capítulo 42

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Se viene algo importante que sólo Ray puede narrar 😏😏 Digan ya qué creen que pasará y al final confiesan si acertaron (Aunque creo que es imposible que acierten)

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Ray

Los primeros números estuvieron increíbles. Maggie, Wen y yo nos sentamos juntos para verlo todo. Sabían ocultarlo, pero las conozco demasiado bien, ambas están muy nerviosas. No es una competencia sencilla, pero tengo fe en ambas, la escuela puede ganar.

Acaba el segundo número y anuncian a la escuela que utilizará las luces y Wen se levanta. Me levanto también pero me detiene.

—Quédate —Dice—, me avisas cuando acabe el número y vuelvo a entrar.

—Pero Maggie puede avisarte —Digo—. Ya tuviste una laguna hoy, qué tal si...

Se agacha y me besa (Yo sigo sentado, por eso tuvo que agacharse. Sino sería mucho más alto que ella).

—Estoy bien, luciérnaga. Hay... Algo que debo hacer sola ¿Si? Llámame apenas termine y me cuentan cómo estuvo.

Quiero protestar, pero Wem ya está bajando de las gradas y yendo al exterior. Suelto un suspiro frustrado ¿Qué tendrá que hacer?

Siento una mano en mi hombro y me volteo, Maggie sonríe intentando consolarme.

—Estará bien, Raymond —Promete—. Es fuerte.

Asiento.

Nos quedamos en un silencio incómodo,  ambos esperando que el otro hable. Seguro piensan que es por el "problema" que todos creen que hay entre Maggie y Wen, pero en realidad es por algo mucho más antiguo, que no incluye a mi niña perdida.

— Me alegra que te esté yendo tan bien con Wen — Dice de repente—. Se les ve muy felices.

Sonrío ligeramente. Se le nota que está siendo sincera.

— Oye, Ray... Lo siento mucho, no debí tomar tu teléfono, pero te juro, te juro por Mini-Maggie que yo no le dije a toda la escuela lo de Wen. Y... también lamento lo que te hice antes ¿Podrías perdonarme?

La veo y le sonrío.

— ¿Alguna vez pude enojarme contigo por más de tres días, McDonalds? 

Rueda los ojos divertida.

— Llevabas siglos sin llamarme así, Ray-ban

Ambos reímos, recordando los viejos tiempos. Es una lástima que todo eso se haya perdido.

Maggie y yo nos conocíamos desde el jardín de niños, ella antes vivía en la casa de al lado (La que ahora ocupa un viejo cascarrabias ). Su madre y la mía eran muy amigas, así que nosotros también lo éramos. 

El padre de Maggie era un hombre de mucho dinero, por lo que decidió que su hija no estudiaría en una escuela pública. Por lo que Maggie hizo su primaria en una de las escuelas más costosas del estado. Todo iba bien entre nosotros, nos veíamos de vez en cuando en las tardes o cuando su mamá invitaba a la mía a cocinar o comer algo. Pero su padre quería más, entonces se mudó a otra casa, a una mansión que quedaba demasiado lejos de mi casa como para que yo pudiera visitarla.

Una Latina En USADonde viven las historias. Descúbrelo ahora