Capítulo 8.

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-Ana por favor...quiero hablar contigo.

Sabía que era él, Álex. No me giré por el simple hecho de que iba a empezar a llorar.

+Déjame sola, por favor...después hablamos.

Salí de casa con las lágrimas en los ojos, no debería de haber hablado así a Álex.

Respiré hondo, me sequé las lágrimas de nuevo y fui corriendo en busca de Álex.

+ALÉX, LO SIENTO, NO DEBERÍA DE...

Álex estaba cabizbajo, sentado en la cama.

+Álex...yo...la he fastidiado.

-No, tranquila...no es culpa tuya.

Me senté a su lado y vi como empezaron a brotar lágrimas de sus ojos.

+No quería hablarte así, no te lo mereces.-dije con un nudo en la garganta mientras le secaba las lágrimas. Se me caía el mundo encima al verlo llorar.

-Puede que me lo merezca, pero sólo quería hablar de lo que te pasa.

+¿Cómo que de lo que me pasa?

-Me lo ha contado Katrina.

+Pues eso...ya sabes por qué estaba así y no puedo remediarlo...me gustas, y sé que es demasiado pronto y no quería que te enterases de todo esto. Lo sé, soy idiota.

Me eché las manos a la cara y de nuevo lloraba como siempre, al recordarlo.

Álex me apartó las manos de la cara y mientras me secaba las lágrimas dijo una frase que nunca iba a olvidar.

-Las idiotas también se enamoran. También tienen sentimientos, y por muy patosas que pueden llegar a ser la necesitamos. ¿Sabes qué? Yo quiero a una idiota en mi vida, y que no se vaya nunca.

+Pero yo no soy tu idiota.

-¿Quién dice que no?

+Yo...

Me rozó la barbilla y me dio un beso en la mejilla.

-Y ahora, ¿quién lo dice? Nadie, así que vamos, no llores más y sonríe, que eres preciosa.

Me quedé roja, pero feliz, me había perdonado y eso era muy importante para mí.

Las idiotas también se enamoran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora