Capítulo 19.

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Presente
– Y no quiero que se repita lo que sucedió en la isla...

Finalizó tras contarle los sucesos más recientes de su vida.

– Vaya...

Dice él acompañado de un suspiro.

– Lo primero que debemos hacer es entrenar, prepararnos. Esos tíos son capaces de hacer cualquier cosa que les mande el rubio.

Propone él.

– Y... ¿qué sugieres que hagamos?

– Puedo fabricar un gimnasio en la habitación vacía.

– Sí. Eso estaría bien... te ayudaré a hacerlo.

– Luego... podríamos vigilar los alrededores de la casa, convertirla en un fuerte. Tengo contactos que pueden localizarlos y vigilarlos...

– Sí, me gusta. ¿Qué más?

– Abastecernos de munición, suministros y hacer ciertas mejoras en nuestro equipo y nuestras armas.

– Vale, tiene buena pinta...

– Pues... empecemos, ¿no?

Durante dos días preparan el gimnasio y entrenan duro. Por la mañana, Ray recibe una llamada.

– ¿Sí? Oh, Olivia... claro, pásate por aquí y lo hablamos.

Lara en ese momento aparece en el comedor.

– ¿Quién era?

Dice entre jadeos. Lleva dos horas golpeando la bolsa de boxeo improvisada y levantando cosas pesadas. Su camiseta de tirantes está empapada de sudor, por no hablar de sus pantalones...

– Una amiga mía. Dice que ha encontrado un grupo que puede coincidir con tu descripción. Entre ellos hay uno rubio...

En ese momento cierta alegría acude a Lara. No tiene ganas de encontrarse de nuevo con el rubio, pero sabe que si lo hace tiene una nueva oportunidad de descubrir la verdad. Al poco rato se presenta en casa una mujer morena con melena a la altura de los hombros. Lleva una chaqueta acolchada negra y unos guantes blancos que se quita nada más entrar; también lleva colgada a la espalda una mochila discreta.

– Hola Ray.

– Livy, te presento a Lara, la chica de la que te hablé...

Olivia se acerca a Lara y le da dos besos.

– Encantada Lara.

– Igualmente.

– Bueno, os cuento. He hecho varias fotos...

Pone las fotos sobre la mesa y Lara las ojea, pero sin reconocer a nadie.

– ¿Algo, Lara?

Se interesa Ray.

– De momento nada.

Entonces Olivia saca de su mochila otra foto. Lara puede ver en ella al rubio.

– Sí, claramente es él. ¿Dónde has hecho la foto?

– En la catedral en ruinas, a un par de kilómetros del pueblo.

– Voy a por ellos.

Dice Lara, decidida.

– ¿Qué? Espera, hemos hecho un plan...

Protesta Ray.

– No puedo desperdiciar esta oportunidad.

– ¡Pero estás sudada y cansada!

Tomb Raider. Fantasmas del pasado [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora