Atravesé la sala encontrando a mi ¿novio?, todavía tenía una conversación pendiente con él pero ahora no era el momento de pensar en eso. Se encontraba tumbado en la cama, sus ojos estaba cerrados y sus labios formaban una fina línea sin expresión. Puse la mano en su pecho sintiendo como subía y bajaba pausadamente.
—No tardará mucho en despertar— dijo el doctor leyendo mi pensamiento.
Koke colocó su mano en mi hombro y lo agarró con la suficiente fuerza como para sentir un pequeño pinchazo de dolor en mi cuello.
Después de que el doctor nos diera unas recomendaciones ya que tenía que atender otra operación con urgencia, se marchó dejándonos solos.
—Nora va a venir en diez minutos, y los chicos no tardarán en llegar— dijo Koke rompiendo el silencio que se había creado en el frío ambiente.
Asentí, me senté en un borde de la camilla, y apoyé mi barbilla sobre mi puño. Estaba deseando que despertara, mi cabeza estaba hecha un lío y no sabía exactamente qué quería con él en estos momentos de mi vida ya que a pesar de tenerlo tan claro horas antes, al plantearlo todo con una perspectiva diferente me hacía barajar otras opciones que por mucho que me doliera planteármelas no dejaban de aparecer en mi cabeza.
Cogí su mano intentando sentirlo más cerca, pero un escalofrío recorrió mi cuerpo en el primer contacto con su piel, estaba fría y seca. La agarré con fuerza y le di un beso en sus dedos leyendo la palabra HOPE, cada inicial en uno de ellos. Esperanza, eso es lo que yo ahora mismo necesitaba y me costaba conseguir. La puerta se abrió interrumpiendo mis pensamientos.
—Hola.
Cerró la puerta tras de ella y caminó hasta Koke a quien le dio un corto beso en los labios. Me miró, hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo y se sentó en la silla que había al otro lado de la camilla.
—¿Qué tal está?— miré a Koke, suplicándole que contestara él ya que mi relación con Nora en estos momentos no podía ser más incomoda.
—Bien, despertará pronto.
Miré a mi amiga durante unos segundos hasta que nuestras miradas se cruzaron y yo aparté la mía rápidamente, como si fuéramos dos crías pequeñas.
Decidí no apartar ni un solo minuto la mirada de Antoine y así, después de un rato comenzó a curvarse la línea que había formado su boca y sus párpados iban subiendo poco a poco acostumbrándose a la luz después de horas permaneciendo en la oscuridad.
—Hola Anto— era un apodo que solía utilizar el equipo más que yo pero me gustaba llamarle así de vez en cuando lo sentía más... cerca.
Acaricié su mejilla delicadamente como si cualquier contacto con él le pudiera dañar hasta que sus brillantes ojos celestes, que últimamente se encontraban más apagados miraron los míos.
—Hola pequeña— dijo con un hilo de voz.
La línea que formaban sus labios se fue curvando hasta convertirse en una sonrisa.
La puerta no paró de abrirse y cerrarse durante la siguiente horas. El primero en llegar fue Torres, el cual no estuvo mucho tiempo ya que tenía que hacer unos estiramientos para estar preparado para el siguiente partido. El segundo fue Saúl al cual estrangulé del fuerte abrazo que le di en cuanto le vi entrar a la habitación. Y así, de uno en uno fueron llegando todo los jugadores del equipo. Correa salió por la puerta dejándonos de nuevo a los cuatro solos.
—Nerea, tienes que estar cansada, ¿no quieres que me quede yo a pasar la noche con él y tú vas con Nora a casa?
—No, tranquilo Koke, estoy bien— agarré la mano de Antoine y la apreté tal y como había hecho cuando entré a la habitación después de la operación.
Nora y Koke cenaron conmigo mientras Antoine cenaba lo que las enfermeras le habían traído, subí de nuevo a la habitación, esta vez sola y me senté en el sillón que se encontraba en una de las esquinas.
—Gracias— dijo Antoine apagando la tele. Cerré la revista que estaba leyendo y le sonreí.
—No es nada.
—Si, claro que lo es, te admiro por estar con una persona como yo, yo no podría.
Miré al suelo y sonreí. Como no iba a estar con él, desde que lo conocí me lo había dado todo, también me ahijado sentido dolida, pero ese es un sentimiento que debe existir en toda relación ya que si todas las parejas fueran perfectas y no tuvieran ningún problema, ¿de qué?
—¿Me acompañarás al próximo partido?— preguntó señalando la portada de la revista que tenía en mis manos. En uno de los laterales se anunciaba el partido del próximo sábado.
—Si, claro, tenía pensado ir— sonrió y el silencio volvió a inundar la habitación. El ambiente era tenso tirando a incomodo así que cuando Antoine comenzó a taparse con las sabanas lo agradecí
Me acerqué, y le destapé para después colocarle bien las sabanas, dejando ver la pierna atravesada de cicatrices y de un color rosado amarillento.
Era una imagen escalofriante pero estaba feliz de que esto pudiera solucionar la lesión y permitirle jugar de nuevo dentro de unos meses.
—Nerea
—¿Si?— acabé de colocar la fina manta y doblé el final dejándola a la altura de su pecho.
—¿Qué somos?
—¿Cómo que qué somos?— chasqueó la lengua.
—¿Seguimos... juntos o— tragó saliva antes de pronunciar la última parte de la pregunta— somos solo amigos?
Pasé la mano por mi nuca nerviosa ya que ni siquiera yo sabía que éramos al parecer yo tenía que saber la respuesta a esa pregunta.
—No lo sé, yo te quiero pero...
Se incorporó rápidamente, colocó su mano en mi nuca, llevándome hacia él hasta que nuestros labios se fundieron en un tierno pero al mismo tiempo apasionado beso.
—Somos un desastre...— reí pegando su frente a la mía.
—Quizá, pero me gusta nuestro pequeño desastre.
Colocó sus manos en mi nuca y me dio un pequeño beso en la frente.
Bajé la persiana por la que todavía entraba algún que otro rayo de luz proveniente de las farolas de la calle, me recosté en el sillón y me dormí pensando en tal y como había dicho él; nuestro pequeño desastre.
Bueno chicas, espero que os haya gustadooo❤️
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"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]
FanfictionÉl no sabía que existía, ella lo amaba. Él creía que todas eran iguales, hasta que la conoció. En ese momento, todo cambió.