Eran las 00:45 y nos sentíamos un poco cansados, había sido un día lleno de altibajos y necesitábamos descansar. Fui a coger el pijama, pero recordé que estaba en la lavadora. "¿Y ahora qué hago yo?" susurré sin saber qué ponerme para estar cómoda.
-Ana, ¿quieres dormir conmigo?
Suspiré y acepté.
-Si no quieres dormir conmigo dilo...no pasa nada.
+No, no es por eso Álex, es que me acabo de acordar de que el pijama está lavándose.
Álex sacó una camiseta gris de Toad, uno de los sirvientes de la princesa Peach y me la ofreció. Fui al cuarto de baño a ponérmela y hacerme un moño deshecho para poder dormir mejor. La camiseta me quedaba bastante grande y no hacía falta ponerme el pantalón, la camiseta me llegaba a las rodillas. Me encantaba como me quedaba, y olía a él, eso es lo que más me gustaba. Salí del servicio y fui a la habitación de Álex, él se estaba poniendo una igual que la mía, pero tenía una seta de vida extra. Hasta con el pijama estaba guapo. Nos tapamos con una sábana y dos mantas que eran muy calentitas, ¡Brrr, me quedaría en esa cama toda mi vida! Álex apagó la luz, me cogió de la cintura y seguido de un buenas noches, pequeña, me besó.
Las 11:58 de la mañana y ésta vez me llamó él a la puerta. Abierta la puerta me dio un beso y me dijo:
-Buenos días marmota, ¿has dormido bien?
+Buenos días Álex, contigo siempre dormiré bien.
-Ains pero que mona, te he traído el desayuno.
+Alaaaa, no hacía falta, gracias.
-Te he traído tu desayuno favorito, gofres, churros y chocolate.
+¿Cómo sabes que...?
-Tu prima te conoce bien.
+Ja ja, ya. ¿Te vas a sentar? Porque me estás poniendo nerviosa.
-Me siento porque tú lo dices, eh.
+Te lo ordeno.
-¡Oyeee!
+Que es broma tonto, va, siéntate.
-Lo sé, boba. A la tarde salimos de casa.
+¿Para qué?
-Ya lo verás.
+Me vas a dejar con la intriga.
-Sí .- seguido de un beso.
Después del desayuno me duché mientras Álex jugaba al Candy Crush. ¡Cómo odio ese juego! Él se duchó después de mí y cogí mi móvil. 2 WhatsApps y 4 interacciones en Twitter. Contesté a todo, me sequé el pelo y me vestí. Álex entró a la habitación y yo bajé a darle los buenos días a Katrina y a Sergio.
+¡Buenos díaaaaas parejita! .- dije mientras bajaba las escaleras.
-¡Buenos días risueña perdida! Que feliz te has levantado hoy, ¿no?
+Yepp, ¿por qué no iba a estarlo?
-Buenos días Ana.- dijo Sergio después de darle un gran sorbo al café.
+¡Hoy váis a tener la tarde para vosotros solos! Álex y yo nos vamos, no sé dónde, pero nos vamos.
-Guay, que lo paséis bien.
Mi prima y Sergio se quedaron hablando mientras terminaban de desayunar. Yo me senté en el sofá, en frente de la chimenea y le pedí a Sergio que la encendiera, que a mí me daba miedo.
Álex bajó a los 15 minutos aproximadamente y se sentó a mi lado. Se podía escuchar la lluvia tan fuerte que caía. Miré a Álex con preocupación y me sonrió diciendo que para esa tarde ya no llovería. Le devolví la sonrisa y le di un pequeño beso.
-¿Nos vamos a jugar? Estos días de lluvia apetece estar abrazado a mi novia, tapados con una manta mientras jugamos a One late night juntos.
Pensé que no consideraría que somos novios. Novios, suena raro hablando de la relacción que teníamos Álex y yo. Después de unos segundos asentí con una gran sonrisa. Subimos a la habitación, encendió el ordenador y nos acurrucamos en la cama.
Horas jugando y no nos cansábamos de estar así, hasta que Katrina llamó a la puerta.
-Parejita, vamos a hacer la comida.
+¿Cómo que parejita? ¿Tienes pruebas de que seamos novios?
-Solo hace falta veros.
+Ahora bajamos.
Dejamos la partida en modo Pause y bajamos a preparar la comida. Filetes con salsa bechamel y fresas con nata.
Después de comer nos lavamos los dientes y terminamos la partida de One late night. Si llego a estar sola me da algo.
Nos asomamos a la ventana y vimos que ya no llovía, así que nos vestimos y nos fuimos afuera.