Capítulo 25.

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Pasado
Charlie lleva a Lara hasta una especie de monasterio con las cristaleras rotas y cubierto por vegetación y enredaderas.

– Llevo aquí desde que llegué. Ninguno de ellos se ha fijado en este edificio por el momento...

Lara sigue al rubio, que se cuela por una ventana entreabierta.

– ¿De qué artefacto se trata?

– Aún no la he encontrado, pero sospecho por esto que se trata de una espada...

Sonríe irónico y saca de su cinturón lo que es claramente la empuñadura dorada de una espada.

– Ya veo. ¿Y la otra parte?

– Querrás decir las otras partes. Hay dos más.

Lara observa sus alrededores.

– ¿Y... dónde están?

– Ese es el problema –Charlie suspira mientras deja su pistola sobre una mesa vieja y de mal aspecto– Una se encuentra en una especie de cavidad subterránea; muchas escrituras de las que he encontrado coinciden en esto. Lo malo es que, hace poco, me colé en uno de los refugios de ellos y descubrí que también lo saben. De hecho, lo tienen señalado en un mapa. Van hacia allí. Iba a adelantarles cuando entonces escuché de la chica de la que hablaban; es decir, tú.

– Y no pudiste resistir eso de salvarme la vida...

– Exacto –el rubio le sonríe.

– ¿Quiénes son... "ellos"?

– Una sociedad privada que se dedica a buscar reliquias. Nada bueno. Se llama ExRon, "Expediciones Ron", cuyo jefe es Ron Williams.

– Veo que te has informado bien... –Lara pasa el dedo por encima de la mesa, llevándose así todo el polvo que hay sobre esta.

– Pues sí. Y no van con tonterías... por suerte, hace un par de semanas que me perdieron el rastro.

Charlie saca de una caja de madera polvorienta un montón de papeles de puntas amarillentas. Comienza a desdoblarlos y a mostrárselos a Lara.

– Estos son todos mis descubrimientos y mis apuntes durante todo este tiempo. Mira, aquí...

Y comienza a explicarlo todo. Lara no puede seguir escuchándole ya que no ha podido evitar leer las notas. Describen a la perfección la espada de la que habla y de dónde se encuentran sus trozos. En otro se contaba el cómo se dividió en tres:

"Cuenta la leyenda de los nativos de este bosque que hace mucho tiempo un poderoso guerrero llegó aquí en uno de sus viajes. Era muy fuerte y portaba la mejor espada que habían visto nunca. El problema del guerrero era que era muy codicioso; y ser fuerte y tener un arma tal como aquella no le era suficiente. Explotó a los nativos y a sus tierras hasta conseguir mucho oro y muchas piedras preciosas. Con ello mandó forjar la espada más maravillosa y perfecta que la humanidad ha conocido, con una resistente empuñadura de oro con incrustaciones de piedras preciosas y una hoja fina y pulida, tan afilada como el caos que iba a desencadenar.

Durante cierto tiempo, el guerrero empezó a conocer a una joven nativa que admiraba su fuerza y lo idolatraba. No tardó en enamorarse de ella. Sin embargo, el padre de la joven veía al guerrero cómo lo que era realmente: una amenaza para la comunidad. Sin pensarlo, una noche se coló en su dormitorio y acabó con su vida. Tras enterarse, la prometida del guerrero se desvinculó de su padre y buscó a un brujo suplicándole que lo trajera de vuelta.

El hechicero aceptó traerlo de vuelta a cambio de la vida de la joven. Ella aceptó, y el brujo encantó la espada del guerrero para que cuando la bella mujer se la clavase a éste, el guerrero regresara al mundo terrenal y ella partiera al mundo celestial. Y así sucedió. El guerrero se enteró de lo sucedido gracias a una nota que su prometida le había escrito. Sin embargo, su egoísmo y rencor le llevó a vengarse del padre olvidándose por completo de la mujer que había dado su vida por él.

En cuanto tuvo oportunidad, el guerrero buscó al pobre hombre; que aún estaba aceptando la muerte de su propia hija. Y allí, frente a vecinos y familiares, le arrebató la vida sin piedad. Un joven valiente, cegado por la injusta muerte de su vecino, le retó a un duelo a muerte. Sin embargo, todo el pueblo se alzó contra el guerrero y acabaron con su vida. El guerrero murió otra vez; sin embargo, esta vez no estuvo su mujer para salvarlo. El joven que lo había retado, desconociendo los poderes de la espada, partió ésta en tres trozos que repartió por distintos lugares del inmenso bosque.

Y así permanecieron los trozos del arma, ocultos ante los ojos de la humanidad. Hasta que ésta descubrió las cartas. Y entonces empezó a buscar los fragmentos, en busca de un poder inimaginable para sus mentes: la Hoja de la Vida".

– No me estás escuchando, ¿verdad?

Lara lo mira a los ojos verdes tan resplandecientes y finos.

– No, lo siento. Me he dejado llevar por las letras...

– No pasa nada –Charlie le sonríe y se queda mirándola mientras ella continúa leyendo.

Presente
El aire entra en sus pulmones provocando una respiración acelerada. Abre despacio los ojos, helados como el resto de su cara de estar contra la nieve quién sabe cuánto tiempo. Se incorpora poco a poco hasta quedarse de rodillas sobre la blanca nieve. Se vuelve y encuentra el cadáver del hombre al que había matado antes de perder la conciencia. Entonces oye a alguien acercarse con grandes y arrítmicas zancadas. No se lo piensa dos veces y se pone en pie. Corre y corre sin mirar atrás.

Quizá corre durante media hora, pero a ella le parece una eternidad. Finalmente se para cuando llega hasta una pequeña cabaña de madera. Rompe el cristal de una de las ventanas y entra dentro de la construcción, asegurándose de que está sola. En efecto. Deja las armas sobre una cómoda y se tumba en una cama. Se siente perdida, y tiene miedo. Quizá quiere llorar, pero sabe que no se lo puede permitir. Suspira profundamente y se hace la idea de salir a buscar a Ray. Recapacita sobre toda la información obtenida sobre la espada. ¿Qué pasó con ella? Quizá sea eso lo que Charlie quiere que recuerde ella. Se permite cerrar los ojos durante un segundo.

Tomb Raider. Fantasmas del pasado [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora