-¿Ah? -lo mire confundida.
-Hablemos -¿en serio?
-¿Hablar de qué? -me pare al frente de él.
-¡Fruta! -¿fruta?- Te traeré fruta -dijo levantándose
-¿En serio, fruta? -me reí- ¿Cuál es tu fruta favorita? -pregunte sentándome en su cama.
-Pues... este... La manzana, ¿y la tuya? -dijo siguiendome la charla.
-Igual, es deliciosa -dije con una sonrisa.
-Si... -me ruborice- Eres muy hermosa -¿y a éste que le pasa?
-Pues... eh... ¿gracias? -No sabia que decir.
-De verdad, eres muy hermosa -se fue acercando.
-¿Qué haces Jeicop? -Me puse nerviosa, cuando estuvo tan cerca, empezó a besar mi hombro.
-Eres muy buena como para resistirme -dijo en susurro cerca de mi oído.
-Jeicop... Jeicop no hagas esto -dije en un hilo de voz.
-¿Qué pasa? -me dijo serio.
-No lo hagas -le dije levantándome.
-Pero, ¿por qué? -se levanto también.
-Mira, yo no te conozco, casi lo hago contigo, o sea, ¡eres un completo desconocido! -le grite desesperada y salí de su cuarto.
-¡ESPERA! -Escuche que grito.
Me encerré en el cuarto, de nuevo, ya van como tres veces en menos de ¿dos días? Quería hacerlo, pero, de verdad que no lo conozco y luego seria sumamente raro. Soy una fácil, pero él tiene algo que me atrae. Tocaron la puerta.
-¡¿Qué?! -grite.
-Abre, por favor -pidió él; debo preguntarle acerca de mis padres; me levanté y le abrí, volví y me acosté en la cama.
-Perdón por lo de hace un momento, no sé que fue -lo interrumpí.
-¿Que pasó con mis padres? -le pregunte seriamente.
-Yo... No lo sé -su actitud fue fría.
-Tú debes saberlo, estabas ahí, ¿no? -dije algo enfadada.
-No lo sé -miro a otro lado.
-¿Sabes? Hubiera preferido que me mataras a mi con ellos, creo que hubieras terminado bien tu trabajo -le dije secamente, se puso rojo de rabia.
Se levanto y saco un arma de no se donde.
-¡DE VERDAD CREES QUE SOY UN PUTO ASESINO! -Apunto a mi cabeza, no me moví- COMO MIERDA VEZ QUE TE APUNTO CON UN ARMA EN LA CABEZA Y NO TE MUEVES, ¿AH? -me grito muy furioso- me estoy cansando de ti, estas colmando mi paciencia, ¡HE TRATADO DE SER AMABLE Y TÚ TE EMPEÑAS EN QUE QUIERO MATARTE! ¡NI SIQUIERA TE CONOZCO! -va a disparar, cerré los ojos con fuerza- ¡ENCIERRATE EN ESTA MIERDA DE HABITACIÓN Y NO SALGAS DURANTE AÑOS! -wow, si que estaba muy furioso.
-Que cobarde - dije en susurro cuando él iba saliendo del cuarto.
-Cállate... Cállate o juro que te hago un bonito hoyo en la cabeza - dijo duro cerrando la puerta de un golpe.
Me cambie por una camiseta que encontré en ese cuarto, supongo era de Jeicop. Me acosté y me quedé profundamente dormida.