+¿Cómo que te ha confesado algo? Explícame.
-Pues bueno...si te digo que me ha dado un beso inesperado ya te imaginas lo demás, ¿no?
+¿CÓMOOOOOOO?
-Comiendo. Es más, me estaba observando mientras me metía una fresa en la boca y al terminarla me besó, así sin más.
+Pero what the fuck ¿en serio? ¿Y qué le has dicho?
-Pues nada, le dije que por qué hacía eso y me contestó que se había enamorado de mí a primera vista y que lo sentía por el beso, pero no podía aguantar más.
+Entonces...¿estáis saliendo o algo así?
-O algo así, creo.
+Bueno, cambiemos de tema, que yo te quiero contar algo también.
-Seguro que es de Álex, se te nota.
+Odio que me conozcas tan bien. Bueno, te cuento. Después de lo que me ha contado Sergio esta mañana, me he quedado como WOW, qué amable, y cuando se despertó lo primero que hizo fue preguntar por nosotras o sea que cada vez me está gustando más y tengo miedo.
-¿Miedo a qué, tonta? Si a él se le nota a simple vista que le gustas, si no sintiera nada, si no le gustaras, no hubiera hecho todo eso.
+Pero él puede que sólo me quiera como una amiga, sabes que no tengo mucha suerte.
-Anda boba, deja de rallarte, todo a su tiempo. ¿Has desayunado?
+Hmm, sí.
-Vale, bueno me voy a escuchar música al sofá, vente si quieres.
+Después bajo si eso, estoy echando un Slender hasta que salga Álex de la ducha.
-Como quieras, Anita Bananita.-dijo mientras cerraba la puerta.
+Le tiré una zapatilla, pero llegó demasiado tarde.
Álex salió del baño, y pensé que iba a salir vestido, pero por mi sorpresa no. Entró en la habitación, gritó y yo del susto que me había dado también. Cerró la puerta de repente. Menos mal que estaba con la toalla.
+Álex, ¡espera! ¡Lo siento!
Abrió lentamente la puerta.
+Álex, lo siento, no pensé que entrarías sólo con la toalla, ya salgo.
-No...n..no pasa nada.
*Ana, eres idiota* Pensé repetidamente en mi cabeza.
Me encerré en el servicio. Eché el pestillo. Me miré al espejo. Roja, como era de esperar. Empecé a llorar, había metido la pata, encima con él.
Sergio intentó abrir, quería ducharse.
-Hey, ¿quién está aquí dentro?
Paré en seco mi llanto, no quería que supiese que estaba llorando, mientras él insistía.
+¡Ya salgo!-dije secándome las lágrimas.
Salí del cuarto de baño con la vista al suelo.
-Ana, ¿estás bien?
+Sí, ¿por qué?
-Tienes los ojos llorosos...
+Es que...me ha entrado algo en el ojo.
-Típica excusa, te lo tendrás que currar más la próxima vez. Cuéntame qué te pasa, va.
+Son tonterías mías Sergio, tranquilo. Ya estoy bien.
-¿De verdad?
+De verdad.
-Está bien entonces...me voy a duchar.
Álex salió de la habitación, me miró de reojo y siguió pasillo adelante. Cerré los ojos e intenté no llorar.
Iba a salir fuera de casa, para intentar despejarme hasta que un brazo me detuvo.