El Juego De Olvidar

Rapto inoportuno.

Marinette callo exhausta en su cama, la pelea y al saber que su gato estuvo a punto de saber su identidad, le hizo el día mas pesado.

– ¿Te encuentras bien Marinette? – Tikki se acercó a la peliazul.

– Estoy muy cansada ... Fue un día muy raro y ... – la ventana de Marinette se abrió y entro Chat Noir.

– Princesa ... – Chat se acostó a su lado – ¿Te encuentras bien?.

– Sí ... Solo fue el susto – Marinette sonrió.

Chat abrazo a la joven, el saber que ella era Ladybug lo hacia sentirse extraño, solo y traicionado. Chat se levanto y cargo a la peliazul, Marinette solo reía mientras que Chat la llevaba a la azotea.

– Es hora de pasear princesa – Chat brinco a un tejado aun con la chica en brazos.

– ¡No Chat! ... ¡Quiero descansar! – Marinette abrazo al chico-gato del cuello y hundiendo a su vez, su cabeza en él hombro del rubio.

– Mari me haces cosquillas – rio Chat un poco avergonzado y aterrizando en la torre Iffel.

Los sonidos de los extranjeros impresionados, las risas de los enamorados y uno que otro lloriqueo de un niño hacia el lugar mágico.

– ¿Bonita vista verdad? – Chat miro a la peliazul.

– Es mas bonita de lo que pensaba ... París es hermosa en todos los sentidos ... incluyendo a sus dos héroes. – Marinette sonrió y miro a Chat – Pero lo mas hermoso eres tu Chat – Marinette extendió su mano y toco la mejilla del rubio.

– ¿Mejor que el niño modelo ese? – dijo Chat sarcásticamente y Marinette asintió.

Chat sintió un golpe en el corazón, su princesa ya no lo quería en su forma civil. Con sus manos temblorosas, tomo las mejillas de la peliazul y unió sus labios de una forma tierna y apasionada.

– Te amo Marinette – susurro el chico/gato.

La sonrisa de Marinette desapareció al instante, sus ojos se volvieron cristalinos.

– Chat ... Llevame a casa ... Por favor – la voz de Marinette sonaba quebradiza y triste