CAPITULO DIESIOCHO: A Long Drive

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Si ha pasado un tiempo desde que actualice, pero aquí esta. Es un poco corto pero los próximos van a ser mas largos porque estamos en la recta final.
Espero que les guste y nada. Gracias por leer.
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Camila besaba mi cuello mientras trataba de mantener una conversación seria con Thomas.
Nos encontrábamos en la playa. Un sábado tranquilo.
“¿Has hablado con Gigi?” pregunto Thomas “debemos saber si está dispuesta a ayudarnos. Tengo que estar seguro para comenzar con la operación”
Camila arrastro su manos por a lo largo de mi abdomen descubierto y contuve la respiración. La maldita lo hacía a propósito.
- No hable con Gigi todavía pero escuche a unos de sus guardaespaldas que volvería en unos días de su viaje – gemí y cerré mis ojos fuerte – Seguro tenga que ir por ella al aeropuerto. Tal vez tenga oportunidad ahí – la de ojos marrones mordió mi cuello – Auch – la mire y ella levanto los hombros para después alejarse
“Voy a colgar. Para la próxima me dices cuando estés con Camila para ahorrarme todo esto” suspiro “Necesito que hables con la hija de Jones rápido. El tiempo es crucial Lauren”
- Lo sé. Voy a investigar si su celular no está filtrado para poder hablar con ella por ese medio, sino vamos a tener que esperar a que ella vuelva.
“Entendido, quiero saber todo.”  Me queje pero él ya había cortado la llamada.
- ¿Asique Gigi de nuevo? – pregunto Camila
- Si – dije sin ganas – Tengo que tratar de convencerla de hacer esto por nosotros
Camila sabía exactamente todo lo que pasaba con Thomas y todo lo que teníamos planeado hacer. Ella incluso se anotó para hablar con Keegan.
- Es su padre ¿Sabes? – me miro - ¿Cómo pueden siquiera pensar que ella los ayudara?
- Ella no quiere esa vida – volví a ponerme mis anteojos de sol que me había quitado antes de empezar la llamada con el policía – Gigi me ayudo cuando me dispararon, es solo otra más que quiere ser libre – me acosté boca abajo dando la espalda a Camila
- ¿Y tú no lo eres? – pregunto con cuidado mi novia
- Ya no lo siento así – suspire – Antes si, cuando podía salir sin tener miedo de algo. Cuando no tenía que meter a un narcotraficante a la cárcel y usar a su hija para ello.
- Cuando el este en alguna cárcel de máxima seguridad vas a poder ser libre, Lauren
- No lo creo – la mire – Muchas personas me buscaran, hasta por debajo de las piedras, para matarme por mandarlo ahí
- ¿Cómo estás tan segura que ellos sabrán que fuiste tú?
- Habrá un juicio después de eso y debo testificar delante del juez que ayudé en todo esto, como infiltrada, claro. Sino estaría cumpliendo una sentencia menor que él.
- ¿Te mandaran lejos?
- No puedo salir del país hasta que todo pase, pero cuando me den el visto bueno y no haya cargos en mi contra. Recién ahí, podre irme lejos, tal cual lo planee.
- ¿Volverás?... – acaricio mi cara - ¿Por mí?
- Sabes que puedes ir conmigo ¿No?
- Lo sé y tú sabes cómo son las cosas – se recostó y busco apoyo en su codo para estar a casi mi altura – Ellos no me dejaran ir, en realidad mi mamá no lo hará.
- ¿Tú crees que hacemos bien estando juntas y luego separarnos por tanto tiempo? ¿No sería más justo ser solo amigas?
- ¿Estas rompiendo conmigo?
- No. Por supuesto que no – la mire fijo – Lo que quiero decir es que… qué sucederá todo este tiempo que no estaremos juntas – podía ver que su cabeza estaba funcionando a mil – Podrías enamorarte de alguien más, de un chico que este ahí cuando yo no pueda
- Serias la primera en saberlo – su mano se arrastró por mi brazo – Y espero ser la primera también en saberlo cuando a ti te pase lo mismo – sonrió tristemente – Mientras tanto voy a quererte y disfrutarte hasta que nuestro momento termine – sus labios rozaron sutilmente los míos – Pero ahora estas aquí luego veremos cómo nos la arreglamos. Estoy cien por ciento dispuesta a tener una relación a distancia, solo si tú lo quieres. – se alejó un poco y miro al mar – En realidad lo encuentro un poco romántico, las postales, las cartas, las llamadas. Quiero que me tengas al tanto de todo. – volvió su mirada a mí – Maya es la compañera perfecta.
- No creo que dejen llevármela – jugué con la arena – va a ser muy fácil encontrarme con ella
- Eso… si es una mierda – reímos
Teníamos planeado pasar el resto del día en la playa y dormir juntas o algo más tranquilo por la noche.
Jones había estado muy tranquilo con pedirme favores y mandarme a cuidar a sus vendedores. Solo me ha invitado a un par de reuniones y nada más. Mis tiempos libres los usaba con Camila y la tarea.
Por una parte me gustaba tener tiempo, ser una adolescente y no una más del clan de Jones. Me preocupaba un poco que me dejara de lado en muchas de las cosas. Todo en este momento era raro.
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- Has estado muy distraída después de nuestra conversación – dijo mi chica luego de terminar de guardar las cosas en mi camioneta.
- ¿No te parece raro que tenga tanto tiempo libre?
- No lo sé – pensó – Nos vimos muchas más veces esta semana que en mucho tiempo ¿Por qué lo dices?
- Jones – la mire – no me ha llamado ni tampoco me pidió que lo ayudara en algo – mordí mis uñas - ¿Crees que sospecha algo?
- No creo que sea un tipo que guarde sus inseguridades – tomó mi mano que estaba mordiendo mis uñas – Te llamo cuando supo que fuiste a la estación de policía, desconfío de ti y te lo dijo. No veo porque ahora sea diferente – me sonrió
- Si soy sincera – suspire – desde esa noche algo cambio. Él me mira diferente y me trata diferente. Esa noche algo cambio
- Creo que lo analizas demasiado – beso mi mano – Solo disfruta este tiempo libre conmigo.
Disfrutaba mi tiempo con Camila, de principio a fin, pero no podía sacarme de la cabeza la duda.
-
Camila estaba recostada en mi abdomen mientras veíamos una película en mi habitación. Mi chica se retorcía de la risa con Adam Sandler.
Pause la película mientras mi novia iba al baño y aproveche para revisar mi celular. Tenía una llamada perdida de Gigi. Era tarde para una llamada de ella. Volví a marcar su número.
“Lauren, gracias a Dios”
- ¿Sucede algo? –
“Necesito hablar contigo, urgente”
- ¿Ya estás en la ciudad?
“Si, acabo de llegar. No puedo hablar por teléfono. ¿Puedes esta noche? A medianoche, me refiero
- ¿Debo preocuparme? – ella negó del otro lado de la línea – Estoy con Camila en estos momentos, no puedo hacer que vaya a su casa para encontrarnos, eso sería raro para ella ¿Es seguro para llevarla conmigo?
“Nada es seguro en estos días” rio “Pero si piensas que puedo hacerles algo o planeo algo, estas errada. Solo necesito encontrarme contigo. Prometo que no tomara mucho y si puedes traer a Camila”
- Está bien – mire a Camila salir del baño – Solo dime donde
“Te mando un mensaje con la dirección” colgó.
Un segundo sonó mi celular anunciando un mensaje entrante. Pude ver los ojos curiosos de Camila dirigirse a la pantalla.
- Es Gigi – me apresure a decirle – Quiere hablar conmigo – ella se sentó en mi cama y espero – No sé a qué se debe pero dijo que era urgente
- ¿Ya volvió de su viaje? ¿Así nada más? – pregunto incrédula
- Es lo que dijo – suspire – Pero tengo que ir
- ¿No desconfías ni un poco? Lauren podría ser una trampa si no eres cuidadosa
- Camila aquí se hacen las cosas y punto. No confías en nadie, nadie es confiable tampoco – busque mi campera y me la puse – Lo haces o no lo haces. Es la cuestión de la adrenalina de esto. ¿Por qué crees que nadie quiere dejar de hacer esto?
-
Las ruedas hacían un ruido característico cuando tocaban la tierra. Nos estacionamos en un lugar seguro. Tuvimos que venir en el auto de Camila, solo por precaución.
Camilla jugaba con mis dedos impaciente. Llegamos unos diez minutos antes. ¿Si desconfiaba? Obvio que lo hacia. Gigi era hija de Jones y lo conocía bien. Sabia como manejar a la gente, ella conocía como se hacia todo. Toda niña ama a su papá, y siempre va seguirlo y aprender sus mañas.
La medianoche marca en punto. Un auto en la lejanía se escuchaba. Camilla estaba un poco adormilada pero se acomodo en su asiento cuando las luces del vehículo nos destello.
