Capítulo 8

1.1K 114 15
                                    


-Sasuke, vamos, abre la boca - intento por enésima vez. No quiere comer, ni un bocado. Su estómago debe ingerir aunque sea un poco para que reanude su proceso de digestión.

He podido sonsacarle poca información sobre sus hábitos alimenticios antes de que ingresara al hospital, tan sólo sé que estaba acostumbrado a comer  una o dos veces al día, a veces ni siquiera eso. Su dieta "sana" estaba basada en sándwiches, barras de avena y cacahuates. La dieta mala era básicamente cualquier porquería que pudiera conseguir. Oh, y eso sí: el alcohol estaba muy presente en su organismo. Creo que puse mi cara de "no me digas", porque luego de decirme esto se ha encarnado en su fase de gruñón y no me dirige ni la mirada. Se atiene a ignorarme.

Puede decirse que ya me acostumbré a su carácter tan cerrado, de hecho, ya me sé unos cuantos trucos para tratar con él y salir con mi autoestima intacta en el intento. Porque, creo que ya lo he mencionado antes, le gusta perforar cada partícula de tu ser con la mirada. Parece disfrutar haciéndote sentir minúsculo e indefenso. Y no tiene pelos en la lengua a la hora de decir lo que piensa.

Hace unos días, yo llevaba un poco de sombra morada en los ojos, por mero gusto y vanidad. Estaba concentrada en mi trabajo con otro paciente cuya camilla está justo al lado (oh, cierto, trasladaron a Sasuke a otro piso) cuando le oí decir:

-Ese color te queda del asco

-¿Qué? -solté distraída, no reparé en lo que me dijo al instante.

-Dije que ese color te queda del asco -y, como siempre, me encendí como fósforo ante su comentario.

-No sabía que eras experto en modas. ¿Se puede saber porqué, según tú, "me queda del asco"?

-Porque te hace ver más pálida de lo que ya eres. Cuando desperté y te ví, creí que eras un un cadáver poseído. -decidí callar e ignorarlo. A final de cuentas, ¿qué me importaba su opinión?

Después me puse a reflexionar un poco y llegué a la conclusión de que Sasuke era bastante observador: ¿cómo había podido notar que llevaba sombra morada en los ojos, estando a más de tres metros de distancia? Debía tener muy buena vista.

Pero su buena capacidad ocular no me servía de nada en esos instantes. Lo que necesitaba era que abriera su grosera y desconsiderada boca y tragara el bocado que tenía en el tenedor desde hace diez minutos. Llego a mi límite después de unos intentos más, no se me conoce por ser alguien muy paciente que digamos.

-Escúchame bien, Sasukecomoteapellides, vas a engullir el maldito plato de verduras antes de que acabe mi turno, o lo pagarás muy caro... -por fin, el desgraciado, se digna a mirarme a la cara.

-Uchiha. - suelta, de pronto. - Sasuke Uchiha.

-Muy bien, Sasuke Uchiha, - me aseguro de dar énfasis .- ¿eres anoréxico, bulímico, o algo por el estilo? No, ¿verdad?, de seguro tu complexión es delgada. La lechuga está desinfectada, si eso es lo que te preocupa. Debes comer, por favor. Hazlo por mí, por mi trabajo. Si te mueres de hambre yo seré la responsable, y no quieres que me sienta como el peor ser humano del mundo por no haber batallado un poco más, ¿verdad? -Lo sé, es un sucio truco; hacer uso del drama para persuadirlo.

-Qué buena idea: morir de hambre. Muchas gracias. - Nos quedamos en silencio unos segundos, mirándonos. Yo estoy perpleja por la facilidad en la que habla de la muerte. De su propia muerte. Por alguna razón, cada que saca ese tema a flote, me perturbo.

-No digas tonterías. Tu no vas a morir, entiende. Al menos no mientras yo esté a cargo de ti. Así que, mejor vete olvidando de esas ideas hasta que salgas de este hospital. -una fuerza me recorre mientras hablo.

No es la primera vez que Sasuke afirma que quiere morir, y ya ha intentado suicidarse, claro está. Empieza a preocuparme que, en serio, esté planeando matarse no comiendo. Porque lo creo capaz. Por lo que he tratado con él, sé que su vida debe ser muy dura, pero no puedo concebir la idea de que quiera morirse. No sé qué motivos tenga, pero no puedo dejarlo hacer lo que le plazca consigo mismo. Es mi deber como enfermera preservar la vida en todo lo posible.

-... Sasuke, ¿te puedo hacer una pregunta? -suelto en un arranque de valor.

Los pacientes y el personal del hospital no deben tener ningún tipo de contacto a excepción del profesionalmente necesario. Esta escrito en el reglamento de la clínica. Si embargo, creo que después de lo que hemos estado conviviendo, tengo derecho a saber la verdad.

-No te aseguro respuestas-dice, neutral. Me muerdo el labio mas fuerte de lo que me gustaría.

-¿Quién eres? -espero que haya entendido el sentido de la pregunta.

Su silencio se prolonga unos momento, hasta que suspira y su rostro, antes vuelto completamente hacia mí, se desvía hacia un lado.

-Es estúpido que lo preguntes. Sabes que soy un tipo que intentó suicidarse, pero que acabó en un hospital, al cuidado de una enfermera molesta. Punto.

-No, Sasuke, no. Sabes a qué me refiero. Exijo saber detalladamente quién eres. Y no, no creas que es algo personal, por favor. Mis superiores me han encargado personalmente que averigüe tus datos. De lo contrario no podrás ser atendido más en este hospital. -, ahora que lo recordaba, era cierto. Tsunade me había perdido el lunes que le hiciera un reporte sobre él. Cómo se llama, dónde vive, su edad, a qué se dedica, si tiene familia, su historial médico, todo.

Si no tenía esa información a más tardar el viernes, tendrían que echarlo del hospital y se armaria un gran lío con las autoridades, por lo que entendí. Tsunade no fue muy clara al explicarme, aunque hablaba muy en serio.

La política del hospital procura mantener una buena relación con el paciente, lo cual se traduce para nosotros los enfermeros y el personal en general, en no obligar al paciente a hacer nada que no quiera. Esto, claro, tiene sus excepciones cuando se presenta una situación médica que no puede esperar el consentimiento de la persona y requiere de intervención inmediata. Sin embargo, en este caso, creo que pueden despedirme si Sasuke decide levantar una denuncia por hacerme con su información personal a la fuerza.

-No hay problema con eso, yo ya me siento recuperado casi por completo. Creo que salir de este cuarto no me vendría nada mal.

-Pues es una pena, pero te informo que no estás aún en condiciones de irte -no pienso apartar la mirada.

-¿Es una pena porque aún no me curo, o porque aún no puedo largarme? -Suspiro, o mas bien, bufo. Esto es el colmo.

-Las dos casas.

MORFINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora