CAPITULO DIESINUEVE: Can you blame me for to be in love with you?

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Los últimos capítulos no van a ser contados ni por Lauren ni por Camila. Una narración completa, para detallar mejor la historia, o por lo menos para que entiendan lo que he ocultado durante la historia.
En fin gracias por leer.
-
Los ojos de Camila estaban aprisionando a Lauren, trataba de buscar respuestas en su silencio, en gestos y actitudes. En cambio la ojiverde se mantenía quieta, su respiración bajo demasiado, solo para ocultarle a su novia lo nerviosa que se encontraba. Lauren hizo una respiración larga y lenta, arrastro su mano por su cabello para terminar rascando su nuca.
- Mientras yo este contigo, nada va a pasarte – su rostro se endureció
- ¿Y si no estas? – sus ojos reflejaban el miedo a perderla, la incertidumbre de no conocer su destino.
Ambas sabían que después de todo no terminaban juntas, pero la separación era para proteger a la otra. No estaba en sus manos decidir si quedarse. Pero la muerte era algo mucho mas de lo que las dos podían soportar. Quizás si en un futuro, cuando Lauren vuelva, el reencuentro podría ser exitoso, pero si alguna de las dos no existía, que significado tenia todo.
- Voy a estar, te lo prometo – mintió rogando que fuera verdad. Quería estar pero era casi imposible ahora tener esa posibilidad
- Y yo te prometo que en algún punto te voy a creer – bajo del auto. Estaban en la entrada de la casa de Lauren.
- Camila… - la siguió – Esto no se suponía que debía salir así
- Lo se – sonrió para tranquilizar a su novia – No estoy enojada ni siquiera se acerca a eso. Solo tengo miedo, nada mas - acaricio el rostro suave de Lauren
La menor de las dos saludos a su novia y salió tranquilamente de la entrada de Lauren.
La de ojos verdes muro como el auto de Camila se perdía en la noche. Su noche no debía terminar con un recordatorio que todo estaba mal, al contrario debía ser una noche donde ambas se dijeran te quiero y besarse hasta que sus cuerpos pidan mas.
- Maldito Jones  – susurro para si misma.
Camila por otro lado no dejaba de llorar. A penas dejo la casa de Lauren sus lágrimas inundaron sus ojos. Tardo un poco mas de lo normal en llegar.
Todavía era temprano como para encontrar a su hermana dormida o a cualquiera de sus padres.
Su casa estaba completamente iluminada, de par en par. Sus padres compartían una taza de café en la mesa de la cocina. Ella al acercarse pudo escuchar que su padre pronunciaba el nombre de “Jones”. Por un momento le resulto difícil prestar atención pero cuando pudo pasar la sorpresa de que su padre lo conocía pudo unir las palabras que decían en voz alta.
- Alejandro esto ah sido tu peor idea. No haz metido en un problema mucho mas grande de lo que nos beneficia – suspiró
- Esto no es mí culpa – miró a su esposa. – todo es culpa de la metida de la amiga de Camila. Ella y Keegan han arruinado muchas cosas para mi y para Tom.
Tom era el padre de Keegan. Para Camila no tenían sentido que ambos estén involucrados con Jones. ¿Tendría algo que ver con su mudanza? La cabeza de la menor de los Cabellos no dejaba de recolectar información, unir puntos. Buscar un sentido mas que nada.
- Ellos no han tenido la culpa de que tu aceptaras esa propuestas. Este trabajo – defendió Sinu –
- ¿Ahora la defiendes? – Alejandro presiono a su mujer - ¿Sabes que ellas están saliendo no?
- Soy consciente de eso. Y no la defiendo pero ella no te obligo a nada, culpar a una niña de tus malas decisiones, es de cobardes – la mujer lo miro fijo, espero que respondiera pero nada salió de la gran boca de Alejandro – Cada uno sobrevive como puede. Tu solo estas escapando de tus errores
La mujer castaña salió silenciosa de la cocina, no vio a su hija apoyada en la pared. Sinu no estaba enfadada con su marido por meterse en problemas sino la falta de pantalones en hacerse cargo. Cuando esto fue una idea para mejorar su economía, en ese tiempo todo era casi un cuento de hadas, ninguno de los dos vio las consecuencias de este negocio.
FLASHBACK
TRES AÑOS ATRÁS.
El señor cabello había terminado una reunión muy exitosa con un hombre muy poderoso. Su sonrisa casi partía su cara, su pecho no guardaba tanto orgullo. En este momento el podría dejar su antiguo trabajo y podría trabajar en una empresa del gran Jones. Un “empresario” exitoso en Miami, alrededor de estados unidos y unos países por el mundo. Lo que él no sabia que el gran dueño y señor era uno de los mas grande traficantes en este momento.
Sinu preparaba la comida ansiosa para su familia. Sus dos hijas ya habían llegado del colegio pero su marido no daba señales. AUN.
Alejandro estallaba de alegría con la noticia y esperaba que su familia lo apoyara. Bajo de su auto a piruetas y entro a su hogar silbando una alegre canción. En la cocina abrazo y beso a su mujer, feliz.
- ¿Buen día en el trabajo? – sonrió su mujer
- El mejor – dijo - ¡Camila! ¡Sofía! – llamo entusiasmado a sus hijas – quiero darle una noticia y quiero que estemos todos juntos
Camila llego con su hermana menor en la espalda.
- ¿Por qué el alboroto? – dijo Camila dejando a su hermana en una de las sillas
- Hoy renuncié a mi trabajo
- ¿Qué? – gritó Sinu – Alejandro…
- No, esperen… - frotó sus manos – pero he tenido una entrevista maravillosa que va a cambiar todo, a solucionar nuestros problemas -suspiro, porque seguro lo que diría no le gustaría mucho y tenia un poco de miedo – Lo mas probable es que debamos mudarnos a Los Ángeles para poder comenzar
- ¿ Mudarnos? – Camila fue la primera en romper el pequeño silencio que se formo después de la gran noticia – Yo no puedo mudarme, tengo mi vida aquí, mis amigos están aquí. ¿Qué se supone que haré en L.A.?
- ¿Qué harás? – la miro – Primero vas a ir a una buena escuela, podre comprarte el auto que desees cuando sea el momento. Un futuro en una gran universidad. Seguro conocerás nuevas personas. Los cambios son buenos. Solo disfruta la aventura
Camila no quería hacerlo. Sofí estaba contenta por conocer gente nueva. Sinu apoyaba a su marido sin rechistar, estaban juntos en esto. Era su oportunidad para un futuro nuevo y grandioso.
Después de pasar un gran verano con sus amigos, Camila se despidió apenas unas semanas de comenzar en su nueva escuela.
FIN DEL FLASHBACK.
Los días siguientes a la confesión de su padre, todo se había vuelto incomodo con ellos. Camila no quería pasar tanto tiempo con ellos. Su madre trataba de acercarse y saber que era lo que sucedía, pero las constantes negativas de Camila, la alejaban.
En otro lado de la ciudad  Keegan y Lauren conversaban sobre lo sucedido. El silencio no era incomodo, solo lo usaban para pensar en que responder a cada una de sus preguntas.
- ¿No haz pensado alguna vez que alguien te tendió una trampa? – pregunto Keegan dando su ultima seca de su cigarrillo
- ¿Y tu que el fumar es perjudicial para la salud? – el ojiazul frunció el seño   - Es una pregunta estúpida incluso para ti – Lauren lo observo y escucho un bufido y ella sonrió – si lo hubiera sabido o sospechado no estaría en semejante problema.
- Tienes razón. Pero seguro consideraste la opción que sucedería
- Lo hice, de verdad – ella se alejó de la camioneta de Keegan. Estaban alejados de la ciudad y solo los rodeaba el desierto y las estrellas – Pero he estado tan concentrada en hacer feliz a Camila que no vi que las cosas se estaban poniendo feas a nuestro alrededor.
- Ella tiene ese efecto en las personas. Su sonrisa y risa te hace dar ganas  de hacer de todo para escucharla siempre. – dijo en un pensamiento en voz alta. Lauren lo miro con un poco de celos pero estaba en lo cierto – Lo siento
- No, es verdad. Es tan cierto que no puedo reclamarle nada. Es un tema superado entre nosotros. – se miraron – ella ahora esta conmigo y es lo que importa. Tu haz sido un gran pasado pero solo eso eres ahora para ambas
- Auch – aunque estaba superado igual escuchar eso dolía – pero de igual manera, me alegra que estén bien. Camila es una chica impresionante.
- Lo es – sonrió Lauren, y sintió su cuerpo vibrar con sólo pensar en lo maravillosa que era su novia. – Tengo miedo que le suceda algo. No lo soportaría. Menos si puedo detener todo esto.
- Alguien quien ha estado contigo durante el proceso puede que haya soltado información. – observo a Lauren distraída – te sorprenderías de como el dinero cambia a la gente.
Lauren era consciente de ello. Muy consciente. Lo malo de pensar en ello es que implicaba a una sola persona en este lío.
Thomas fue la cabeza de todo esto, él la busco y la encontró, la estaba ayudando así como él lo hizo una vez. ¿Podría Thomas entregarla por dinero? Y si así fuere ella estaría muy desilusionada. Eran un equipo, se suponía que debían cubrirse la espalda no apuñalarla.
Sentía su cara arder, la rabia tomaba su cuerpo como un tsunami. Había depositado toda su confianza en el maldito policía. Lo había hecho sin ninguna duda y si era cierto, él la había traicionado tan vilmente.
- Podría llegar a tener a alguien en mente, aunque no estoy lo suficiente segura para culparlo.
-
Keegan había conducido hasta la casa de Camila, donde había dejado a una ansiosa Lauren.
La de ojos verdes miraba interesada la casa de la chica que le robaba el sueño. La chica que quería proteger a toda costa. No se imaginaba que un error podría lastimarla, no quería que eso suceda y lucharía con lo que fuera para que todo se solucione, incluso si eso no las deja juntas en un final.
“Hey… ¿te golpeaste la cabeza?
El nuevo mensaje en el celular de la ojiverde la dejó un poco desconcertada y con una sonrisa.
“No… ¿Por qué lo preguntas?
“Llevas diez minutos mirando mi casa. ¿El sol te volvió estúpida? 😂”
Lauren río mientras la imaginaba reír de su broma. No la había visto en todo el día. Y ahora iba a subir a su habitación por la ventana.
“Tan solo si el sol eres tu, entonces si. Me volví estúpida”
“Wow… eso si fue cursi. “
“ ¿Puedes vivir con eso? Porque seguro hay más de donde vino eso”
No recibió una respuesta pero si la vio salir por la puerta principal. No era nada del otro mundo, no había una explicación demasiado cursi de como se veía. Era su ropa normal, sus ojos marrones, su cabello despeinado y sus labios secos. Pero lo que pasaba en la cabeza de una adolescente enamorada seguro veía cosas que ni existían. Para Lauren era la chica perfecta, su chica de ojos marrones y piel suave y caliente, de la risa maravillosa y un horrible sentido del humor.
Era su chica e iba a pelear por ella.
- Empiezas a preocuparme – Camila rompió con los pensamientos de la mayor cuando entrelazo sus manos
- Estoy bien – sonrió –
- ¿Segura? – acarició su mejilla
- Lo prometo – observo como sus ojos recorrían su cara para encontrar alguna señal que le indicara que estaba mintiendo. Pero no lo hacia - ¿No íbamos a jugar a Romeo y Julieta? Iba a escalar tu ventana. Eso hubiera sido interesante – río.
Su forma de cambiar de tema no tenia nada que ver con que la morena descubriera que estaba preocupada con su bienestar ni tampoco con que se diera cuenta que la amaba con todo su ser. No, para nada, solo quería quitar la tensión en el aire. Quería saber que todo estaba bien. Que todo no había cambiado como ella creía.
- Eres rara – tiró de ella en dirección de la puerta principal – Hay algo que debes saber – dijo sin mas
- ESO es raro
- Puede que si, pero puedo asegurarte que es peor.
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En el centro de la ciudad un hombre muy enfadado tiraba las cosas de su escritorio. Peleaba con su mente y con las voces extras en su oficina. No quería escuchar mas y a la vez quería saber todo.
En el primer momento que trajeron la información y fotos de Lauren un mundo que el creía conocer, se derrumbó. Su confianza, su cariño y todo su poder lo había depositado en una niña de ojos verdes. Ella tal vez no lo sabia pero para él, era familia. No tenia derecho de romper un lazo así.
- Es suficiente – golpeó su escritorio con fuerza – No quiero escuchar mas una palabra sobre Lauren
- Jefe… ella – uno de los soplones que tenia habló –
- Te he dado la importancia suficiente como para oír cada cosa que tuviste que decir. Y ya no quiero escuchar mas. Por lo menos hoy, ya no – levantó su mano y señalo al hombre que estaba ocupando una de sus sillas – Llévenselo, cuando sea necesario lo traen. Por ahora quiero descansar.
Los guardaespaldas lo arrastraron hasta el callejón y lo tiraron ahí.
Jones sabia que estaba en un gran problema. Este no era como las demás demandas en su contra. En las anteriores no tenían demasiadas evidencias y los testigos nunca declararon en su contra. El dinero ayudaba demasiado cuando tenia este tipo de problemas. “Por plata baila el mono” dicen por ahí y las personas que estaban en este mundo lo sabían perfectamente.
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Un café en el centro. Un lugar común donde dos hombres tenían una discusión silenciosa.
- Casi he llegado a confiar que podías hacer estos trabajos sin meter la pata – unos ojos grises ardían de ira
- Y lo hice al pie de la letra – replico – Cada paso que me dijiste que siga yo lo hice – respiró hondo – Tu hijo metió la pata. No le bastó con mi hija que tuvo que buscar a la hija del jefe
- El ya fue reprendido por eso. Keegan ha llevado el negocio muy bien. – bajo la mirada en busca de su café – tu hija por otro lado
- Mi hija nada, no metas a Camila – su mirada era dura – Ahora entiendo de donde viene la falta de hombría – sonrió ante el enojo de Toma - ¿Culpar a las mujeres los hace sentir bien? Y yo que pensaba que estábamos en el 2016
- No te pases de listo
- Y tu no metas a mi hija que lo único estúpido que hizo fue estar con tu hijo.
- Esta bien, tu ganas. Nada de hijos.
- Me parece justo
- Jones va a querer matarnos. Debemos encontrar una solución a esto - Tom buscó en su portafolio una tablet. Navego en sus archivos y buscó la carpeta de documentos que tenia – No es mucho lo que tango aquí, pero podría ser una solución para nosotros. Con esto podríamos sacarnos de una gran condena y salir con las manos limpias.
- ¿Cómo tienes esos documentos?
- Los fui recolectando con el tiempo – no quito la mirada de su aparato – en alguna parte de mi cabeza decía que podría salir mal. Solo previne mi… nuestro futuro
Alejandro no estaba seguro de como pudo conseguir documentos confidenciales de Jones, actas, denuncias y juicios pagados. Nombres de jueces que podrían ayudarlos. Solo confió de que esto podría ser controlado.
-
Los padres de Camila no regresaban hasta muy tarde. La dueña de la casa aprovecho esto para poder contarle lo que escucho la otra noche.
- Vi que Keegan te trajo a casa – dijo la de ojos marrones tomando por sorpresa a su novia
- Si – la miro de reojo – Debía decirle algunas cosas
- ¿Sobre Jones?
- Si, el conoce un poco mas de esto. –
- ¿Y tú no?
- Si, en realidad es diferente. La única parte que yo conozco es la parte física y los movimientos de toda la mercancía y todas esas mierdas que ya sabes. En cambio Keegan el conocía la otra parte de los negocios, el puede tener información confidencial.
Camila miro a Lauren por unos segundos antes de decirle que tenia en su cabeza. No tenia miedo de afectar algo entre ellas por la confesión, solo estaba insegura de muchas cosas más. Esto solo podría dar pie a muchas verdades.
- ¿Recuerdas la noche que nos encontramos con Gigi? – pregunto la menor
- Si ¿Por qué?
- Esa noche escuche que mi padre tiene negocios con Jones y ahí la razón por la cual nos mudamos
Lauren no tenía idea de como reaccionar. Sus ojos se abrieron al saber que su novia conocía mas sobre su jefe. Pero lo peor de todo es que ella ya lo sabia. Al igual que el padre de Keegan.
El padre de Camila se sorprendió mucho cuando la vio en esa reunión de ejecutivos. Ella sabia que no tenia sentido que estuviera ahí, ya que no le importaban como se hacían los negocios. Su área era los cargamentos, los sectores de venta y los estúpidos nuevos. Pero esa noche le tocó ser la mano derecha de Jones.
Alejandro no tenia ni idea de como reaccionar ante su presencio e hizo como si no la conociera. No hasta que terminó la junta y espero por ella en el callejón. Lauren prometió no decir nada al respecto, que él lo haría en su tiempo, la ojiverde no confiaba en él y lo dejo pasar. Una de las razones por la cual el nunca se opuso a su amistad con Camila.
- Lo sé – dijo seria
- ¿Cómo?
- No estaba en mi decírtelo. Alejandro me prometió que te lo diría. – la miró – Solo fue una casualidad de como supe de él.
- ¿casualidad? No creo en las casualidades
- Yo si. Puedes creerlo y dejarlo ir o bien puedes ir con tu padre y reclamarle todo – se alejo de la cama donde se sentó al entrar – Ese no es mi puto problema
- Ok
- Ok – respondió imitando el tono de Camila
Ambas se miraron por unos segundos. Camila sabia que Lauren estaba enojada, estaba pasando por mucho en estos días, pero le resulto demasiado doloroso que ella no dijera que su padre estaba metido en una mierda así.
- Creo que va a ser mejor que me vaya. No quiero estar aquí cuando tu madre llegue – mintió, no quería irse pero no podía soportar el hecho de que su novia desconfiara de ella. Y también, la madre de Camila no la quería – No estoy de ánimos para sus juegos de palabras
- Acabas de llegar – las mejillas de Camila se tiñeron de un rosa fugaz por su tono de suplica.
- Lo se y tu debes hablar con tu padre – la miro fijo – lo siento si te lo oculte pero créeme no estaba en mi. Y el sabe perfectamente  lo que esta pasando con todo. Mi única razón por la que hago esto es por ti y mi familia. Y estoy un poco harta de arreglar problemas ajenos y llevarme la peor parte.
- Yo no…
- Lo se y esta bien pero… hoy no puedo Camila
- ¿Qué?
- No quiero arruinar lo que tenemos y por mucho que lo intente no voy a lograr salir  ilesa de esto. – la de ojos verdes estaba luchando con su corazón, ella no quería hacerlo pero lo estaba diciendo voz alta. –
- ¿Estas terminando conmigo?
- No lo se, no tengo ni una puta idea de lo que pasa en mi cabeza, Camila – sus lágrimas se hicieron presentes – Todo el mundo quiere algo de mi, nadie lo pide solo me obliga a hacerlo.
- Yo no estoy pidiendo nada, Lauren – la menor se abrazo para contenerse, ella estaba apunto de derrumbarse – Yo… solo… te quiero a ti
- Camz… yo voy a ir a casa
- Laur… - Camila tomo la mano de su novia, no iba a dejar que se fuera. Ella tenia que arreglar lo que sea que se haya roto – No voy a dejar que te vayas. Esto se esta volviendo tan estúpido, estamos perdiendo tiempo. Hay mucho que hacer antes que te vayas. Podemos resolver esto
- Tengo tanto miedo – Lauren por fin dijo lo que le estaba ocultando, no quería parecer vulnerable y mucho menos que no  tenia control sobre la situación. Ella quería parecer fuerte ante su novia. Quería que confiara en ella y mas que podía cuidarla de todo
- Lo se – Camila dejo de abrazar su propio cuerpo para enredar sus brazos en la mas alta -  Y esta bien sent…
- ¡No! No esta bien sentirlo. Es horrible, lo odio. Esta cosa de perderte y que todo salga mal me ahoga. No lo soporto – grito hasta que sus lágrimas y su falta de aire le cortara su enojo – Solo no quiero que pienses que no puedo protegerte. Porque puedo, de verdad puedo
- Shh… yo lo se bebé
Camila estaba tratando de asegurarle a Lauren con su abrazo que ella creía en su capacidad de hacerlo. Y no solo para tranquilizarla, de verdad confiaba en ella.
La menor logro acostar a la ojiverde y dejar que se durmiera en sus brazos. Camila miraba a Lauren dormir tan cómoda en su casa. Cosa que ella agradecía lo confortable que Lauren se sentía en su habitación. Le gustaba verla en medio de sus cosas, que sea parte de algo tan intimo como su cuarto. A Camila le gustaba que Lauren sea parte de su mundo.
Camila dejó su celular en su mesa de noche. Lo había tomado para entretenerse mientras su novia dormía.