Gigi salió del auto casi corriendo a buscarme.
- Te haz mandado la cagada mas grande de tu vida - grito -
- ¿Que dices? - pregunte casi desconcertada
- Eres tan estúpida - grito y tapó su cara con sus manos, frustrada
- Gigi, no entiendo una mierda a lo que te refieres. Necesito saber que pasa.
- Escuche a mi padre hablar con uno de sus matones - tomo aire - El lo sabe, Lauren. Le dijeron que estabas tratando de mandarlo a la cárcel
- Mierda - grite - Lo sabia, lo, malditamente, sabía. - mi corazón latía a mil. Jones podía lastimar a Camilla, a mi familia. Fui una tonta, lo arruine como Keegan lo hizo. - No eran alucinaciones mías. El lo sabia de un principio.
Pateé la rueda del auto de Camila, haciendo que ella bajara. Me miró preocupada.
- ¿Que sucede? - observó a Gigi y luego a mí - ¿Lauren?
- Mi padre sabe todo lo que Lauren estaba haciendo a su espalda. Sabe cada paso que diste, cada palabra. No tienes idea lo enojado que esta en estos momentos. El no puede ni siquiera decir tu nombre. - se acercó lo mas que pudo, Camila me protegía. - No tienes una puta idea de lo que provocaste. Lo peor de todo que él confiaba en ti. Y lo traicionaste - escupió furiosa - Eres una maldita niña que se creía dueña de este mundo.
- Tu lo odias como yo - logre decir - No vengas con el cuento de niña de papá
- Tienes razón, lo odio. Pero jamás traicionaría a mi padre. Él, no importa sus métodos, me ha dado el mundo y nunca dejó de ser mí padre. Nunca estuve sola. Mis errores lo cometí por enamorarme de un cobarde, que no tenia las agallas  para enfrentar a mi padre. Un estúpido como tu que creen que puede pasar por arriba de él.
- Nunca me iba a dejar salir del negocio. Ni aunque no le sirviera. - la enfrente - Ahora va a querer matar a todos los que me rodean y va a empezar con Camila - mi novia se tensó - El me quería a toda costa con el, lo que hizo Keegan solo fue un buen negocio para convencerme de estar en su clan de mafiosos. - levante una ceja - Es tan estúpido que tu luches ahora a su favor. ¿Puedes madurar de una vez? Crece golpéate. La vida no es tan sencilla sin un papá que controla todo y lo hace perfecto - bajó la cabeza y caí en cuenta - ¿Es eso no? Tienes miedo de que tu padre vaya a la cárcel y te quedes sola. No te preocupas por el en lo absoluto - no dijo nada. Observo a Camila un segundo - ¿Que tan enferma estas para no preocuparte por tu padre
- No se trata de mi - me miro furiosa - Y tampoco debes preocuparte del porque hago lo que hago. El te va a matar y va a disfrutar torturarte - sonrió - A ambas. Si fueras inteligente estarías tomando un avión al lugar mas inhóspito del planeta y creo ni aun así vas a poder escaparte de él
- Es bueno saber de que lado estas - acompañe a Camila para que subiera a su auto y volví hasta donde estaba Gigi - Tu padre podrá tener los matones que quieras y encontrarme pero voy a darme el lujo de meterlos a todos en la cárcel aunque muera en el intento. Y TU deberías tomar ese avión, solo digo - levante mis hombros y la mire por ultima vez - Cuídate - bese su mejilla.
Instantáneamente limpió su mejilla. Ella había entendido perfectamente mi metáfora con ese beso, el famoso llamado "Beso de la muerte" en la jerga de la mafia italiana. Era una estupidez y me reí internamente por lo dramática y teatral que me volví. Solo escuchar los insultos de Gigi afuera, después de haberme subido al auto, valía mil veces mi actuación.
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Camila no me quitaba la vista de encima. Y me ponía mucho mas nerviosa de lo que estaba. Podía sentir mis latidos reventar en mis oídos, mis manos hormiguean en el volante.
- ¿Podrías dejar de mirarme por un segundo? – dije casi desesperada
- ¿Va a matarme? – su voz sonó rota
Quise decirle que todo estaba bien. Que nada iba a ocurrirle. Pero a quien iba a mentir. Si me mataban a mi primero ella no tendría quien la salve. Tal vez mi tortura era ella. Después de todo, quien sabe que nos depara el destino.

Sex (The 1975) CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora