Capítulo 40.

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Presente
O ahora o nunca. Lara se descuelga el arco y apunta a la línea perfecta que trazan las cabezas de los dos soldados. Carga la flecha, tensa la cuerda y dispara.

La flecha vuela en línea perfecta y atraviesa las dos cabezas, matando a los dos al instante

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La flecha vuela en línea perfecta y atraviesa las dos cabezas, matando a los dos al instante. Debido al ruido que provocan las piedras que han emergido formando el camino, Tolland y Ron ni siquiera se percatan de la muerte de ambos soldados. Circunstancia que Lara aprovecha para colocarse tras ellos. Sabe que ataque al que ataque, el otro se pondrá en alerta. Coloca la flecha, tensa el arco y apunta a la cabeza de Henry. Pero no deja de moverse, y en ese momento Ron se da la vuelta. Lara se ve obligada a redirigir la punta de la flecha hacia él y apenas sin apuntar, suelta la flecha. Le alcanza en las costillas, y Ron cae de rodillas. Tolland se vuelve y la mira con sus ojos llenos de ira.

– Eres un estorbo muy molesto, Lara Croft... –se acerca despacio a ella, pero Lara no retrocede.

– ¿Un grano en el culo? Sé a lo que te refieres.

Tolland se ríe con malicia, de una manera muy postiza. Se acerca un poco más a ella.

– Parece ser que no soy el primero que te lo dice...

– Ni tampoco serás el último.

Aprieta la espada en su mano derecha. Lara se prepara para un ataque inminente en cualquier momento. Pretende pillarla desprevenida, pero no lo logrará. Se lleva una mano disimuladamente a la funda de la pistola. Tolland suspira mientras mira hacia otro lado.

– O quizás sí...

Y entonces se lanza hacia ella con la espada, a lo que Lara responde con un bloqueo con el arco, para poder apartarse y desenfundar la pistola. Henry vuelve a reírse.

– Dispara, Lara. Hazlo.

Lara no lo duda un instante. Quiere dispararle, y va a hacerlo. Sin peros. Aprieta el gatillo, pero en ese momento el suelo tiembla bajo sus pies y la bala impacta contra el techo.

– El guerrero me protege, Lara... –se acerca a ella más mientras esta se recupera de la sacudida–. Nada impedirá que sea liberado.

Vuelve a atacarle con la espada, y Lara lo esquiva. Pero él vuelve a intentar asestarle una estocada, que le acaba alcanzando el brazo izquierdo. Lara grita de dolor por el pinchazo y suelta la pistola para presionarse la herida, de la que ha empezado a salir un delgado riachuelo escarlata. Tolland no deja de reírse.

– Un final un poco triste, ¿no?

Ella respira profundamente.

– ¿Para quién? Para ti, ¿verdad?

Entonces desenfunda los piolets. Tolland sigue riéndose. De pronto para en seco y ataca a Lara, que se defiende con sus picos de hielo rojos. Luego intenta clavárselos, pero sin éxito. Él esquiva y bloquea con la espada. Parece entrenado en batalla cuerpo a cuerpo. Seguramente no sea un simple exmilitar que funciona como mercenario. Debe ser un agente con un entrenamiento de élite. Y en cuerpo a cuerpo es donde Lara más flojea. "El pescado está vendido", se dice, intentando que no influya severamente en su moral. Sus armas chocan una y otra vez, con esquivadas hábiles por parte de ambos y bloqueos muy precisos.

Tomb Raider. Fantasmas del pasado [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora