Capítulo 42

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Nerea
—¿Nerea?— preguntó una voz que parecía estar a kilómetros de distancia.
Abrí los ojos lentamente encontrando la cara de Antoine a tan solo unos centímetros de la mía.
—Ya hemos llegado... creo— dijo mirando una calle formada por casas que se encontraban pegadas unas a otras.
Observé el lugar e intenté hacer memoria de cuando estuve aquí la última vez.
—Creo que es dos calles más allá.
—Bien vale, iremos andando, estoy harto de conducir— dijo Antoine resoplando.
Salimos del coche dejándolo aparcado enfrente de una bonita y humilde casa de color azul cielo.
Le quité a Koke el mapa que llevaba en sus manos y ejercí como guía durante los próximos treinta minutos.
Después de desquiciarnos intentando buscar el número, nos encontramos enfrente de una casa blanca. Recordaba que la última vez que vine tenía alrededor de nueve años y me encantaban las casas de colores.
—¿Estás preparado?— pregunté a Koke a lo que él resopló y asintió repetidas veces intentando calmarse a él mismo.
—Tranquilo, estamos aquí si necesitas algo— dije acariciando su hombro.
—¿Me podéis acompañar? Creo que me sentiré más seguro.
Miré a Antoine insegura de si debíamos hacerlo o no y finalmente asentimos.
Toqué dos veces el timbre ya que si no lo hacía yo, no lo haría nadie y minutos después se oyó la voz de una mujer y el sonido de unos tacones que retumbaba hasta la calle y que se volvía más fuerte conforme se acercaban.
Miré a Koke una última vez, se encontraba al lado de Antoine el cual le agarraba la mano con fuerza.
—¡Nerea!— gritó la madre de Nora al verme. —¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal estás?— preguntó gritando mientras me daba un cálido abrazo. Era igual que Nora.
—Bien, estábamos buscando a Nora, necesitamos hablar con ella— contesté señalando a los chicos los cuales levantaron una mano levemente en forma de saludo.
La madre de Nora agarró mi brazo y tiró de él acercándome a ella.
—Nerea, Nora no puede salir, se ha pasado todo el día llorando y no quiere decirme el por qué— dijo con un tono de preocupación en su voz.
—¿Puedo hablar con ella?— pregunté susurrando ya que al parecer la madre de Nora no quería que los chicos se enterasen de esto.
Ella asintió a lo que yo entré en la que había sido la humilde casa de mi amiga.
—¿Adónde vas?— preguntó Antoine mientras frotaba la espalda de Koke el cual estaba pálido.
—A hablar con Nora volveré...
—Iré yo— dijo Koke con un hilo de voz.
La madre de Nora me miró insegura a lo que yo asentí. Koke entró a casa junto a la madre de Nora y la puerta se cerró dejándonos a Antoine y a mí solos.
Antoine
En cuanto la puerta se cerró, la preocupación y los nervios se apoderaron de mí y mis manos comenzaron a sudar.
—Podemos hablar ahora... si quieres— dijo Nora sentándose en la acera.
Abrí los ojos como platos pero enseguida intenté calmar mi emoción y me senté junto a ella.
—Si, claro que quiero.
Me miró y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. La conocía demasiado como para saber que esa sonrisa había sido sincera.
—¿Qué quieres saber?— pregunté.
—Todo, desde el principio, desde que... rompimos— contestó mirando al suelo asfaltado.
—Bien, quiero que sepas que esto es muy complicado para mí, y que necesito que me escuches.
—Si— contestó impaciente.
—Bien... Cuando me dejaste todo para mí cambio, mi vida era una mierda si tú no formabas parte de ella. Me enteré que te habías ido y comencé a ahogar mis problemas en alcohol, no iba a ningún entrenamiento, ni siquiera jugaba un partido. Cuando me enteré que habías vuelto la ira se apoderó de mí y comencé a buscarte por todas partes hasta encontrarte. No sé por qué pero esa pelea me dolió más que otras, mucho más puede que por que sintiera que ya era demasiado tarde para volver a tenerte o por qué había perdido todo tipo de oportunidad de volver a estar contigo, pero como soy estupido, esa noche salí y entonces al alcohol se añadieron las mujeres. Me despertaba en habitaciones que yo apenas conocía, me acostaba con mujeres de las que apenas recordaba su nombre cuando despertaba... imaginando que fueras tú. Te echaba de menos y esa era la única manera en la que te sentía cerca. Seguía hablando con Koke y contándole todo lo que hacía y lo que me arrepentía al despertarme y volver a hacerlo la siguiente noche. Después de un mes estuve con Nora hablando de ti, el día de la fraternidad. Creo que lo demás lo sabes pero solo necesito que sepas que te amo, más que a nada y a nadie en este puto mundo. Lo eres todo para mí y por mucho que te niegues y me rechaces seguirás siéndolo todo para mí.
Acabé exhausto, no podía creer que hubiera tenido esto tanto tiempo carcomiéndome por dentro.
—Lo siento— dije cogiéndole de la mano. Su piel era suave, y pálida. Suspiré aliviado al ver que no la soltaba y comencé a trazar círculos en su manos . No sabía si sería a paz de aceptarlo o de siquiera volver a hablarme pero yo necesitaba decírselo, decirle que la amaba y que lo era todo para mí.
—Te quiero— dijo finalmente.
Solté su mano lentamente y alargué el brazo para colocarla en su nuca y acercarla hacia mi.
—Te quiero.
Y después de muchísimo tiempo, nuestros labios volvieron a convertirse en uno.

Han vuelto!!! Después de muchos capítulos separados por fin ha llegado el momento de que vuelva a juntarse. AVISO que no queda mucho para que se acabe la novela:(

"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora