Capítulo 23

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Cuando empecé a contarles esto, les dije que todos tenemos algo que cambia nuestras vidas. Para mi fue definitivamente la epilepsia. Ahora debo vivir con esto, y supongo que está bien. Debo seguir adelante, no pienso rendirme.

El sol me da en la cara y me levanto. Por recomendación del médico, debo dormir más, así que mis padres ya no me quieren despertar temprano. Además, me quitan el celular por las noches, ya que éste emite hondas o algo por el estilo.

El punto es que ya no tengo algo que me levante en las mañanas, porque no soporto el "tic-tac" de un reloj de mesa. Así que dejo las cortinas abiertas, de ese modo el sol me levanta.

Suspiro y me dirijo a la ducha. Me visto y bajo a desayunar, dónde está mi mamá.

—Hola, Wen —Dice sonriendo—. Te despertaste temprano.

—Sabes que me gusta el colegio —Digo, abriendo la nevera—. Sigo diciendo que no deberían dejarme dormir tanto. Por lo menos despiertenme para ir al colegio.

—Sabes lo que dijo el médico, cielo.

Suspiro y le doy un mordisco a mi sándwich.

—Es por tu salud, Wendy —Dice mamá, sirviéndome jugo—. Si quieres puedo despertarte para ir a la escuela.

—¡¿Enserio?!—Pregunto emosionada.

—Pero tienes que acostarte temprano —Responde sonriendo.

Le doy un abrazo y termino mi desayuno. Subo a mi habitación, me lavo los dientes y voy a la escuela. Lo más triste de llegar tarde, es que ahora Ray no me puede llevar. Era genial ir con él en el auto, podíamos hablar de todo  a veces parábamos por comida.

—Adiós, Wen. No olvides tus pastillas —Dice mamá antes de irse.

Suspiro y escucho el timbre. La primera clase se terminó. Creo que tengo biología. Acomodo la maleta en mis hombros y busco mi salón.

Por los pasillos había cientos de estudiantes, moviéndose de un aula a otra. Me doy cuenta de que varios se quedan mirándome y murmurando cosas, supongo que todos saben que dejé el equipo y, según ellos, lo hice sin razón.

Estoy a unos metros de la puerta y alguien me empuja. Alcanzo a mover las piernas lo suficientemente rápido para no caer, y me volteo a ver quien fue. Aunque no lo conozco, sé que es del equipo de fútbol americano.

— ¿Qué pasa, latina? —Pregunta — También vas a dejar la escuela por que sí. Recuerda que ya no eres animadora, no eres nada.

Frunzo el ceño y lo veo confundida.

—Primero, no hables sin saber la historia completa —Le digo—. Segundo, yo no me defino por los clubes en los que estoy. Y tercero ¿En serio? ¿No tienes nada mejor que hacer? Si mal no estoy el entrenador te amenazó con sacarte del equipo si no mejorabas tus calificaciones. En tu lugar, yo me dedicaría a estudiar en lugar de molestar a otros. Pero es tu decisión.

Doy media vuelta y entro al salón. Ya intentaron hacerme bullying una vez, no dejaré que lo hagan de nuevo.

La clase transcurre bastante normal. La profesora me preguntó por mi "problema" apenas me vio entrar, así que le dije lo mismo que le había dicho al señor Stoll. Supongo que tendré que decirle eso a todos los profesores.

El timbre suena y todos salimos del aula. Tengo una clase más y luego descanso.

—Hola, niña perdida— Dice Ray, llegando por detrás y pasando su brazo sobre mis hombros.

Lo veo y tiene algo diferente, pero no sé que.

—Hola luciérnaga —Digo sonriendo— ¿Por qué tan alegre?

Sonríe y me mira.

—Por qué llegaste tú —Dice e inmediatamente me ruborizo— ¿Te he dicho que eres muy bonita? La verdad, Wen, tu me gustas.

—¡Victor! —Grita alguien a nuestras espaldas.

Me volteo a ver quien gritó, y me encuentro con Ray atravesando el pasillo un tanto furioso. Ahora sé que le veía de raro a Ray. No era él, era su hermano.

—Adiós —Dice Víctor, mientras me río un poco por la situación.

Víctor sale corriendo y el verdadero Ray se pone a mi lado.

—No sé que te dijo Víctor, pero debe ser mentira —Dice un poco rojo por la mini-carrera que dió.

—Tranquilo —Digo sonriente—, no dijo nada malo.

Suspira aliviado y sé que le quité un peso de los hombros.

—Esa es una de las desventajas de que tu hermano se parezca tanto a ti —Dice caminado a mi lado. Tenemos matemáticas, así que vamos uno al lado del otro—, puede fingir que soy yo y no lo notarían.

Sonrió y recuerdo a Nick. Todos decían que nos parecíamos. Obviamente no llegábamos al nivel de Víctor y Ray, pero si nos parecíamos bastante. En especial en nuestra personalidad; aunque Nick era más travieso que yo.

—A propósito —Digo, entrando en el aula— ¿Qué hacía Víctor aquí? Hasta donde yo sé hoy no entrenan.

—Va para Austin, pero la escuela de quedaba de camino y me trajo. En el estacionamiento, se bajó súper rápido y le puso seguro al auto. Aprovechó el tiempo que me tomó darme cuenta que haría para... Bueno "tomar mi lugar". No entiendo ni por qué lo hizo —Sonrío—. También se aprovechó de que soy más lento que una tortuga.

—Cierto —Bromeo.

—¡Oye! —Se queja, haciendo que me ría.

—A propósito ¿De dónde sacó los lentes? Si no los hubiera tenido, no me hubiera confundido.

Ray se encoge de hombros.

—Ni idea —Responde— ¿Segura que no te dijo nada malo?

Asiento con la cabeza y Stoll nos deja algunos ejercicios para hacer en parejas. Adivinen con quién me hice. Así es, Ray y yo. Daren faltó hoy, así que no tuvimos que explicarle.

Mientras resolvemos los puntos, pienso en lo que dijo Víctor.

<<La verdad, Wen, tu me gustas>>

Es un hecho que no lo dijo de verdad. A Víctor no le gusto yo, de hecho, creo que tiene novia. Pero lo dijo fingiendo ser Ray... ¿Será posible que le guste a Ray?

Una Latina En USADonde viven las historias. Descúbrelo ahora