Estuve hablando con Rubén por un momento, me contó que no vivía solo, tenía compañia de sus cinco amigos. No recuerdo bien sus nombres.
Trás colocar mi poca ropa en un cajón sentí mi estómago gruñir de hambre así que me dirigí a la cocina. Con mucha confianza tome el helado de fresa que estaba en el refrigerador, no sin antes de averiguar que en realidad sea helado de fresa y no frijoles. Aunque dudo que Rubén sea el tipo de persona que coma frijoles.
—¿Quién eres y qué haces comiendo de ese helado?— escuché a alguien hablar desde la puerta de la cocina, me gire sobre mis talones con la cuchara en la boca, él me observó de pies a cabeza.
—Soy tu peor pesadilla— dije luego agregué una risa malvada.
—Te recomiendo que me entregues ese envase de helado si no quieres salir lastimada— amenazó apuntando el envase de helado que sostenía.
—Ahí la dejamos, al ratito te contesto— dije para después seguir consumiendo el helado.
—No me des las espalda o te quitare el helado— amenazó.
—¿Quién eres tú para amenazarme?
—No lo sé, dímelo tú— sonrió de mala gana.
—Toma tu helado, ya me cansé de discutir contigo— le entregué el envase de helado con la cuchara dentro y estaba por retirarme de la cocina.
—Espera un momento— dijo, me detuve en seco.
—¿Qué sucede?— pregunté mostrando una sonrisa tranquila.
—Enserio, ¿quien eres?— preguntó llevando la cuchara con helado a su boca.
—Soy la prima de Rubén, me llamo Alejandra— sonreí, lo cual él se quedó sorprendido.
—Creí que esa tal Alejandra no existía, Rubén ha estado hablando de ti durante muchos años— dijo, volviendo a ingerir otra cucharada de helado.
—¿Cuál es tu nombre?— pregunté.
—Alex.
—¿Cuál es tu estatura?— pregunté, él me miro como si lo hubiera ofendido de alguna manera.
—No te incumbe— dijo regresando el envase de helado al refrigerador.
—Amargado— me crucé de brazos.
—Dí lo que quieras, nos vemos después, Alejandra— luego de eso se retiró, dejándome totalmente sola.
—Demonios— susurre.
Subí de nuevo esperando no encontrarme con alguien más que viviera aquí, muy apenas pude con el enano este.
Un ruido llamó mi atención, me acerqué lentamente a una habitación que se encontraba a un lado del baño y al estar frente la puerta la abrí. Rubén y otro chico estaban de espalda a espalda.
—¿Qué hacen? ¿Están enojados o algo parecido?— pregunté de golpe.
—No, estamos jugando al típico juego de quien está en silencio más tiempo— sarcasmo de Rubén.
—¿Cómo se llama tu amigo?— pregunté entusiasmada, el chico que tenía de espalda se veía muy tranquilo.
—Miguel Ángel pero todos le decimos Mangel— habló de golpe.
—Dejen de estar enojados y...¡juguemos Jenga!— grite lo más emocionada que pudiera.
—Estoy harta, siempre estoy perdiendo. Si apostaría mi dinero ya entregaría hasta lo que no tengo— reclamé.
—No eres buena en esto, niña— dijo el tal Mangel.
—¡Que aburrido!— exclame.
—¿Y si vamos a molestar a alguien?— dijo Mangel.
—¡Alex!— Rubén dio una idea, la cuál Mangel aceptó.
—¿Viven para joder a todo el mundo?— pregunté.
—Si, ahora vamos— Rubén me tomó de la mano y me arrastró fuera de su habitación.
Mientras gateabamos hacia la habitación de Alex, Rubén se detuvo.
—Me he dado cuenta de algo— habló Rubén.
—¿Qué sucede?— pregunté.
—Cuando baje por una lata de refresco ví a Alex salir de la casa, no dijo a donde iba, así que supongo no está— dijo Rubén.
—¡Demonios!— gritó Mangel golpeando el piso.
—No queda de otra más que ir a jugar de nuevo— dijo Rubén y se levantó de un salto para ayudar a Mangel.
—Oh señor fantasma, gracias por su ayuda— dije sarcástica al levantarme sola.
—Que buen sarcasmo— dijo Mangel.
—Lo aprendió de mi— dijo Rubén limpiandose una lágrima falsa.
ESTÁS LEYENDO
Adoptada Por Youtubers. (EDITANDO)
Hayran Kurgu¿Qué tal? ¡Bienvenidos a mi fanfic!♥ ⚠IMPORTANTE⚠ 16/03/2019 - Fanfic en edición, habrá unos grandes cambios. Si llegaste casi al final te recomiendo volver a leer la historia. Pido disculpas por los cambios tan repentinos, gracias por leer.