Me sentía cansada, con ganas de que terminara el día y que al despertarme fuera distinto. Me desvelaba de vez en cuando, no podía parar de pensar en la conversación que tuvimos Álex y yo esa tarde, en lo que le había pasado a mi prima con Sergio, me alegraba muchísimo por ella, en cómo estarían mis padres en su viaje...
El Sol ya se colaba por las ventanas y se me hacía raro que Álex no me dijera nada, no me hubiese preguntado cómo estaba, o simplemente me hubiera dado las buenas noches. Después de darle tantas vueltas a todo esto, decidí sonreír y hacer como si nada pasara, dejarlo atrás, olvidarlo. El reloj indicaba las 6:45 de la mañana y no había dormido ni unas escasas horas así que subí a darme una ducha a continuación de haber desayunado. Todavía no se habían despertado los chicos y yo no sabía qué hacer. Les preparé un buen desayuno: Tostadas con mermelada, dulces, leche, zumo de naranja y 3 gofres con chocolate. ¡Olía todo delicioso! Decidí despertar a los chicos, no quería que se enfriara el desayuno y además, ya era hora de levantarse.
Llamé un par de veces a la puerta donde dormían Sergio y Katrina.
+¡BUENOS DÍAS CHICOOOOOS! ¡OS HE PREPARADO EL DESAYUNO DELICIOSO, VAMOS, ARRIBA!
-Prima, no grites joder, que me duele la cabeza. Ahora vamos.
+Bueno vale...
No me molestó mucho que mi prima me hablase así, se despierta de mala leche siempre, ya estaba acostumbrada. Me dirigí a la habitación de Álex y llamé mientras abría la puerta.
+¡ÁLEX BUENOS DÍAS! ¡HE PREPARADO EL DESAYUNO!
Seguía durmiendo. Se notaba que estaba cansado, muy cansado, que no le despierten mis gritos era raro.
+Álex, no te hagas el dormido.
Al ver que no había respuesta, me marché silenciosamente y cerré la puerta de su habitación con cuidado. Bajé las escaleras y vi que Sergio y Katrina ya estaban sentados en la mesa.
-Hola Ana, muy bueno el desayuno.- dijo Sergio.
+Gracias.- le dije con una sonrisa, satisfecha de la delicia que preparé esa mañana.
-Eh pri, lo mismo digo, deberías de hacer el desayuno más a menudo.
+Gracias Ka, me alegra de que os guste.
-Oye pequeñaja, ahora tengo que hablar contigo, ahora cuando termine de desayunar hablamos.
+Vale, que aprovechéis, me voy a leer un rato.
Fui directa a mi maleta y saqué un libro "Marina", me encanta ese libro, es tan...tan perfecto. Me senté en las escaleras y me dispuse a leer algunos capítulos mientras tanto.
45 minutos y Álex se despertó. Los gofres, las tostadas y la leche se habían enfriado. Se puso detrás mía, me alzó la cabeza y me besó la frente seguido de un buenos días.
Yo intentaba estar molesta por lo de ayer, pero ¿cómo iba a estarlo con él?
Observé un tierno beso entre Sergio y Katrina y como se dirigía mi prima hacia mí. Se sentó a mi lado y después de unos segundos observándome me interrogó.
-¿Qué te pasaba ayer? Estabas super rara.
+Nada, sólo estaba agotada del gimnasio y quería dormir, no te preocupes.
-Álex, ¿verdad?
+Sí...ayer casi no hablamos por un enfado tonto, pero eso fue ayer, hoy es hoy.
-Bueno prima, esas cosas pasan, y si has dicho que fue un enfado tonto, ni siquiera ha pasado. No te preocupes más anda, que se que os queréis mucho.
+Si ya estoy bien, sólo necesitaba dormir.
-Me lo tendré que creer.
KATRINA.
¡Qué bien sienta dormir al lado de este chico! Nunca había conocido a alguien como Sergio, es tan perfecto para mí, es tan cariñoso, atento, tan detallista... El poco tiempo que nos conocemos estoy como una niña con zapatitos nuevos, es como un regalo de navidad. ¿Será el indicado? Es demasiado bonito para ser verdad pero no hay que ser negativas. El día que me pidió salir...que formara parte de su día a día pensé que era un sueño y por mucho que me pellizcaba no despertaba. Qué felicidad.