Capítulo 7.

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+¿Cómo que te ha confesado algo? Explícame.

-Pues bueno...si te digo que me ha dado un beso inesperado ya te imaginas lo demás, ¿no?

+¿CÓMOOOOOOO?

-Comiendo. Es más, me estaba observando mientras me metía una fresa en la boca y al terminarla me besó, así sin más.

+Pero what the fuck ¿en serio? ¿Y qué le has dicho?

-Pues nada, le dije que por qué hacía eso y me contestó que se había enamorado de mí a primera vista y que lo sentía por el beso, pero no podía aguantar más.

+Entonces...¿estáis saliendo o algo así?

-O algo así, creo.

+Bueno, cambiemos de tema, que yo te quiero contar algo también.

-Seguro que es de Álex, se te nota.

+Odio que me conozcas tan bien. Bueno, te cuento. Después de lo que me ha contado Sergio esta mañana, me he quedado como WOW, qué amable, y cuando se despertó lo primero que hizo fue preguntar por nosotras o sea que cada vez me está gustando más y tengo miedo.

-¿Miedo a qué, tonta? Si a él se le nota a simple vista que le gustas, si no sintiera nada, si no le gustaras, no hubiera hecho todo eso.

+Pero él puede que sólo me quiera como una amiga, sabes que no tengo mucha suerte.

-Anda boba, deja de rallarte, todo a su tiempo. ¿Has desayunado?

+Hmm, sí.

-Vale, bueno me voy a escuchar música al sofá, vente si quieres.

+Después bajo si eso, estoy echando un Slender hasta que salga Álex de la ducha.

-Como quieras, Anita Bananita.-dijo mientras cerraba la puerta.

+Le tiré una zapatilla, pero llegó demasiado tarde.

Álex salió del baño, y pensé que iba a salir vestido, pero por mi sorpresa no. Entró en la habitación, gritó y yo del susto que me había dado también. Cerró la puerta de repente. Menos mal que estaba con la toalla.

+Álex, ¡espera! ¡Lo siento!

Abrió lentamente la puerta.

+Álex, lo siento, no pensé que entrarías sólo con la toalla, ya salgo.

-No...n..no pasa nada.

*Ana, eres idiota* Pensé repetidamente en mi cabeza.

Me encerré en el servicio. Eché el pestillo. Me miré al espejo. Roja, como era de esperar. Empecé a llorar, había metido la pata, encima con él.

Sergio intentó abrir, quería ducharse.

-Hey, ¿quién está aquí dentro?

Paré en seco mi llanto, no quería que supiese que estaba llorando, mientras él insistía.

+¡Ya salgo!-dije secándome las lágrimas.

Salí del cuarto de baño con la vista al suelo.

-Ana, ¿estás bien?

+Sí, ¿por qué?

-Tienes los ojos llorosos...

+Es que...me ha entrado algo en el ojo.

-Típica excusa, te lo tendrás que currar más la próxima vez. Cuéntame qué te pasa, va.

+Son tonterías mías Sergio, tranquilo. Ya estoy bien.

-¿De verdad?

+De verdad.

-Está bien entonces...me voy a duchar.

Álex salió de la habitación, me miró de reojo y siguió pasillo adelante. Cerré los ojos e intenté no llorar.

Iba a salir fuera de casa, para intentar despejarme hasta que un brazo me detuvo.

Las idiotas también se enamoran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora