Capítulo 52

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Espero que os guste este cap y muchísimas gracias por todos los leídos a todas gracias de verdad
Metí de nuevo el papel en el sobre y corrí hacia el coche ya que las primeras gotas de la lluvia que iban a inundar Madrid durante la noche ya comenzaban a caer.
-¿Qué vas a hacer?- preguntó Nora segundos antes de que llegásemos a su casa.
-No lo sé- intentaba tragarme el nudo que crecía y crecía en mi garganta pero me resultaba imposible.
Cuando llegue a casa, salude a Koke dándole un fuerte abrazo, Nora me dejo un pijama suyo y me acosté en la cama de la habitación de invitados calando la almohada de mis lágrimas y mis penas.
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Pasó rápido el día, y para mí mala suerte, llegaba el día de la operación. Sabía perfectamente la hora y la sala en la que le operarían ya que me había leído un millón de veces la carta y esa noche no había pegado ojo, pensando en todo lo que podría ocurrir.
-Buenos días bonita- al abrir los ojos una deslumbrante sonrisa se encontraba a pocos centímetros de mi.
-Serán buenos para ti...- contesté con la voz ronca.
Resopló y se tumbó a mi lado, a pesar de que era una cama para una sola persona y de que yo estaba a pocos centímetros de caerme al suelo.
-¿Quieres hablar?- le miré y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al ver su cara de inocencia mirando al techo.
-Hablar de qué- reí.
-De ti joder, creo que te guardas todo para ti y no te gusta expresar tus sentimientos- me quedé callada,
No sabía que contestar.
-¿Para qué quieres que te hable sobre mi?- fruncí el ceño ya que me sorprendió su repentina reacción.
-Por qué eres mi amiga joder, eres como mi hermana y me preocupo por ti y veo que no te encuentras bien-masculló.
Tenía razón, nunca me había gustado hablar de mi sentimientos, no sabía si era por vergüenza o porque veía innecesario hablar sobre algo tan personal como eso a los demás pero nunca lo había hecho, por lo menos, no de una manera tan profunda.
-No estoy bien- respondí finalmente, sintiendo como el nudo que se formó anoche, volvía a aparecer en mi garganta dejándome apenas hablar.
-¿Qué te pasa?
-No lo sé...- resoplé. Era cierto, no sabía qué narices me pasaba que no me sentía bien, me encontraba mal y sin fuerzas desde hacía bastante tiempo pero no sabía el motivo.
-Claro que lo sabes, solo tienes que dejar que los sentimientos fluyan-dijo mirándome fijamente a los ojos. Respiré hondo y sin siquiera pensar que iba a decir y la mente completamente en blanco comencé a hablar:
-Desde... hace tiempo, puede que incluso antes de que conociese a Antoine-asintió. -no soy feliz, no me preguntes por qué ya que ni yo lo sé-resoplé intentando que las lágrimas que se acumulaban en mis ojos cayeran. -No sé cuál es mi problema ya que lo tengo todo; dos amigos a los que amo con locura y los momentos que pase con Antoine fueron los más felices de toda mi vida pero no soy feliz, vivo con una presión en el pecho que me lo impide.
Nada más terminé, solté un largo respiro y miré a Koke que habia mantenido los ojos fijos en mi desde que había empezado a hablar.
-¿Qué tal te sientes?- una tímida sonrisa se dibujó en su boca,
-Mejor- admití.
A quién iba a mentir, había necesitado esto desde hacía muchísimo tiempo, igual incluso antes de haber conocido a Antoine. Mi madre siempre fue una gran carga para mí ya que parecía que el hecho de que mi padre nos dejara era culpa mía. Había vivido con esta presión en el pecho más tiempo del que me imaginaba.
-Creo que te preocupas demasiado por los demás.
-Me preocupo lo que yo creo que me tengo que preocupar- contesté frunciendo el ceño. No creía que ese fuera mi problema, me preocupaba por los demás por qué era algo que no podía evitar y porque me importaban.
-¿Qué vas a hacer hoy?- preguntó cambiando de tema.
-No lo sé, supongo que iré, no tiene el sobre y estará nervioso tengo que ir- me incorporé y me senté en el borde de la cama colocando mi cabeza sobre mis manos.
Asintió, no le vi, pero sé que lo hizo y se marchó. No estaba segura de si estaba haciendo lo correcto pero estaba cansada, cansada de siempre pensar en hacer lo correcto, ese momento fue en el que decidí que iba dejar de pensar tanto en lo que estaría bien y en lo que no, el momento en que iba a vivir mi vida como tendría que haber hecho desde hacía tiempo.
Unos suaves y cortos golpes en la madera de la puerta interrumpieron mis pensamientos.
-Hola nena- saludo Nora sentándose a mi lado.
-Hola- contesté intentando esconder todos los sentimientos que después de haberlos dicho en alto eran tan difíciles de esconder.
-¿Qué quieres hacer?
-Voy a ir- contesté adhiriendo seguridad a mi voz.
-¿Estás segura?
-Si- contesté más alto que la vez anterior.
-Vale...
-¿Qué ocurre Nora?- pregunté tomándola de la mano. Sabía que me iba a decir pero sentía la necesidad de que me lo dijera ella.
-No... creo que debas ir a ver Antoine-suspiré.- Te lo digo en serio, has hecho muchas cosas por él, ¿no te cansas? ¿no te cansas de siempre sufrir por el mismo?-preguntó con los ojos inyectados en sangre.
-Sabes... Me he dado cuenta de algo, no tengo de que cansarme, no me hace sufrir, me alegra mi puta existencia ¿lo entiendes? No porque nuestra relación no sea como la tuya con Koke no significa que no nos queramos. El dolor forma parte de una relación, al igual que todo tipo de sentimientos desde la felicidad a la ira, desde la preocupación a la satisfacción. Quiero darme un tiempo para pensarlo con claridad pero hoy quiero acompañarle.
El corazón me latía a cien por hora, nunca hubiera imaginado poder decir todo lo que acababa de decir, salió de mi habitación y comencé a vestirme con los sentimientos a flor de piel.

"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora