Capítulo diecisiete: No te enamores

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No sabía que decirle, preferí quedarme callada, o a lo mejor...

-¿No deberías aclarar primero tus sentimientos? -le dije pensando

-Están aclarados

-Me refiero a que dejes más tiempo, y me conozcas bien

-Te he conocido lo suficiente -¿Por qué es tan terco?

-No lo has hecho -dije sentándome

-Te repito, he conocido lo suficiente de ti como para saber que me gustas -Se puso serio

-Mira, seamos sinceros, esto prácticamente parece un secuestro, te la pasas con tus amigos, incluyendo al idiota de Diego... -Me interrumpió

-¿De dónde conoces a Diego?

-¿De verdad quieres saber? -Él asintió- Bien... Él era mi estúpido mejor amigo desde que eramos niños, por algo que paso con sus padres él empezó a separarse de mí y no entendí porque; una vez me lo encontré en el Mall y le enfrente diciéndole que porque me había dejado de lado y lo único que me respondió fue "Aléjate de mí" y se fue del lugar, nunca lo volví a ver, hasta ahora... -Se me aguaron los ojos

-¡Wow! -Rodee los ojos

-Eso no es todo... Él nunca se separaba de Alex, no sé eran como gemelos, aunque sólo sean amigos... - Otra interrupción

-¿Alex? -Me miró raro- ¿Qué era Alex de ti?

-Mi ex novio -Lo mire fijamente- ¿Lo conoces?

-Este... -Empezó a acercarse a mi, lo que sentí de un momento a otro fueron sus labios sobre los míos, le seguí el beso, de un momento a otro hacia mucho calor y la ropa nos estorbaba.

Empecé a quitarle su camiseta, él me ayudó un poco, metió sus manos por mi camisa y fue subiendo hasta tocar mis senos por encima del brasier, sus manos fueron a mi espalda y en segundos desabrochó éste. Quito mi camisa y el brasier cayó sobre la cama, se alejo un poco y me observó, luego se acercó y empezó a lamer y chupar mis pezones, esto se sentía de maravilla, con su mano lo sostenía mientras chupaba y mordía, y con la otra mano, jugaba con mi otro pezón, lo apretaba, solté un gemido, cosa que al lo satisfago y siguió; nos recostamos en la cama, quito sus manos de mis senos y empezó a bajarlas para quitarme el pantalón y las bragas, cogí su rostro y lo bese con desesperación; y así quedó olvidado el tema.

En su desesperación, se desvistió y con lentitud, fue regando besos en todo mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna; me abrió y se quedó observándome unos segundos y su boca invadió mi son íntima, en un acto de placer arquee mi espalda, su lengua jugó entro en mi, y luego volvía a lamer, chupaba ni clítoris como si en eso se fuera su vida; me retorcía de placer, enterré mis manos en su cabello; empecé a sentir el cosquilleo de placer y eso solo significaba algo, iba a tener un orgasmo, y el mejor que me habían hecho sentir; Jeicop introdujo un dedo y luego dos, dentro, fuera, dentro, fuera, una y otra vez, hasta que estalle y grite su nombre, levantó su cabeza y me miró con una sonrisa de placer, sacó sus dedos de dentro de mi y se los llevo a la boca, lo mire sorprendida.

-Sabes demasiado bien, pero esto aun no termina... -Pero al parecer si termina porque tocaron a la puerta, lo mire sonriendo.

-¡Ups! -Se río.

-Me la debes, eh -Otro golpe en la puerta

-¡Ya va! -grite y me levante a darle un beso a Jeicop- Vístete rápido -le susurre juguetona.

-Como mande, Señora -Me hizo gesto de militar y reí.

El Sabor Del PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora