17.

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Punto de vista de Harry.

Cierro la puerta de la habitación de invitados cuando Maddie se duerme y oigo a Emma llegar de trabajar.

«Vale Harry, vamos allá»

—Hola Em.—La saludo cuando la veo y ella me sonríe.

—¿Qué tal con Maddie?—Me pregunta mientras deja su bolso en el sofá y yo me froto las manos contra los vaqueros.

—Bien.—Suspiro y me acerco a ella.—Quiero hablar contigo.

Emma me mira confundida y yo trago saliva agarrando sus manos.

—Harry no me asustes, ¿qué ocurre?

Me armo de valor y pienso en mis palabras antes de hablar, no quiero hacerle más daño del que sé que le haré, así que intentaré decirlo con tacto.

—Lo siento mucho Emmie.—Comienzo mirándola.—Te mentí, no le di una paliza a aquel chico porque estaba celoso, lo hice porque Robert me dijo que lo hiciera.—Ella me mira sorprendida pero no dice nada, lo cual agradezco.—He vuelto a trabajar para él, amenazó con matarte, con matar a Wendy y a Maddie, no tuve elección.

—Harry...—Empieza a decir pero la corto.

—Por favor déjame hablar.—Le suplico y acaricio sus manos.—No solo ha pasado eso Emma, y de verdad lo siento mucho, muchísimo, pero me he dado cuenta tarde. Estoy enamorado de Wendy, nunca dejé de estarlo, y te quiero, Em, lo hago de verdad pero no de esa forma, me he acostado con Wendy, he sufrido por ella y he querido ser mejor por ella durante estos días, y odio tener que decírtelo así pequeña.

Veo que lágrimas empiezan a acumularse en sus ojos pero no derrama ni una y me mira triste.

—Vete.—Susurra entrecortadamente y suelta mis manos.—Vete Harry.—Insiste mirándome pero no soy capaz de moverme.—¡Vete! ¡Lárgate!—Me grita empezando a llorar y sale corriendo del salón encerrándose en nuestra habitación de un portazo.

Pienso en todo lo que hemos vivido aquí y me quedan unos bonitos recuerdos, los cuales no quiero olvidar. Le hice daño, me merezco que me eche de casa, tendría que recoger mis cosas pero están en la habitación y Emma se ha encerrado allí, así que no quiero causar más problemas. Tan solo doy un último vistazo a la casa, y cuando estoy en la terraza no puedo evitar revivir la escena que tuve aquí con Wendy, me demostró que me seguía amando y como un idiota no hice mas que cagarla una y otra vez.

(...)

Después de ir a la licoreria y gastarme más de cien dólares en alcohol me senté en el sofá de mi apartamento, el apartamento de Wendy y mio. En el cual había estado hace menos de veinticuatro horas.
Intenté llamar a Wendy más de una vez, pero siempre me manda al buzón de voz. Comencé a cabrearme sin motivo alguno y rompí varias de las cosas que hay en el apartamento, ahora estoy ahogando mis penas en alcohol, sin más. He bebido más de lo que puedo contar, no tengo noción del tiempo y sé que en cualquier momento puedo desmayarme pero me da absolutamente igual, no pienso parar de beber hasta que el dolor desaparezca.

Punto de vista de Wendy.

Después de haber salido de casa de Louis pitando, no solo por el beso, cosa que también ayudó, sino porque Emma me llamó diciendo que fuera a recoger a Maddie de su casa, parecía bastante alterada así que salí rápido de casa de Louis diciéndole que más tarde hablaríamos sobre lo que pasó.

Cuando llegué a su casa Emma fue quien me abrió la puerta y pude ver por el pequeño hueco a mi hija detrás, sentada en el sofá con una mochilita.

—¡Mami!—saltó corriendo hacía mi y arrastrando su mochila.

—Princesita, ¿Qué tal estás?—susurro en su oído cuando la envuelvo entre mis brazos.

Shakiness [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora