Nos llevaron a un cuarto, esposaron a Jeicop a una reja. El tipo más grande, el que me tenia a mí, me puso frente a él. Sentí mucho miedo y creo que Jeicop pudo persivirlo. Yo lo miraba fijamente, sus ojos expresaban furia y ganas de asesinar. Me pego una palmada en el trasero y al momento brinque, no me dio muy fuerte, pero eso me asusto más. Jeicop trato de correr hacia el tipo, pero lo detuvieron las esposas y se lastimo.
-¡MIERDA! -grito Jeicop.
-Muñeca -rió el tipo, yo solo miraba fijamente a Jeicop, el tipo me miraba detalladamente, de pies a cabeza, me hacía sentir muy incómoda.
-¡SUELTALA! -Estaba rojo de la furia que tenia.
-Apuesto que eres muy buena en la cama, Puta -trato de besar mi cuello, pero me moví.
-Me das asco -dije seriamente. En un rápido movimiento me dio una bofetada tan fuerte que me mando al suelo, mire a Jeicop, el sujeto me tomo del brazo y me obligo a levantarme. Luego me llevo a un pequeño cuarto.
-¡SHARLOTT! -Fue lo último que oí gritar a Jeicop.
Al llegar al cuarto, la puerta la dejo ajustada.
Empezó a besar mi cuello, susurraba varias veces mi nombre, yo trate de hacer lo mismo, pero más sensual mientras buscaba algo con que golpearlo
-¿Cómo te llamas?
-Mario -mire su bolsillo mientras él seguía besando mi cuello, me entraron ganas de vomitar, su arma, ¡bingo! esa era mi salvación. La tome con cuidado- Cálmate amigo -puse el arma en su frente- reza por tu alma.
Y dispare...
Salí en busca de Jeicop, mi camisa quedó con manchas de sangre.
-Sharlott -escuche su susurro- ¿Qué haces con esa arma?
-Tenemos que salir de aquí -le dije mirando a todos lados
-¿Estas bien?
-Si, si -le asegure- vamonos
-Me has salvado... -lo interrumpí
-Ahora no Jeicop, Solo vamonos -dispare a la cadena de las esposas y salimos.
Fuimos al auto sin hablar, estabamos algo agitados; me mire en el espejo del auto y tenia un gran moretón. En el camino me puse a llorar, no aguantaba más, Jeicop detuvo el auto.
¿Qué pasa, Sharlott? -estaba preocupado.