se reunían para drogarse con ella y poder atacar en sitios con grandes números de personas, otros decían que eran terroristas-río-. Ahora que pienso sobre todo esto, me hace mucha gracia que la gente se lo creyera. Mientras yo seguía buscando alguna información sobre lo que le estaba pasando, volví a oír un grito, esa vez de una mujer y luego el grito de su hermano, después, oía su respiración, lo ultimo que me dijo antes de escuchar ese ruido tan desgarrador, como el rugido de un animal, fue "te quiero", después, la llamada se finalizo, tire el movíl al suelo y salí corriendo descalzo directo al centro comercial, pero cuando salí del campus volví a escuchar el ruido que oí antes de que finalizara la llamada, junto con el gritos de personas corriendo, la ciudad ya había caído en el caos, pero eso no fue suficiente para detenerme, cuando llegue, salí gritando por todo el centro comercial, y no había ni un rastro suyo, solo el de los Z. Desde aquel día no volví a saber mas nada de el, tuve que abandonar la ciudad junto con mi hermana para escapar de los bombardeos y de aquellas cosas. Aun a si, sigo pensando que el esta vivo, en elgúna parte, lo presiento, pero una pequeña parte de mi, me obliga a asumir que lo he perdido para siempre.
- No sé que decirte la verdad, lo siento mucho pero seguro, que el aun sigue con vida, consiguió aguantarte durante meses y eso es mas difícil que cualquier fin del mundo- dije intentando hacerle reír y al parecer lo conseguí.
-¡Eh! , que no soy tan pesado- nos reímos.
Mientras nos reíamos, la puerta de la azotea se abrió y un chico asomo la cabeza, pelo largo y oscuro tapaba su rostro.
-El líder quiere que nos reunamos todos abajo tronco, pues eso, nos vemos- dijo con un tono de quien pasa de todo mientra cerraba la puerta.
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Viderte
Science FictionLa humanidad cayó, el mundo cambio, nuevas razas aparecieron por culpa de la lluvia de bombas, pensaban que así salvarían a la humanidad, pero solo empeoraron las cosas. Los seres Humanos se refugiaron dentro de los muros como ultima esperanza, a...