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A la mañana siguiente la herida ya estaba un poco mejor, hice mi rutina de siempre y me coloque un curita en la herida.

Bajé a la cocina donde se encontraban Willy, Rubius, Alex y Frank desayunando.

—Buenos días Alejandra, ¿quiéres probar de lo que acaba de cocinar Frank?— preguntó Rubius muy alegre.

—No gracias, estoy bien— sonreí y abrí el refrigerador para sacar una lata de jugo de durazno.

Frank se levantó de su asiento y se colocó a un lado mío, me dudaban las manos, creo que ya se dio cuenta.

—¿Qué te sucedió en el cuello?— preguntó.

Todos fijaron su mirada en mi. Mi memoria inventó una mentira muy rápido.

—Wilson se puso muy violento anoche, no es nada grave— mentí.

—¡Ya decía yo que ese gato daba mal ver!— gritó Alex apuntandome.

—Cállate.

—Es hora de irnos, se está haciendo tarde— dijo Willy y saqué mi celular del bolsillo.

—Pero recién son las... — Willy me interrumpió.

—Ya es tarde, vámonos, ¡hasta luego chicos!— me tomó del brazo y me sacó a rastras, no sin antes tomar mi mochila.

—Mentiroso, aun faltan veinte minutos para que sea la hora— me coloque el cinturón de Seguridad al igual que Willy.

—Quiero hablar contigo.

—¿Ahora que hice?— lo miré.

—Esa herida en tú cuello no fue del gato, algo me dice que no lo es— dijo Willy al arrancar el auto e ir en camino hacia la preparatoria.

—Ayer cuando salí a buscar a Wilson, un chico al que no pude ver su rosto pero si sabía quién era, me tomó por sorpresa y me acorraló en un callejón, fue el que le hizo daño a Samuel y también me quería hacer daño a mi...— hablé con verdad. 

Willy quedó muy sorprendido y ya no dijo nada más.

Al llegar iba a bajar del auto pero Willy me tomo del brazo, voltee a mirarlo después me tomo de la cabeza y me acerco al él para darme un beso en la frente.

—Cuídate, por favor.

Sonreí sin decir nada, bajé y cerré la puerta. Al ver como se iba a alejando el auto me di la vuelta y mire algo que no debí haber visto.

Oliver estaba besando a Kelly. ¿De qué tanto me perdí?

Envite prestar atención a aquello, a pesar de que me dolía por dentro, no sé porqué. Caminé rápidamente hacia el aula, al llegar entre y me senté en mi pupitre para sacar un libro y ponerme leer.

—¿Qué te sucede?— preguntó Oliver al sentir mi atención.

—Lo mismo te quiero preguntar a ti— dije lo más tranquila posible.

—¿De qué hablas?— preguntó confundido.

—¿Creíste que no me iba a percatar que tú y Kelly ya tienen algo que ver? Y encima no me contaste nada— intenté retirarme pero él tomó de mi brazo.

—Te lo iba a decir recién— explicó.

—¿Después de cuanto? Creí que después de haber terminado con Fernanda te ibas a dar el tiempo de salir conmigo— me solté de su agarre y me di la vuelta.

—¡Alejandra, espera!— gritó en tono rogante.

Voltee mi mirada hacia él.

—Adiós, Oliver.

Camine hasta encontrar el auto de Willy, subí y cerré la puerta.

Quiero ver a Samuel— dije de repente.

—¡Apenas te iba a dar la sorpresa!— Willy hizo un berrinche.

Reí ante ello.

Al llegar al hospital por suerte me dejaron entrar a la habitación de Samuel, cuando entre lo vi que estaba mirando televisión y cuando sintió mi presencia apagó el televisor.

Su sonrisa se borró al ver mi cicatriz roja en el cuello, mi curita se había caído.

—¿Qué te sucedió en el cuello?— preguntó preocupado.

Encontré al que te hizo daño— dije.

—Justo acabo de ver en las noticias que ya fue llevado a las rejas, ¿ese mal nacido te hizo eso?— se molestó.

—¿De verdad?— me sorprendí.

—¿No lo sabías? Creí que tú habías metido la denuncia— se sorprendió.

—No fui yo...

—¡Tú fuiste quién metió la denuncia! ¿No es así?— pregunté al ver a Willy.

El sonrió.

—Si fui yo, anoche te ví saliendo de ese callejón corriendo y luego te detuviste para tomar a Wilson e irte. Me acerqué a aquel callejón y al ver que alguien estaba ahí llamé a la policía y por suerte llegó a tiempo, antes de que ese imbécil saliera corriendo— sonrió con alivio.

Lo abracé fuerte.

Adoptada Por Youtubers. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora