Corremos hasta el cuarto de Ray, y lo vemos intacto ¿De dónde ha salido ese ruido?
A mis espaldas, algo pasa corriendo y me atrapa las manos con unas esposas de juguete.
—¿Qué rayos...?
No alcanzo a terminar la pregunta cuando alguien nos empuja a Ray y a mí dentro de la habitación. Debido a las esposas, no puedo poner las manos para evitar la caída. Me caigo justo sobre Ray y sólo tengo tiempo para girar la cabeza y que caiga en su hombro, evitando un cabezazo.
—¿Qué carajos está pasando? —Pregunto.
—Si ves que esos niños son demasiado traviesos —Dice Ray —Me quitaron las gafas y me atraparon las manos.
—Okay, tal vez sí los subestimé.
Estoy sobre Ray, en contacto con prácticamente todo su cuerpo. El ser consciente de eso hace que se me acelere el corazón. Levanto el pecho para poder verlo y él se queja por el cambio de peso sobre su cuerpo. Así que vuelvo a mi posición anterior.
—La última vez que estuve aquí —Digo—, había juguetes regados por todo el piso ¿Crees que pueda rodar sin encontrarme ninguno?
—Seguro —Dice y luego lo piensa un poco—. Bueno, la verdad no sé. Es probable que los gemelos lo hayan desordenado un poco. Pero tarde o temprano debes moverte ¿O piensas quedarte así para siempre, niña perdida?
Agradezco que no me pueda ver, pues vería lo roja que me puse por su comentario.
Respiro hondo y me dispongo a girar. Los primeros intentos no me salen, y lo único que logro es lastimar a Ray. Girar con las manos en la espalda es más complicado de lo que parece.
—Intenta levantar un poco tu izquierda —Le digo a Ray.
— ¿Tú izquierda o mí izquierda?
—Tú izquierda, mí derecha. Tal vez así pueda quitarme de encima tuyo.
Aunque no lo veo, siento la cabeza de Ray asentir a no lado. Ambos respiramos hondo y vuelvo a intentar rodar hacia mí izquierda. Ray hace lo que le pedí y logro rodar hasta quedar a su lado. Me golpeo un poco la cabeza en el intento, pero sobreviviré.
Por un segundo, nos quedamos así. Uno al lado del otro con las manos atadas a la espalda.
—¿De dónde sacaron las esposas? —Pregunto.
—Seguramente de mi habitación.
—¿Por qué tienes esposas en tu cuarto?
—Es que de chiquito jugaba a ser policía y nunca las boté.
Niego con la cabeza y levanto las piernas hasta que las rodillas me tocan la frente.
—¿Qué haces? —Pregunta Ray a mi lado.
—Intento pasar las manos al frente —Digo sin dejar mi extraña pose.
Mis manos pasan por mis piernas y logro pasarlas al frente. Al ser de juguete, se pueden soltar apretando un botón, pero no lo podía ver en mi espalda. Me libero de las esposas y ayudo a Ray a incorporarse y lo libero también.
—¿Tienes idea de porqué hicieron esto? —Pregunto.
—No lo sé —Responde—, pero algo deben tener en mente.
Nos levantamos y vamos a abrir la puerta, pero algo del otro lado lo impide.
—Ray tiene que hacer algo para que puedan salir —Dice uno de los gemelos.
Veo a Ray, que de pronto se puso rojo.
—Niños —Digo en tono suave pero firme—, saquenos de aquí o los meteré en problemas con su mamá.
Se quedan en silencio y murmuran entre ellos. En todos lados la mamá es una buena amenaza.
—Sólo queremos que Ray diga algo —Dicen.
Suspiro, me doy vuelta y me apoyo en la puerta.
— ¿Sabes de que hablan? —Pregunto.
Ray se pone la mano en el cuello y mira al suelo. Mala señal, tocarse el cuello es que te proteges de algo ¿Qué carajos pasa aquí?
—Bueno... Yo... Esto... ¿No puedes hacer esa cosa de las películas y abrir la cerradura?
—Podría si estuviera con seguro —Digo—, pero esta puerta se cierra desde adentro. Debe haber algo del otro lado, algo que esté trabando la puerta. No podremos salir hasta que alguien quite lo que sea que la trabe.
Ray suspira y se sienta en su cama ¿Tan difícil es decir ...?
Oh.
¿Será qué...?
No.
¿O sí?
Mi corazón se acelera y siento que me acaloro un poco. Había descartado la opción de gustarle a Ray, pero no voy a fingir que él no me atrae. Es un gran amigo y sé que sería una gran pareja, quién sea que llegue a ser su novia puede considerarse afortunada. Pero me pregunto si lo que los gemelos quieren que me diga es algo respecto a eso. A lo que siente... Por mí.
Me acerco a su cama y me siento a su lado.
— ¿Tan malo es? —Pregunto.
—No es eso, es qué... Es complicado.
Asiento con la cabeza y me acuesto en la cama. Cierro los ojos y pienso una forma de salir sin la ayuda de los gemelos.
De pronto, algo toca mi mano y sé que es Ray. No retiro mi mano, sino que tomo la suya. Nos quedamos un momento así, tomados de la mano.
—Antes de que diga algo —Dice Ray y abro los ojos, no había notado que se había acostado a mi lado, viéndome —, tienes que prometer que no me vas a odiar. Y que nada va a cambiar entre nosotros.
—No creo que puedo odiarte por algo, Luciérnaga.
Sonríe de lado y hace algo totalmente inesperado.
Me besa.
N/A:
¡BOOM! LANCÉ LA BOMBA.
¿Qué les pareció el cap?
Creo que ya entienden por qué amo a los gemelos 😏😏
Por favor, dejenme teorías en los comentarios. Quiero saber que esperan que pase.
Y bueno, eso fue todo por el capítulo de hoy. Espero que les haya gustado y les pido que no olviden comentar, votar y compartir.
Nos leemos en el próximo capítulo. Bye 😘👋
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Una Latina En USA
RandomA mi padre le pareció una buena idea buscar un mejor trabajo ¿Adivinen qué? Lo consiguió. El único detalle es que era en otro país, así que tuvimos que viajar desde Colombia hasta Estados Unidos, a Houston Texas. Yo ya sabia lo que iba a estudiar y...