Capítulo 24.

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Presente
Un frenazo resuena en toda la calle. Ante la atenta mirada de todos los que aquí se encuentran, Jamie baja del coche. El conductor de la ambulancia, situada a la entrada del hospital, se extraña al ver que el notorio hombre se acerca a él. Baja la ventanilla.

- Disculpe, apártese. Tengo que llevarme a un hombre y...

- No se lleve a un hombre. Llévese al máximo número de personas que quepan en esta ambulancia.

El conductor lo mira extrañado.

- Hay una bomba en este edificio.

Concluye Jamie mientras se coloca detrás del agente Carter, que había bajado del coche y se acerca a la entrada del edificio. Ambos entran en la recepción acompañados de tres agentes de policía y hablan con la recepcionista sobre el problema.

- Eso no puede ser.

- Sí que puede ser, se lo aseguro. Yo de usted no me esperaría a comprobarlo; ¡evacúe a todo el hospital!

Dice Phil. A continuación se gira hacia Jamie y le habla al oído.

- De acuerdo, los desactivadores de bombas están en la comisaría. Aquí no tardarán en llegar. Tú y el agente Crowe vais a ir a tu casa. Buscad la bomba, ya llegarán los desactivadores. Yo me quedaré aquí, evacuaré a la gente y buscaré la bomba. Si nos damos prisa, no todos moriremos...

Jamie y David Crowe así lo hacen. Los otros tres se quedan en el hospital, creando el pánico entre la gente. Llegan a la consulta-apartamento de Jamie.

- Mira en la cocina. Yo miro en el dormitorio.

Le ordena Jamie a Crowe. Mira debajo de la cama, como en las películas. Quizá sean más simples de lo que Jamie piensa. Pero no, no halla ahí la bomba. Busca en el armario, entre los cajones, tras la puerta... nada. Ni rastro de ningún explosivo.

Ray dispara sin cesar. Cada vez llegan más y su munición se acerca al final. Supuestamente, Lara ha llegado lo suficientemente lejos antes de que el sedante le haya hecho efecto y respecto a ese tema está tranquilo. Sin embargo, no encuentra la manera de salir de ahí. Es cómo si fuera una lucha interminable. Una lucha dónde tiene todas las de perder. Olivia le cubre con el francotirador; pero aún así son muchos. Demasiados. Se oculta tras otra pared de roca y carga la pistola. De pronto, algo le toca la frente y una sombra se proyecta sobre su rostro.

- Suelta el arma.

Ray así lo hace. Levanta la cabeza y sus ojos se cruzan con los de Charlie.

- Bien hecho. ¿Dónde está Lara?

Ray sonríe.

- Jamás te lo diré...

Charlie frunce el ceño. Su mano izquierda presiona la herida causada por Olivia, mientras que la derecha sostiene firme la pistola.

- Sabes que morirá de frío si nadie se la lleva a un lugar cerrado. El sedante puede hacerle efecto durante incluso tres horas. ¿Realmente crees que aguantará?

Ray no puede evitar mostrar una expresión de preocupación. Aún así, se mantiene en silencio.

- De acuerdo, lo haremos de otra forma... -saca un detonador con tres botones rojos- Lara tiene un amigo. Se halla en uno de los tres lugares de los cuales el detonador de las bombas que llevan puestas es éste de aquí. Te aseguro que, cuando despierte, a Lara no le gustará saber que su amigo ha muerto. Y mucho menos, que tú has apretado el botón por no querer decirme dónde está ella. Te lo voy a preguntar tres veces más; si no me dices dónde está, él morirá y tu irás detrás. Y, para colmo, también lo hará Lara de hipotermia. Salís perdiendo. Tú decides...

Ray lo mira desafiante.

- ¡Aquí! ¡La he encontrado!

Jamie espera a que el agente Crowe llegue hasta dónde está él.

- Está detrás del váter.

Concluye el psicólogo. Crowe la analiza.

- Los anti-bombas ya están al caer.

- No queda mucho tiempo...

- ¿Alguna idea de por donde han podido entrar?

Jamie se queda pensativo. Entonces lo recuerda.

- Hace un par de meses asaltaron mi apartamento.

- Ya sabes entonces cómo sucedió...

- Además, me desordenó toda la consulta. Parecía que buscaba algo.

- ¿Alguna idea de lo que pueda ser?

Entonces a Jamie se le ocurre algo. Corre hacia la consulta y empieza a vaciar las estanterías.

- Oh no...

David aparece junto a él.

- ¿Qué pasa?

- Justo lo que temía. Hay dos bombas.

- ¿Cómo? Entonces una de las dos es un señuelo...

- Exacto. ¿Pero cuál?

Ambos quedan en silencio.

- ¡Evacúa todo el edificio!

Le ordena a Crowe. Entonces debate si es mejor intentar desactivar él mismo una de las bombas o esperar a los anti-bombas.

La nieve cubre la imagen estática de ambos hombres. Ray debate internamente sobre lo que es mejor.

- ¿Dónde están las bombas?

- En su casa, en un hospital y en la comisaría de policía. Aunque bueno, ésta última ya se haya en ruinas.

El silencio se apodera nuevamente del lugar.

- No tengo todo el día. O me dices en el próximo minuto donde está Lara o te haré pulsar el primer botón.

Ray no va a permitir que le hagan nada a Lara. Además, lo de los botones rojos puede ser una estrategia para que le diga dónde está ella. Pero, ¿y si es verdad?

- Se acabó el tiempo - Charlie le acerca el detonador-. Pulsa uno.

- ¡Ni hablar!

- ¿No? ¡Entonces lo pulso yo! Y será peor, puesto que yo sé cuál botón corresponde a cada sitio...

- De acuerdo. Pulsaré un botón...

Ray, apretando los dientes y entrecerrando los ojos, aprieta el botón del medio.

- Sabia elección. El apartamento de Jamie es el lugar que mas tiempo tiene la bomba puesta, ya que es dónde éste pasa más tiempo...

No hace ni dos minutos que Jamie y Crowe se han alejado del apartamento mientras que la brigada anti-bombas acaba de llegar cuando un fuerte sonido ensordecedor los sorprende. Todos se lanzan al suelo. Al abrir los ojos, Jamie suspira aliviado al ver que todo ha sucedido lo suficientemente lejos como para salir intactos. La preocupación llega después cuando se levanta y entiende que la bomba en su piso acaba de estallar. Y todo lo relacionado con su vida se ha ido también. Todas las cosas que tanto dinero le ha costado. Todos los informes de sus pacientes. Todos sus recuerdos. Toda su vida. Se arrodilla en el suelo y mira como la columna de humo sale de una de las paredes destruidas de lo que era su hogar.

Charlie, sin dejar de apuntar a Ray, habla por teléfono.

- Pásame el vídeo.

Al poco, le muestra a Ray la pantalla de su móvil. Puede contemplar como el apartamento de Jamie vuela por los aires.

- El próximo puede ser el hospital. ¿Vas a decirme dónde está?

Ray suspira y se aclara la voz. Resignado pero decidido, confiesa:

- Saltó por ahí.

Charlie sonríe.

- Gracias.

Entonces lanza el detonador a la derecha y se acerca a la izquierda para saltar hacia Lara.

- ¡No!

Ray corre desesperado hacia el detonador, olvidándose por un momento de Lara. Charlie salta y camina por la nieve.

Tomb Raider. Fantasmas del pasado [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora