-Esa niñas me está volviendo loco -dijo exasperado- No puedo, no quiere ni salir de esa habitación; si no sale de ese cuarto, ¿cómo crees que la sacare de la casa? -salí en busca de la cocina para agarrar algo y volverme al cuarto; él se volteo y me miro- Te llamo luego -colgó- Sharlott, por fin saliste -me dijo sonriendo; yo seguí directo en busca de la cocina, la encontré a unos pasos tras pasar la sala de estar-¡Por fin vas a comer algo! -dijo más ¿feliz?
-Si -dije fríamente.
-Está bien -dijo sentándose en la barra de la cocina.
Empecé a devorar toda la comida que encontraba, era un alivio comer, me sentía muy feliz comiendo, obviamente la comida me hace feliz; sé que Jeicop me estaba mirando.
-Termina rápido que tenemos que irnos.
-¿A dónde?
-Eso sería darte mucha información -dijo muy serio.
-Seguro haya me matarás -dije sin importancia.
Me miro muy furioso y a la vez intimidante, pero no sentí miedo. Se bajo de la barra y camino muy furiosos hacia a mí, me quedé observando sus ojos, hasta que se paró en frente.
-Yo no te voy a matar -dijo enfatizando cada palabra.
-Ajá -dije sarcástica.
-¿Sabes? Estoy haciendo un esfuerzo por protegerte y vienes tú y dices que te voy a matar -dijo en susurro.
Me volteé para seguir comiendo, se quedó a mi lado- Puedes irte -le dije en un tono apenas audible.
-¿Decías algo? -pregunto y negué
*
Como es que no puede creer que yo no hago parte de los asesinos. Había llegado allí porque me avisaron, ni yo sé quienes son los tipos.
Me quedé observándola, por primera vez en toda mi vida, una chica me hace sentir débil; en mi cama, oh dios, me hizo olvidar todo el enojo que sentía, me desarmaba por completo.-¿Ya acabaste? - pregunte un tanto embobado con ella.
-No, pero para tu información, tampoco quiero acabar -Que ruda, me gusta- Por cierto, deja de ser rudo conmigo, yo no te he hecho nada para que me trates como se te venga en gana.
-Mira, yo solo trato de salvarte la vida, ¿okay? -le dije muy serio- Así que puedo tratarte como yo quiera.
-¡ESO NO ES CIERTO! -Me gritó súper enojada- ¿Acaso no sabes tratar una mujer, imbécil?
-Yo sí sé tratar a una mujer -dije con los dientes apretados- Así que retractate
-No lo haré -reto.
Cogió el plato de comida que tenía y volvió a encerrarse, "Genial" pensé. Me estoy volviendo un idiota sensible. Me subí a la habitación y me tire sobre la cama, "¿Por qué me estoy volviendo tan sensible?" me preguntaba. Mis pensamientos fueron interrumpidos por un golpe en la puerta.
-¿Qué? -pregunte bruscamente
-¿Puedo entrar? -pregunto tímida ella.
-Pasa -dije poniendo mi brazo derecho en mi cara- ¿Qué necesitas?
-Pues... eh... No sé -dió vuelta para irse.
-No te vayas, espera -me levante deprisa de la cama, "¿en serio soné tan desesperado?" me dije mentalmente.