- ¿Pasó algo? – pregunto Lauren sin abrir sus ojos
- ¿Qué haces… - la miró – nada, no pasó nada
- Tus padres deben estar por volver – Lauren se alejo de Camila para poder estirarse
- Mis padres hace horas regresaron, seguro ya deben estar dormidos
- Mierda – se sentó en la cama y miró a la de ojos marrones asustada - ¿Entraron? ¿Tu mama me vio?
- Tranquila – consoló – yo estaba abajo cuando llegaron. ¿Quieres comer?
- No estoy muerta ¿No?
- Idiota ¿Y?
- ¿Qué?
- La comida
- Por favor, muero de hambre
- Ok – se levantó de la cama y corrió a la puerta
Al abrir la puerta, Camila la miro por encima de su hombro y la vio acomodarse en la cama, parecía tener cinco años. Se veía dulce, tan indefensa, su cara sonrojada por el calor de las frazadas y los ojos rojos de haber llorado. Su pelo estaba desordenado pero se veía tan hermosa como siempre. Lauren levanto la vista y la vio todavía parada ahí. Le sonrió y Camila decidió correr hasta ella y besarla. Cayeron juntas en la cama, con una risa silenciosa y un beso prometedor.
- Eres perfecta – Camila rompió el beso – cada parte de ti. Mas cuando estas así, indefensa y con todas tus paredes en el piso. Solo para mi
- Camz…
- No, haces mucho por mi y no deberías hacerlo. Vamos a solucionar esto e irnos adonde sea que nos manden
- ¿Irnos? ¿Las dos? – Camila sonrió en la forma en que la cara de Lauren se iluminó
- No veo el problema. Mis padres no pueden decirme nada, menos ahora
- Quiero estar contenta…
- Pero…
- No lo haces porque quieres y menos por mi. Lo haces para fastidiar a tus padres por todo esto
- No es así
- Por supuesto que si. Dime una cosa -se acomodo en la cama y quedaron ambas en la misma altura - ¿Esto no tiene nada que ver con tu padre y el desastre que se viene en tu familia por culpa de Jones?
- Se trata de nosotras
- No respondiste a mi pregunta
- No se trata de eso, en ningún sentido
- Ok – Lauren se levanto de la cama – yo tengo que estar en otro lugar ahora – mintió
- ¿Dónde?
Lauren no respondió, solo quería salir de ahí.
Una parte de ella estaba feliz porque Camila quería acompañarla pero por otro lado su corazón le decía que no era cierto, que no era completamente honesta con ella.
Su teléfono no tenia batería por lo que no sabia con exactitud la hora. No tenia miedo caminar por las calles en la oscuridad, se conocía de memoria cada rincón y sabia por donde debía ir. Lo bueno del barrio de Camila es que había seguridad por todos lados. El único barrio donde Jones no pudo poner sus hombres, pero Lauren había encontrado un punto ciego donde se podría trabajar.
A Jones le gustaba Lauren, le gustaba su inteligencia y la capacidad para solucionar problemas. El tenia un futuro grande para ella, él se veía reflejado en sus mejores tiempos en la chica de ojos verdes. Le molesto y le dolió tanto que ella fuera en contra de el. No lo soportó. Y no iba a descansar para lastimarla, no iba a matarla eso seria fácil pero si iba a quitarle todo lo que amaba.
Los pasos de Lauren resonaban en el asfalto mojado. Tenia la vista ida, sus pensamientos tomaban toda su atención en ese momento. Si no hubiera tropezado con una rama ella no hubiera levantado su cabeza para mirar la pequeña interacción entre dos personas a lo lejos. Lauren conocía uno de los autos, lo había visto mucho en este ultimo tiempo. La otra persona estaba tranquila esperando algo por lo que ella pudo deducir. El dueño del auto reconocido fue en busca de algo en su interior, cuando volvió hasta la otra persona le entrego un sobre de medida A4 y muy lleno.
El desconocido encendió el auto y las luces golpearon la cara del otro hombre, sus sospechas se acababan de confirmar. Ya tenia al maldito que la delato. No lo podía creer pero siempre fue su primera opción. Y en esa milésima de segundo en donde sus miradas se encontraron ella ya tenía el plan perfecto para destruirlo.
-
Pido disculpas si no se entiende bien pero es lo que hay. Quiero que los capítulos sean mas o menos así de largos.
Si hay errores o algo disculpen y culpen a la tablet que uso.
Una vez más gracias por leer.

Sex (The 1975) CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora