Capítulo treinta y uno: ¿¡QUÉ!?

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Esperábamos que nos contara eso tan importante, tal vez no era mucho lo que nos interesaba, pero a mi tío si. 

Lo miraba como si en algún momento lo fuera a matar, de cualquier manera, pero hasta donde note, lo haría con mucho dolor de por medio.

-¿Qué es eso tan importante? -Cuestionó mi tío con la voz tensa.

-Pues bueno, volví a la ciudad por mi familia,claro, debe de importarles, porque aquí la presente señorita -me señaló-es la más importante de ella.

-¿Yo? ¿Por qué? 

-Porque tú, querida, eres mi hermana menor 

¿¡QUÉ!? ¿¡RE QUÉ!? O sea, no entiendo, bueno si,pero ¿es en serio? 

¡HABÍA ESTALLADO LA PUTA BOMBA DEL MAYOR SECRETO EN MI VIDA! 

Mire a todos, estaban más blancos que el papel, y no puedo decir lo mismo de mí, estaba sin hablar, sin que pensar, nada. 

Él nos miraba a todos serio, esperando que tragáramos la noticia, que todos despertáramos del shock que eso nos había causado, aun creía que eso era una broma, que él no era, es, o lo que sea que fuese mio. 

Yo siempre lo he visto como mi mejor amigo, y una vez me enamoré de él y fue cuando salió del país. 

-Es... es... u... una bro... brom...broma, ¿Ve... verd... verdad? -tartamudeo mi tía. 

-No, no lo es. 

-Eres un mentiroso -Lo acusó mi tío. 

-¿Por qué mentiría, tío? 

-Porque solo quieres ser el heredero de todo lo que me pertenece a MÍ -recalcó la última palabra. 

-Oh, que tenemos aquí, solo un hermano interesado en los bienes que dejó mi padre -sonrió con malicia- como nunca pudiste cumplir lo que tú querías y te conformaste con lo que quisiste.

-Deja de hablar, Nicholas. 

-¿Te duele que diga la verdad? 

-¡ESA NO ES LA VERDAD, DEJA DE DECIR MENTIRAS, IMBÉCIL! 

-No lo trates así -salió mi voz sin siquiera pensar en lo que dije. 

-¿Lo vas a defender? 

-Pues si, es mi mejor amigo... 

-Hermano -me interrumpió

-Cállate, es mi mejor amigo y no lo vas a tratar así solo porque se te da la gana, primero mide tus sucias palabras. 

-¡CÁLLATE TÚ, NIÑA ESTÚPIDA! 

-Deja de gritar, cariño. 

-Tú no te metas. 

-¡NO LE HABLES ASÍ! 

-Dejen todos de gritar, no vamos a solucionar nada así -les dije y todos voltearon tipo la niña del exorcista. 

-¿Y qué esperas? -preguntó el papá de Diego.

-Bueno, sigo contando... -Todos esperábamos expectantes 

-Espera, ¿Por qué nunca supe de ti? 

-Porque... -Y algo sonó muy duro en la calle.  

-¿Qué fue eso? 

Todos salimos corriendo esperando que fuera un accidente o algo por el estilo, pero cuando estuvimos todos afuera, terminamos muy sorprendidos.

-Pero... ¿Qué? 

El Sabor Del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora