Capítulo 49

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—Igual es mejor si les dejamos que lo asimilen solos— dijo el médico mirando a Nora y Koke por encima de las gafas.
—Adiós pequeña, luego hablamos— dijo Koke mientras soltaba mi mano y agarraba a Nora del hombro dándole pequeños masajes para intentar tranquilizarla ya que le había afectado muchísimo.
—¿Qué hacemos?— pregunté entre sollozos.
—No lo sé, tampoco tenemos porque... plantear el tema tanto, era un niño que ni siquiera sabíamos que existía.
Sus manos temblaban al igual que las mías y jamas había vivido un silencio tan incomodo junto a Antoine.
—¿Cómo puedes decir eso?— pregunté sorprendida al pensar en lo que acababa de decir sobre el bebe. —puede que no supiéramos que existía pero no te olvides que es... era nuestro hijo— dije cada vez más enfadada y apagada a cada palabra que pronunciaba.
—No sabíamos que existía— gritó.
—Estas hablando de un niño, Antoine, de nuestro niño— grité más alto.
Después de segundos manteniendo la mirada fija en el y observando cada movimiento que realizaba inspiramos aire y cerramos los ojos intentando asimilar todo lo que había pasado en pocas horas.
—Podemos intentar tener otro...
—¿Qué? ¿Cómo vamos a tener otro?— pregunté gritando de nuevo.
Ahora mismo en lo último que estaba pensando era en tener otro niño después de todo lo que había ocurrido.
—Mira, lo siento, pero ¿sabes qué? yo tampoco sé qué narices hacer ni cómo sentirme ahora mismo.
Se sentó junto a mí en la camilla y después de varios minutos intentando incorporarme en la camilla rodee su cuello con mis brazos y lo abrace.
—Te quiero, ¿vale?— dije acariciando su mandíbula.
—Te quiero— contestó, y segundos después nos fundimos en un tierno pero a la vez apasionado beso ya que era lo único que los dos necesitábamos ahora mismo.
———
Pasaron los días hasta que por fin me dejaron salir de esa maldita habitación ya que a pesar de que yo no sientiera dolor alguno había que dejar que todo se asentase y Antoine y los médicos creyeron que lo mejor era quedarme ahí.
Como lo esperábamos, periodistas se arremolinaron a nuestro alrededor dejándonos a por lo menos diez metros alejada del coche de Antoine sin ninguna salida posible.
—¿Es cierto que te atropellaron y Antoine se desentendió pero apareció hace unas horas?— preguntó una periodista poniendo el micrófono tan cerca de mi boca que parecía que quería que me lo tragase.
—No, Antoine ha estado en todo momento a mi lado— contesté agotada ya que por mucho que empujara no estaba consiguiendo nada.
—¿Y qué nos dices de Koke? ¿Es cierto que se ha casado?— preguntó un periodista de mi derecha.
No pensaba responder a esa pregunta, si Koke la quería responder que lo hiciera él, pero sí hablaba yo iba a ser solo y exclusivamente sobre mi vida con Antoine.
—Adiós— dijo Antoine por mi mientras me cogía de la mano y daba lo que parecían fuertes golpes en los hombros de gente con micrófonos y cámaras.
—Fuentes externas han averiguado que estabas embarazada pero el niño murió en en un accidente, ¿es eso cierto?
Me giré rápidamente para saber quién había dicho esa maldita pregunta mientras maldecía las fuentes externas y pude encontrar a una chica de más o menos mi edad con unos ojos enormes que ni parpadeaban y se movían de un lado a otro mirándonos a Antoine y a mí.
De repente, los murmullos de periodistas y gente que pasaba por delante, se convirtieron en un apenas audible eco.
—Si, es cierto— y aprovechando la sorpresa de la gente que nos rodeaba, cogí a Antoine del brazo y lo arrastré hasta el coche.
—¿Por qué has respondido a eso?—preguntó Antoine mientras rápidamente metía las llaves y arrancaba para salir del maldito hospital de una vez seguidos por la gente que quería hacernos millones de preguntas y obtener el mayor número de repuestas posibles sobre nuestra vida.
—No lo sé, quiero que nos dejen en paz.
Colocó su mano en mi nuca y comenzó a acariciarla suavemente, era una sensación que hacía que me relajara de lo que acababa de ocurrir hace unos segundos pero nada ni nada me quitaría la tensión del momento.
Conducimos en silencio hasta casa y subimos a la habitación.
Meses después de que volviéramos y fuésemos a vivir juntos, decidimos instalarnos en la misma habitación. Cada noche que me recostaba a su lado, oía su respiración, me giraba y me encontraba con sus ojos cerrados. Cada noche me preguntaba: ¿será el hombre de mi vida? Pero por mucho que me costará imaginarlo sabia la respuesta. Lo amaba, y él me amaba a mi.
Me coloqué una camiseta que encontré encima de la silla que se encontraba junto a la cama y me la coloqué.
—Buenas noches— dije acomodando mi almohada.
—Buenas noches— contestó tumbándose a mi lado.
Ni un beso de buenas noches, nada, ninguno de los dos quería añadir más tensión a esta situación. Cerré los ojos intentando creer que todo lo que había ocurrido estos días era tan solo una horrible pesadilla y me dormí.
________
El ruido continuo del timbre me despertó a la mañana siguiente. Antoine parecía haberse despertado antes que yo, ya que estaba sentado en el borde de la cama, colocándose una camiseta y unos vaqueros mientras maldecía en voz baja la persona que no paraba de llamar al timbre.
—¿Qué ocurre?— pregunté adormilada mientras con una mano y con los ojos llenos de legañas intentaba coger el despertador que se encontraba en la mesilla.
—No sé, tú sólo quédate aquí.
Y sin decir una sola palabra más salió de la habitación.
Cuando por fin conseguí alcanzar el despertador y pude ver que eran las ocho de la mañana me levanté de un salto y pasando de lo que Antoine me acaba de decir me puse un vestido y bajé las escaleras.
Tal y como me esperaba, en el recibidor pude encontrar a Antoine rodeado de periodistas sujetando cámaras y micrófonos.
Y preguntando sin apenas dejarle  pronunciar una sola palabra.
Me acerqué despacio a su lado, no porque no quisiera que me echara de allá antes de que llegara sino porque quería pasar desapercibida por al menos unos segundos más.
—No está embarazada, son solo rumores.
—¿Entonces por qué ayer respondió lo contrario?
—Estaba agobiada con tanta gente a su alrededor, no hay ningún niño.
Me paré en seco en medio del salón y apreté los puños clavando mis uñas a la palma de mi mano.
—Está mintiendo— dije provocando que todo el mundo que comenzaba a adentrarse en el recibidor, se girase.
—Te he dicho que te quedaras arriba.
—No puedes decirme que debo hacer y que no— contesté seca mientras cruzaba los brazos. —Estaba embarazada, si, es cierto, pero lo perdí... en un accidente.
Antes de que me diera cuenta, todos los periodistas que segundos antes había estado alrededor de Antoine ahora se amontonaban a mi lado.
Seguí con la mirada a Antoine el cual subía las escaleras con la mirada fija en el suelo.
—He respondido a suficientes preguntas por hoy, ¿podéis dejarnos respirar un poco, por favor?— dije casi suplicando.
Nunca hubiera imaginado que suplicara por privacidad pero si era la única manera de conseguir hablar con Antoine lo antes posible lo haría.
Por una vez en mi vida, los periodistas entendieron que quería estar tranquila y se fueron de casa antes de que me diera cuenta.
Subí a la habitación y encontré una nota en la cama.
"Solo quería  lo mejor para ti"

Siento haber tardado tanto pero he empezado el colegio y no tengo tanto tiempo para escribir.
Espero que os haya gusta el cap:)

"Sin ti no soy nada" TERMINADA [Antoine Griezmann]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora