Merl

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Si me hubiera parado a pensar que me encontraría un paisaje tan triste,tal vez no hubiera bajado, me lo hubiera planteado, pero solo caí en la cuenta después de ver a aquel niño, con un disparo limpio en la cabeza, tirado en el suelo rodeado de su...

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Si me hubiera parado a pensar que me encontraría un paisaje tan triste,tal vez no hubiera bajado, me lo hubiera planteado, pero solo caí en la cuenta después de ver a aquel niño, con un disparo limpio en la cabeza, tirado en el suelo rodeado de su sangre, todos los presentes lo observaban como si fuera un animal de circo , las miradas de algunos desprendían tristeza, pero las de otros, las de otros disfrutaban de aquel momento, miradas llenos de odio, miradas de odio y tristeza mezcladas entre la multitud. Definitivamente debería haber pensado dos veces antes de bajar.

No sabía que pasaba hasta que un individuo, el cual no veía porque se encontraba agachado, al levantarse, pude descubrir al causante de esta escena, a juzgar por la expresión de su cara, estabadisfrutando tanto, podía sentir los latidos de su corazón, iba rápido, desprendía adrenalina y seguramente sintiendo eso, solo quera mas y efectivamente quería mas.

-Como ven esos seres aun aporrean la puerta, así que deduzco que entre nosotros queda algún Honmena, por favor sal, no nos obligues a usarla fuerza.

-Así es queda uno, aquí me tienes- dije.

Y yo no soy quien para negar su deseo, pensaba darle mas.

-La verdad, creo que ahora mismo, en esta sala, hay muchos de los míos-reí.

Seguí caminando hasta llegar a el, justo en el medio de todos, al llegar el no dudo en recibirme.

-Uno que se digna a mostrarse tal y como es- dice mientras hace gestos con las manos-, ya sabes, sin vuestras estúpidas lentillas. Me voy del tema, ¿como te llamas?.

-Ethan,¿y tu?- dije.

-Puedes llamarme Merl.

De su boca solo salían estupideces, era obvio que pretendía bajar mi guardia para terminar conmigo con más facilidad, no tenía la intensión de seguir su juego, solo me limitaba a escuchar mientras el daba vueltas al rededor mía, hasta que se calló y me apunto con su arma, orgulloso de tenerme donde quería, soltó unas palabras de celebración.

-Note lo tomes como algo personal, enserio, no tienes la culpa.

-No hace falta que me lo digas, se que no la tengo.

Le golpee con el codo de la mano que sostenía el arma, mi brazo derecho, mientras al mismo tiempo me agachaba para estar seguro de no llevarme un disparo en la cabeza, el arma callo al suelo, se deslizo hasta la  pared, cerca de las escaleras, el estaba sorprendido, así que aproveché para derribalo al suelo, dándole un empujón con la pierna justo en su rodilla, el cayo al suelo, quejándose del dolor que le había provocado .

-Hijo de puta- dijo mientras gemia de dolor.

Se reincorporo bruscamente, dejando o incluso, olvidando el dolor que sentía en la rodilla. Su puño venía directo a mi cara, uno tras otro, primero el derecho, después el izquierdo, algunas veces a mi barbilla, otras a mi estomago, a pesar de sus movimientos fluidos,durante unos segundos conseguí esquivar sus ataques, pero esto hizo que me confiara, dándole la oportunidad de pegarme un puñetazo en todo el ojo.

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