Capítulo 24

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Cuando juegas poker, intentas no mostrar emociones (De ahí el término "Poker face" ), para que los demás no sepan que cartas tienes. Si puedes ganar o simplemente perder, no quieres que nadie sepa lo que piensas, ni lo que hay tras las cartas.

Una vez alguien muestra sus cartas, no hay marcha atrás. Puedes lanzar tus cartas frustrado y exclamar "Maldición, perdí", pero no puedes retirar el dinero que tenías, ya lo perdiste. Perdiste el juego. O, puede que no lo hayas perdido, tal vez tú sigues teniendo un as bajo la manga que salvará tu partida y termines teniendo el premio mayor. La única forma de saber cual de las dos pasará, es en el momento en el que se ponen las cartas sobre la mesa.

Imagina que en tu vida algo así te pasa. No esperas nada de una persona, no es más que un amigo, ni siquiera se te cruzó por la cabeza que podrían ser algo más; y un día simplemente se te declara. Mostró sus cartas, todas de corazones y, como hablamos de la vida, la partida es eterna. Pero no es lo mismo. Él mostró sus cartas, te hizo ver las cosas desde otra perspectiva, te hizo preguntarte si algo pasaba en tu interior, si ese pulso acelerado era un problema cardiaco o no.

Ya no lo verás como un amigo, es un amigo que siente algo por ti. La incógnita es ¿Tu sientes algo por él?

Con las cartas sobre la mesa, te das cuenta de que es una opción.

Me he hecho esa pregunta desde que Víctor fingió ser Ray y dijo que yo le gustaba. Aunque creo que sólo estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua. Pero hay que admitirlo, a todos nos gusta armar alboroto.

—Dime, Wendolin ¿En que piensas? —Dice Diana a través de la pantalla del computador.

—En nada —Miento—. Me estabas diciendo que tenías un admirador.

Me mira no muy convencida con mi respuesta, pero no toca el tema de nuevo. Me cuenta que al parecer alguien en la U* gusta de ella, pero a ella le cae mal. No sé si pase del odio al amor o si de verdad nada pasará, todo es posible en la vida.

Acabo la vídeo llamada y me pongo a hacer tareas sobre la cama. Es viernes, pero quiero el fin de semana libre.

Entre tus alas  de Camila resuena en mis audífonos. Escribo sobre la aburrida tarea de filosofía y alguien me aplasta. Al levantar la mirada, veo una gran sonrisa con un par de hoyuelos.

—Hola, niña perdida.

—Hola, luciérnaga ¿Te quitas de encima? No me dejas respirar.

Se ríe y se sienta a mi lado.

— ¿Filo? —Pregunta.

—La más aburrida de las materias —Respondo—. Dime, mi buen amigo ¿Qué te trae a mi humilde morada?

—¿No puedo venir sólo por qué quiero saludar? —Lo miro mientras levanto una ceja y sonríe mostrando todos los dientes— No entiendo lo de química.

Me río.

—Acabo esto y te explico —Digo y él mira mis apuntes.

Estoy acostada boca abajo escribiendo y Ray está a mi lado, viendo cada movimiento que hago.

—Me siento acosada —Bromeo y ambos reímos.

Acabo mis apuntes y me levanto de la cama. Dejo el cuaderno en el escritorio y me doy vuelta para explicarle química a Ray. Al girar, me choco con su pecho y pongo mis manos sobre éste. Levanto mi vista y lo veo sonriendo amigable. Esa sonrisa no puede significar nada más que amistad ¿Cierto?

Nos quedamos congelados un momento. Siento su corazón latiendo rápido, igual que el mío.

—¡Chicos! ¡¿Quieren algo de comer?! —Grita mamá desde el primer piso, haciendo que nos asustemos y nos separemos.

Miro a Ray y, gracias a su cara, sé que quiere comer algo.

—¡Sí! ¡Gracias mamá!

Ray sonríe inocente.

—No te hagas el que no quiere —Digo—. Comes tanto como Percy.

—Yo me alimento cual Wookiee —Dice y niego con la cabeza.

—Vamos, Chewbacca. A ver con que vamos a saciar ese apetito.

Sonríe, baja las escaleras y lo sigo.

—Eh ¿Wen? —Dice—No vayas a decirme Cheewbaca ahora. Me gusta ser tú luciérnaga.

* * *

Ray volvió a su casa luego de que le explicara química y de comer tamales (Que, por cierto, le encantaron). No supe que responder después de lo que dijo. Obviamente no le dejaré de decir luciérnaga, ni siquiera había pensado en cambiarle el apodo. Pero el dijo que era MÍ luciérnaga.

Me acuesto en mi cama y veo el techo.

¿En verdad le gusto a Ray? Digo, no soy fea, pero no soy tan bonita como su amiga con nombre de mueble*. Además, no ha dicho nada y, si bien Ray tiende a ser tímido, él me lo diría. Conmigo no es nada tímido, es extrovertido y más bromista que con otras personas. Ray es de esos chicos que son muy formales cuando no te conocen, pero ganan confianza y se vuelven más abiertos y divertidos.

Ahora, sí le gusto eso nos llevaría a otra pregunta ¿Él me gusta a mí?

N/A:

Hola ¿Qué cuentan?

Yo estoy agotada. A una profesora le pareció buena idea hacer un foro por la paz y ponerlo a cargo de grado décimo ¿Adivinen quién está en grado décimo? ¡Adivinaron! Yo 😒

En fin, me desvié del tema ¿Les gustó el capítulo? Espero que . Ya estamos llegando a los problemas con los sentimientos.

Este capítulo va dedicado a AbigailCastro668 quién incluyó ésta historia en una lista. Muchas gracias, Abigail 😊.

Y bueno, gracias por leer hasta aquí. Diganme que les gustaría leer en el próximo capítulo.

Nos leemos en el próximo cap. Bye 👋😘

* "La U" quiere decir la universidad.

*En un capítulo pasado (14, para ser exactos), Ray ayudó a una amiga de él que se llama Zilla (Como el mueble, pero con Z). A eso se refiere Wen.

Una Latina En USADonde viven las historias. Descúbrelo ahora